Una carta del pasado

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"¿Acaso existe un anhelo humano más triste que desear una segunda oportunidad en algo?"

~Haruki Murakami.


Seis meses antes...

Querido Zayn:

—Harry es hora de irte —me grita mamá desde la cocina, salgo a toda prisa y ya no me da tiempo de desayunar. Cuando paso por tu casa ahí estas tú, Zayn, esperándome en la puerta con los brazos cruzados y viendo tu reloj.

—Llegáremos tarde al colegio Harry —te quejas tanto que hasta te quejas por quejarte mucho.

—Lo siento amigo, mi despertador no sonó esta mañana —me disculpó.

Comenzamos a caminar, te ríes un poco y entonces me doy cuenta —¿Tú lo has hecho? —hace más de un año que no
haces esa broma.

—Lo lamento, es gracioso.

—¿Sabes que es gracioso?

—¿Qué?

—Un reporte por llegar tarde —al llegar al colegio ya no nos dejan entrar por llegar cinco minutos tarde, pero no te puedo culpar porque tampoco quería asistir al colegio pero si le decía a mamá me daría un sermón.

Caminamos sin rumbo alguno, nos detenemos frente a una cafetería y ahí en ese preciso instante es cuando la ves, te quedas anonadó viendo a la chica detrás del mostrador, te quedas observando cada móvil que hace ella.
Te doy una palmada en el hombro
animandote a que entres a la cafetería y que le hables. Cuando entramos a la cafetería esta sonando "Exitlude" de The Killers, te siento nervioso, pero entonces te armas de valor y le hablas a la chica pelirroja, le dices:—Me encantan tus hoyuelos —te ruborizas
y la chica ríe, también dejo escapar una risilla.

—Soy Beberly —sonríe tendiéndote la mano, se la estrechas.

—Me llamo Zayn. Y él es mi amigo Harry.

—Hola —digo.

—Hola —me saluda Beberly. Y en entonces te dejo a solas con Beberly para que puedas hablar con ella de todo lo que quieras.

Estando sentado y aburrido decido ordenar una malteada y una hamburguesa ya que muero de hambre por no desayunar esta mañana.

Volteo de vez en cuando para ver si aún te encuentras vivo, y así es, te encuentras riendo con Beberly, y charlando de algo que solo ustedes saben.

Luego de una hora me
llamas y me dices que es momento de irnos.

Cuando estamos fuera de la cafetería dejas escapar un suspiro añadiendo: —Tengo su número, y tengo una cita con ella.

—Eres todo un don Juan —rió. Pero en verdad me da gusto que hayas conseguido su número, ella te gusta.

—¡Dios, que debo vestir! —estas nervioso. Demasiado nervioso.

—Le diré a Gemma que te ayude con eso —lo sé, Gemma siempre nos ayuda a vestir bien. Ella sabe mucho de eso.

—Gracias amigo, que haría sin ti —ambos sabemos que si llegamos a casa nuestras madres enloquecerían por no avisarles que faltaríamos al colegio, entonces vamos al parque a darle de comer a las palomas. Siempre dices que las palomas necesitan comer
porque las lombrices no llenan, y suelo reír mucho.

Nos sentamos en la banqueta y me relajo, pero hay algo en ti que no está bien, tienes la mirada perdida y te ves más pálido de lo común.

—¿Te sientes bien? —pregunto pasando una mano por mi cabello.

—Debo decirte algo...—a decir verdad me preocupa que sea algo malo por el tono de tu voz pero confío en que todo este bien.

—¿Qué pasa?

—Recuerdas cuando enfermé la semana pasada y tuvieron que llevarme al hospital y a hacerme unos exámenes.

—Si —digo. Como olvidar eso, nos diste un buen susto a todos cuando te desmayaste y no reaccionabas.

—Ayer llegaron los exámenes.

—¿Y?

—Tengo leucemia —sueltas rápidamente. Siento caer un balde de agua fría sobre mi cuerpo, esto no esta pasando, me repito. No sé que decir, estoy en shock.

—Saldras de esto. Todo estará bien —logro decir por fin.

—No hay nada que hacer Harry, el cáncer esta muy avanzado —tu voz se quiebra.

—Vamos Zayn debes de ser fuerte, no dejaré que nada te pase —estoy a punto de llorar, tus ojos se cristalizan y me abrazas.

—Lo siento mucho Harry —dices casi en un susurro —No tienes que lidiar conmigo, no esta vez.

—Todo estará bien, lo prometo —no quiero pensar en que sería mi vida sin ti, eres mi mejor amigo desde el jardín de niños. No dejaré que nada malo te pase.

—Mis padres no han parado de llorar desde ayer —dices cuando nuestro abrazo a finalizado —Kaire no entiende mucho lo que pasa. No sabía cómo lo tomarías tú.

—Estarás bien —digo viéndote directo a los ojos. Siento que mi vida se va a destruir muy pronto, es increíble que te hayan diagnosticado leucemia. Todo lo que hago es convencerme de que saldrás de esto como siempre lo haces porque eres muy valiente y fuerte. Estarás bien sin importar todo lo que ocurra más adelante, nos tenemos el uno al otro porque somos tú y yo contra el mundo ¿recuerdas? Somos dos contra el mudo y venceremos a todos. Estoy seguro...

—¿Quieres ir a ver a los peces al acuario? —preguntas luego de un minuto de silencio.

El acuario es mi lugar favorito porque hay tantos peces que ver y en realidad me gustaría ser uno de ellos.

Caminamos por la calle hasta llegar a nuestro destino, no hay tantas personas como otros días. días. Es más, el lugar esta más solitario que el desierto.

—No pueden entrar —nos dice un hombre gordo.

—¿Por qué no?—pregunto.

—Esta cerrado.

—¿Cuándo vuelven a abrir?

—Nunca. El acuario cerró para siempre.

Nos damos la vuelta y regresamos al parque, aún no puedo creer que el acuario haya cerrado.

—Hay que comprar un pez —dices como si fuera una buena idea —Mi gata esta muerta así que no hay problema en que pueda comérselo.

—¿Y dónde lo tendremos?

—En tu casa.

—¿En la mía?

—A papá no le gustan los peces.

—A Gemma tampoco.

—Entonces no lo compremos, a demás no tenemos dinero para comprar una pecera y comida.

—Tienes razón... No tenemos dinero...

Sinceramente,  Harry.

Olvida mi nombre //Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora