Si me necesitas mira las estrellas

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"Casi 7 meses.
Siempre tuve capas, pero ahora he tenido tiempo.
Tiempo para hacerlas crecer, para darle un par de vueltas imposibles.

Desde hace 7 meses converso cara a cara con las mismas 3 personas.
Y a veces me pregunto: ¿Es acaso una conversación?
-Pan, crema y dos cervezas por favor.
-¡La costumbre de los viernes!
-¿es viernes?

Mis días.
Mis días estaban llenos de conversaciones esporádicas.
A veces molestas.
A veces las evitaba.
Otras las buscaba.
¡Recolecto historias!

Una cerveza, análisis de 180 segundos y pedía la otra ronda o repentinamente tenía que irme.
La ropa, el transporte, tareas, cansancio.

Escapadas de fin de semana.
La platica en el ascensor.
La venta del día.
La competencia.
¡Mis amigos!
Las risas, la música fuerte, las anécdotas, las bromas, las historias, la noche larga, las nuevas experiencias, la semana.
Ahí no había análisis de 180 segundos, no habían excusas.

7 meses y no hay historias.
No me malinterpreten.
La pasó bien, siempre he disfrutado la dosis de Soledad.
Disfruto mi día, disfruto mi vida.
¡Pero 7 meses!
¿Y las historias para alimentar la creatividad?

Una señora sacando a pasear sus perros desde las 6 de la mañana hasta las 4 de la tarde es lo más emocionante.
¿Qué le habrá sucedido?

-The Raven.

Querido Zayn:

¿Crees qué no recuerdo ese día? Lo tengo grabado en mi cabeza.

Lo recuerdo perfectamente como si hubiese sido ayer, incluso hoy.

Y han pasado siete largos y dolorosos meses desde que moriste.

Justamente hoy se cumplen siete meses, siete meses de un infierno que he vivido.

Recuerdo perfectamente como sucedió...

"El teléfono comenzó a sonar en alguna parte de la habitación la cuál se encontraba a oscuras ya que eran las dos de la madrugada. Harry se despertó por aquél sonido tan escandaloso, se levantó de la cama y prendió la lámpara de noche situada en su pequeña cómoda junto a su cama. Buscó su celular hasta que lo halló en su sofá.

—¿Diga? —dijo con su voz ronca a causa del sueño. Se frotó los ojos con sus manos mientras sostenía el teléfono con su hombro y mejilla.

—¡Harry! —la voz agitada del señor Martín lo puso en alerta.

—¿Sucede algo? — el sueño desapareció por completo del cuerpo del rizado.

—¡Es Zayn! —el señor Martín se atragantó con su propia saliva. Él estaba consciente del trato que le había dado a su hijo el último año pero había algo en su interior que no lo hacía sentir culpable de nada. Según él Zayn había enfermado porqué su esposa, Tara, no preparaba la comida como debía de ser. Pero en realidad, la señora Tara no prepara comida porqué no tenía alimentos que cocinar ya que su esposo gastaba el dinero en cerveza e incluso pagaba la cuenta de todos en el bar. Había sido un año pésimo para la familia Malik.

Y cuando Zayn enfermó apenas si tuvieron para su medicina que no lo salvaría, pero le aliviaría el dolor. Sin ser conscientes de que ellos le habían causado el dolor.

Olvida mi nombre //Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora