Un hueco en mi corazón

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"No quiero estar sin ti, pero haces que un hueco en mi corazón aparezca. Con tan sólo una foto tuya logras hacerme llorar, recordar y vivir con dolor"

Querido Zayn:

Esta mañana me levanté muy temprano, cuando salí de la cabaña el autobús esperaba por todos los estudiantes. Me senté en el último asiento junto a Niall y Liam. Por alguna razón busqué con la mirada a Louis pero no lo hallé por ningún asiento, cuando el autobús dio marcha supe que Louis no viajaría con nosotros. Liam y Niall cantaron "You give love a bad name" de Bon Jovi. Después Niall hizo chistes sin sentido que causaban risa.

Y mientras reía de las ocurrencias de Liam me di cuenta de que contaba chistes como los que contabas tú. No me sentía muy bien luego de eso, pero ignore esos recuerdos. Pero entre más ignoraba esos recuerdos más aparecían, no me sentía bien. Quería gritar, quería bajarme del autobús. Sólo quería ir a casa y que la tortura terminará pronto, quería estar a solas y poder hablar contigo.

Entré a casa dejando mi maleta en la sala, al parecer no había nadie en casa más que Miel y Boy. Les di de comer y preparé algo para mi también, estaba pendiente todo el tiempo al reloj, quería que mamá o Gemma llegarán tan pronto como pudieran.

Prendí la tele y vi una película de terror, supongo que debí quedarme dormido porque cuando desperté mamá estaba preparando la cena y Gemma reía alegremente, cuando
entré a la cocina mamá dijo:—Hola cariño, te extrañé —me dio un beso en la frente.

—¿Qué tal el campamento? —preguntó Gemma.

—Horrible —dije, mamá y Gemma intercambiaron miradas y luego mamá dijo:

—Trudy esta en la habitación de arriba, se quedará con nosotros unas semanas.

—¿En verdad?—me alegró que la tía Trudy llegará a quedarse con nosotros. Subí a su habitación que siempre le había pertenecido a ella cuando se quedaba en casa. Llamé a su puerta y
demoró unos minutos en abrir.

—Harry —dijo viéndome de abajo hacia arriba —has crecido mucho —me abrazó.

—Te extrañé —le dije. Entré a su habitación y me senté en el borde de la cama. No sabía que decir, había pasado tanto tiempo desde que la había visto.
Aunque no lo creas sigue igual, no tiene arrugas excepto unas en su frente que se dejan ver, su cabello corto, y estoy más alto que ella. Si que he crecido.

—¿Todo esta bien?—me preguntó frunciendo el ceño.

—Si —dije dudoso. La tía Trudy me entregó una foto vieja donde estamos tú y yo en el parque. Recuerdo que tú se la regalaste para que cuando creciéramos nunca se olvidará de
como fuimos de niños, y a pesar de que a pasado tanto tiempo todavía la conserva. Un hueco se abrió en mi pecho y las emociones comenzaron a salir. Lloré, lloré porque tengo derecho a hacerlo. Lloré porque no me hago la idea de que te hayas ido tan joven, lloré porque te extraño mucho y hay días que no quiero levantarme de la cama; dejé salir un poco de mi dolor, porque no sé como sacarlo todo si los recuerdos aún siguen presentes y son como apuñaladas en mi pecho y cada vez son más fuertes. Lloré porque me encuentro tan confundido. Dejé salir un poco de mis millones de problemas.

La tía Trudy me abrazó fuertemente mientras yo sollozaba, tenía la foto pegada a mi pecho. Nos tenía de niños en mi pecho, estábamos tú y yo, felices como debió ser siempre. Y es ahora cuando deseo ser yo el que este bajo tierra y no tú.  Porque tú hubieras podido sobrellevar esto, porque tú eres fuerte, no eres un cobarde como yo.

—¿Por qué él no puede estar aquí? —dije entre sollozos. Siempre me he preguntado por qué no puedes estar aquí, en mi mundo, en el mundo de todos, contando tus chistes de mal gusto y haciéndonos reír.

—Él lo esta —respondió —Él esta aquí —suspiró. Cuando terminé de llorar tenía los ojos muy hinchados como para bajar a cenar así que la tía Trudy me cubrió diciendo que estaba muy cansado para bajar a cenar.

Estuve sentado en el borde de mi cama viendo fijamente a la ventana por varios minutos sin parpadear, hasta que algo me sacó de mi trance. Me acerqué a la ventana y entonces vi a Louis intentando abrir la ventana con movimientos torpes. Caminé directo a la ventana y la abrí.

¿Qué hacía Louis a las nueve de la noche intentando entar a mi habitación? ¿Acaso se volvió loco?

Louis entró acomodándose su sudadera negra.

—¿Qué estás haciendo aquí? Es muy noche —dije viéndolo directamente a sus hermosos ojos azules.

—¿Por qué besaste a Taylor? —fue lo primero que preguntó.

—Fue ella quien me besó.

—Vi tu cara. Te desagrada besarla.

—¡Porque no te callas de una maldita vez! ¿Por qué no dejas de molestarme?

—Lo siento.

—¿Qué haces aquí?

—Vine a arreglar las cosas. Entiendo que tú estés confundido. Sólo quiero que estemos bien, ¿amigos? —Louis me tendió su mano. Me quedé unos segundos dudando si lo que Louis dijo era cierto.

—Amigos —dije estrechandole la mano. El contacto con su piel me causó un escalofrío.

—¿Te parece si vemos el partido?

—Si, eso estaría bien —sonreí. Se sentía extraño el ambiente,  me sentía extraño estar con Louis pero a la misma vez me sentía bien.

Vimos el partido, comimos palomitas y cantamos  "Where is my mind" de Placebo. Louis jugó con Miel un buen rato y contó pésimos chistes. Le hablé de ti, pero no toda nuestra historia,  le conté sólo lo más importante. Me sentí bien al hablar sobre ti, fue como si el dolor ya no tenía importancia, por un rato.

Louis se fue a media noche, me quedé pensando en él por unos minutos,  aparté esos pensamientos.

Sinceramente, Harry.

















Haganme saber si hay palabras mal escritas.

Espero que les esté gustando.

I love you
♡♡

Olvida mi nombre //Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora