Jeon Jungkook, el cantante más reconocido, tenía al mundo comiendo de su mano.
Era todo un conquistador, solo le gustaba poner nerviosas a las personas con su presciencia, nadie se resistía a él, a excepción de un chiquillo que se la pasaba haciéndo...
Jeon Jungkook era el artista más solicitado por los medios en ese momento, quienes peleaban por obtener entrevistas, presentaciones y promociones pero de eso se encargaban los empleados, justo ahora el guapo cantante estaba realizando uno de sus múltiples coqueteos en el día, esta vez su víctima era un chico sumamente bajo de estatura de cabello rubio que estaba temblando de los nervios por estar tan cerca de aquel que consideraba su ídolo.
-¿Te gustó venir?- habló Jungkook cerca de la nuca del chico soltando aire en ella haciendo que su cuerpo temblara
-S-si- apenas pudo responder
-Me alegro- Jungkook se alejó tomando el álbum que el chico tenía en sus manos poniendo su autógrafo en una página de este, para después devolvérselo
-G-gracias- respondió el chico tomando su álbum con manos temblorosas
-Vendrás al concierto de está noche ¿verdad?- Jungkook acarició el cabello del chico que estaba a punto de llorar por lo que estaba sucediendo
-Si, p-por supuesto- respondió bajando la mirada sintiéndose intimidado
Jungkook se acercó a él tomándolo de la cintura y acercándose a su cuello habló -ahí te veo lindo- dejó un beso en la comisura de sus labios y se alejó mirando al chico casi cayendo al piso por esa acción
El pobre chico no podía hacer nada, estaba totalmente en shock, a punto de desmayarse y al parecer al guardia no le importó mucho ya que lo sacó a jalones del camerino de Jungkook.
Esa era la vida de Jeon Jungkook un codiciado cantante, millonario, multitalentoso, y protagonista de miles de fantasías creadas por sus fans, a él le gustaba saberlo, y estaba más que feliz por tener a todos vueltos locos por él.
Le gustaba sentirse amado por todos, que todos estuvieran dispuestos a hacer cualquier cosa por verlo, tocarlo o lo que fuera.
No siempre se obtiene lo que uno quiere pero Jungkook sabía cómo conseguir las cosas ya sea con una sexy voz y gestos subidos de tono o con sus hermosos ojos de cachorrito y un adorable puchero al cuál nadie le podía decir que no.
Todos están comiendo de su mano, pero Jungkook estaba a punto de caer completamente.... y sería una caída dura.
Nadie le dice que no....
O eso creía... Algún día llegaría alguien que le haría caer en cuenta de que no lo tiene todo en el mundo.
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××××××××× Hola bellezas :), este es mi nuevo proyecto, espero que les guste mucho, es algo un poco diferente a lo que he hecho, pero aún así me está gustando mucho escribirlo.
