True Love |KookTae| +17.

special

¿Qué era lo mejor? Taehyung no puede encontrar las palabras específicamente correctas para describir lo maravilloso y perfecto que fue su penúltimo y último día, respectivamente, en las pequeñas vacaciones que tomaron en aquel grandioso lugar.

Comenzando por el hecho de que, de manera oficial, su preciosa bebé había cumplido ya un año de edad. Un año desde que había llegado a su vida para darle una vuelta de trescientos sesenta grados a ésta. La adora y ama con una intensidad que jamás imaginó, podría ser humanamente posible. Agregando el hecho de que, vivió esa gran experiencia a lado de la persona que ama y que, muy para su buena suerte, es su compañero.

Sí. Ellos le dieron obsequios a Nayeon (juguetes nuevos para su colección en casa) y un par de prendas nuevas porque ella está teniendo un crecimiento medianamente rápido y sus prendas comienzan a quedarle cada vez más pequeñas. Fue mimada más de lo que está acostumbrada; atendieron la videollamada que los amigos de Taehyung hicieron especialmente para felicitarla, Tan incluido en ella. Compraron un pastel pequeño, le desearon cosas buenas al igual que una vida feliz.

No hicieron mucho, a decir verdad. Pasearon por la orilla del mar cuando el atardecer estaba en su máximo esplendor, parando su caminar de vez en cuando para que el agua salada tocara los pequeños pies de la bebé (quien no se mostró disgustada ante la sensación nunca antes experimentada). Dejaron que ella jugara con la arena cuando ésta pareció haber captado su atención; sentados uno al lado del otro con la bebé en medio, regalando sonrisas brillantes cada cuánto y la pequeña brisa golpeando sus rostros sin llegar a ser molesto. Ambos capturaron momentos para el recuerdo con la ayuda de la cámara de sus teléfonos. Todo siendo tan especial. 

Tuvieron una cena tranquila en un restaurante que encontraron en su camino, la comida fue buena. Regresaron al lugar donde estaban hospedándose; Taehyung se encargó de dar un buen baño a Nayeon para quitar la arena de su cuerpecito, quien cayó profundamente dormida luego de ser acomodada en el medio de la cama. El trabajo de ser padre primerizo le resulta muy agotador al menor, pero es algo que adora hacer. Porque para él, es muy lindo cuando su bebé acaricia su rostro con mucha delicadeza mientras intenta dormirla en las madrugadas que ella llega a despertar.

Después de asegurar a Nayeon en la cama, para evitar algún posible accidente, fue directo a la reducida sala de estar que el lugar tenía, dónde Jungkook le esperaba paciente sobre el sofá de dos plazas, luego de que su oferta para ayudarle fuera rechazada sutilmente.

Taehyung se sentía tímido, por alguna razón que hasta el día, desconoce. Tomó asiento al lado de su mayor y éste tomo su mano zurda casi de manera inmediata, entrelazando sus dedos, repartiendo débiles caricias sobre el dorso ajeno. Fue él quien dio inicio a la conversación.

Conversación que duró hasta pasadas las dos de la mañana.

Cada momento fue hermoso y especial en demasía. El sueño no estaba presente en sus cuerpos, no. Ambos se sentían con energía, cómodos y con ánimos de continuar hasta donde fuera posible. Compartieron anécdotas del inicio de su relación, dejaron al aire libre cuan mal se sintieron mutuamente durante ese periodo en el que dejaron de verse por los acontecimientos ocurridos. Jungkook aprovechó para pedirle disculpas nuevamente. Fueron mil y un cosas de las que hablaron; compartieron uno que otro beso cuando la situación lo ameritó.

Entonces, poco después de que Taehyung viera la hora en la pantalla de su celular por mera curiosidad (siendo más de las dos de la mañana, como ya se había dicho antes) pasó que Jungkook afianzó el agarre de sus manos, apretando levemente ésta y logrando así que él lo viera directo a los ojos. Se perdieron mutuamente en la mirada del otro por un par de minutos. Minutos en los que se adoraron un poco más; minutos en los que se enamoraron un poco más; en los cuales cayeron en cuenta que, en efecto, su felicidad eran el uno y el otro.