Taehyung tenía solo 19 años cuando la prueba de embarazo salió positiva; y Jungkook tenía una familia hecha.
Después de eso Kim Taehyung se ve rechazado por su progenitora, teniendo diferentes dificultades en su vida a raíz de su error.
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El día del examen se apuro a llegar, al haber sido citado a las ocho de la mañana, tuve la posibilidad de levantarme una hora más tarde que de costumbre. Mamá abajo se encarga de hacer el desayuno, yo me encuentro listo, siento nervios como cualquier persona normal cuando de un examen se trata.
Salgo de mi habitación con mi cuaderno en mano, alejo la vista de este cuando bajo los escalones. "Tae, no es bueno que estudies antes. Ahora come y bebe esto." frente a mi deja un plato de fruta picada y una taza con un té caliente. Dejo el cuaderno en la silla de al lado y me dispongo a comer. "Tu papá no pudo venir, pero dijo que le llamaras apenas salieras."
"Lo haré." hablo con un poco de comida en la boca y recibo una mirada amenazante de mi mamá. Hago una pequeña reverencia en disculpa. Cuando termino, ella recoge los tratos que he utilizado y yo subo a mi habitación, cojo mi suéter y me lo coloco. Al verme al espejo me doy ánimos levantando mis dos pulgares.
Escucho el grito de mi madre desde el piso de abajo y con rapidez me apresuro a llegar con ella. Salimos de casa y ambos subimos al auto. "¿Está lejos?" Niega.
"Está cerca del colegio, a unas calles de ahí." asiento, dejando la conversación hasta ahí. Cierro los ojos para descansar y recargo mi cabeza en el asiento. Quisiera pensar en cosas referente a esto, en lo que probablemente venga o en todo lo que estuve estudiando durante esta semana y media, pero no. Jungkook esta en mi mente, su sonrisa abarca mis pensamientos y la suavidad que sus labios posean.
Suspiro. ¿Es así cómo se siente? ¿El estar enamorado? Porque el sentimiento no me desagrada en lo absoluto. Constantemente siento un... es difícil describirlo pero, siento algo en el área del corazón cuando de Jungkook se trata, siento un revoltijo en mi estómago que bien podrían ser esas mariposas de las que toda persona enamorada habla. Y sin evitarlo, una sonrisa se pinta en mi rostro cada que lo pienso o nos imagino en un escenario cualquiera.
Desde la llamada de ayer, llevo contando las horas para verle nuevamente. Ansío el sentir su tacto, el oler su colonia tan varonil y verlo sonreír de esa forma en la que sonríe cuando estamos juntos. En punto de las seis de la mañana del día de hoy recibí un mensaje suyo, una nota de voz más específicamente, lo repetí poco más de seis veces. Me deseo suerte, agregando que soy inteligente y que puedo con todo, fue corto pero fue suficiente para alegrarme apenas desperté. Su voz es tan genuina, tan grave que me eriza la piel con solo escucharle.
Siento mi hombro ser movido y abro los ojos, la mirada de mi madre esta sobre mi y ella sonríe. "Hemos llegado." avisa, asiento tallando mi ojo izquierdo. "¿Qué era lo que soñabas, mh? Balbuceabas cosas extrañas." comenta mientras acomoda los mechones de mi cabello.
