True Love |KookTae| +17.

the end

Taehyung sonríe en grande cuando da un vistazo hacia el pasado. Hacia su pasado, más específicamente. Hacia cada acontecimiento malo por el que tuvo que pasar para estar en el punto en el que está ahora. Podía hacerlo sin problemas, sin ningún pesar o malestar en su mente. Porqué está muy seguro de que el Taehyung del pasado estaría muy orgulloso del Taehyung que es hasta tal día. Porque es alguien plenamente feliz, alguien que vive su vida día con día, alguien que es amado y que se permite amar de regreso.

Hace tan sólo una hora atrás que dejó a su hija, de ahora cinco ─próxima a cumplir seis─ años, frente a la puerta de su primer instituto. Tiene muchos sentimientos encontrados, para ser sinceros. Ella no lloró como muchos le dijeron que seguramente lo haría, ni mucho menos puso resistencia para ingresar. Todo lo contrario a esas palabras; él besó su moflete en forma de despedida y ella de inmediato puso marcha por dónde los demás niños caminaban, sacudiendo su mano de un lado a otro junto con una sonrisa tierna en su dirección antes de ingresar por completo al interior.

Para ese momento yace sentado sobre el sofá de la sala de estar. El mismo sofá en el que Nayeon y él solían pasar sus mañanas mientras desayunaban, antes de que la hora de irse llegara. Yeontan está por algún lado del departamento durmiendo aún y sin enterarse que su amiga de aventuras no está en casa como normalmente es. Así que está solo, viendo los interminables vídeos que tiene a lado de su bebé. Está orgulloso, por supuesto que lo está, su vida escolar acaba de iniciar, pero él... quisiera tenerla entre sus brazos siempre, desearía que ella se hubiese quedado bebé por siempre. Es un poco ridículo, si lo piensa, porque ella sólo se irá por unas horas.

Tiene el día libre y no sabe que es lo que debería hacer para distraerse aunque sea un poco. Salir con sus amigos no es una opción, definitivamente, ellos deben estar en sus empleos a esa hora de la mañana en pleno Lunes. Jungkook tampoco es una opción, tristemente; él tuvo que salir de la ciudad dos días atrás para ver lo de una nueva cede de su empresa. Oh, Taehyung recordó lo mucho que se esforzó por cambiar esa cita para no perderse el primer día de su hija, lamentablemente no pudo ser posible, pero se encargó ya de decirle que todo salió de maravilla. No ha recibido respuesta, pero casi se puede imaginar la sonrisa que pondrá apenas lea cada uno de sus mensajes, sumando a todo eso que ha añadido una foto de Nayeon con su pequeño uniforme.

Suelta un suspiro ante el aburrimiento y apaga el celular, se pone de pie y pega un pequeño brinco en su lugar cuando Yeontan llega corriendo de la nada a dónde él. Se ríe de si mismo. A penas se agacha para cogerlo en sus brazos, dado que él brincaba. Besa su pequeña cabeza y continúa con su caminata hacia la habitación. El clima no es el mejor de todos, la temperatura ha bajado un poco más, así que coge un abrigo que vaya bien con lo que lleva puesto ese día y se lo coloca sobre su cuerpo.

"¿Quieres ir conmigo?" Pregunta al can que yace en su cama, él ladra en respuesta (o eso es lo que cree Taehyung). Asiente a la nada y busca la correa de Tan dentro de una caja que tienen específicamente para las cositas de él. También toma su collar y se lo coloca en su cuello. "Anda, iremos por un café."

Toma sus llaves y vuelve a llevar a sus brazos a Tan. Hace su recorrido hasta el primer nivel, en donde deja a Yeontan en el suelo para que éste camine por si solo. Sale del edificio y unos rayos de Sol golpean directamente en su rostro, logrando que haga una mueca por lo incomodidad a su vista. Camina hasta la reja de entrada y saluda al guardia de la puerta con amabilidad; sale y cruza la calle después de ver a ambos lados para asegurarse de que no haya ningún auto cerca de su perímetro.

Yeontan parece disfrutar de su caminata, entreteniéndose con la más mínima cosa que en su camino se cruza, olisqueando todo con esa pequeña naricita que tiene; Taehyung sólo sonríe ante la ternura que le causa. Cuatro minutos después, divisa el local de café ya a pocos metros de él; repite el mirar a ambos lados de la calle ─a pesar de que el semáforo peatonal está en verde y con segundos de sobra para que pueda pasar sin problemas─. Antes de ingresar al lugar, Yeontan comienza a brincar hacia atrás, ladrando a la nada y moviendo de izquierda a derecha su afelpada cola, aparentemente emocionado, demasiado. Taehyung lo mira con la confusión palpable en sus facciones.