Capítulo 02

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Abrió sus ojos en el preciso instante que la multitud comenzaba a bajar su equipaje del avión. Llevó una de sus manos hacia uno de sus ojos con cansancio, levantándose de su asiento para comenzar a bajar delicadamente su equipaje, temiendo que cayera de una forma abrupta sobre ella.

Camino entre la pequeña multitud hacia la puerta donde era recibida por una azafata con una gran sonrisa en su rostro. Rascó su nuca ensoñada aún con somnolencia encima. Se adentró hacia la zona de espera, dejando que su cabeza se recostara en el frío respaldo que cubría por detrás su espalda.

Lentamente comenzó a entrar en una ensoñación callada, el sonido que provenía de sus audífonos era completamente relajante y tranquilo. Una melodía calmada.

Abruptamente sus ojos fueron abiertos mientras los audífonos cayeron por encima de sus hombros. Rebusco a lo cerca de su cuerpo, dando media vuelta en búsqueda de aquel responsable del sobresalto. Su respiración era incongruente.

"¿______...?" alzo la mirada, encontrando un rostro conocido. Maldijo internamente.

"¿Federico?" parpadeó un par de veces, rebuscando que no fuera provocado por la somnolencia que había en su cuerpo. Se levantó del asiento, siendo tomada sorpresivamente por la cadera en un fuerte apretujón "Federico...Stop..." tosió levemente ante el cambio drástico de la regulación en su respiración "¡Federico, stop. i can't breathe!" sorpresivamente fue dejada mientras se desvanecía en el suelo del aeropuerto.

"¿Te encuentras bien?" Federico se arrodilló frente a ella, preparado para ayudarla a levantarse; sin embargo, uno de sus brazos lo detuvo.

"I'm fine, just don't do that again— Estoy bien, solo no hagas eso de nuevo" colocó la palma de unas de sus manos sobre la superficie metálica, impulsando hasta quedar nuevamente en la posición inicial "Can we go home?-" Maldijo internamente al encontrarse siendo arrastrada alrededor de todo el aeropuerto hacia el estacionamiento.

"¡Claro! ¡Es lo que haremos en este instante!" lamento el instante en el que se encontraba, siendo arrastrada por el estacionamiento mientras observaba el aura de gran entusiasmo que desprendía su cuerpo.

Estando a unos pocos pasos del automóvil Federico la dejó plantada en aquel lugar, tomando la maleta entre sus manos y caminando hacia la parte trasera del automóvil. Tallo uno de sus ojos con cansancio; se acercó hacia la puerta que estaba frente a ella, recostándose sobre el cálido y cómodo sillón. Cerró un momento sus ojos, parpadeando levemente mientras un silencio acogedor rodeaba su alrededor.

Gimió con protesta al escuchar como una de las puertas era abierta, desvaneciendo el silencio en el automóvil. Lo siguiente que escuchó fue como el automóvil se encontraba en marcha, avanzando hacia un rumbo desconocido. Llevó ambas manos hacia su rostro con frustración, jadeando con cansancio en un grito silencioso. Tomó entre sus manos el teléfono que se encontraba en su bolsillo, llevándolo hacia su rostro.

"Pete <3"
Did you get to Mexico?
How do you feel?
Was the flight okay?
let me know anything

I feel completely fine, Pete. you do not have to worry
Me encuentro completamente bien, Pete. No tienes de que preocuparte
Nothing happened on the flight, maybe just a little brat too loud, other than that nothing happened
No ocurrió nada en el vuelo, tal vez solo un pequeño mocoso demasiado ruidoso, fuera de eso nada ocurrió

Una risita desprevenida salió de sus labios al recordar el momento que el infante se encontraba a su lado dando un gran espectáculo escandaloso. De pronto los recuerdos cambiaron a uno más lejano, siendo impresionante para sí misma recordar algo como eso.

Sus recuerdos divagaron hacia años lejanos. Vancouver, Canadá. Había estado detrás de su hermano, escondiéndose de las personas que estaban saludando a su hermano y madre. Moore, la familia Moore. Enfrente de ella había un niño que estaba al lado de su madre, sonriendo tímidamente mientras era halagado por su madre.

Su nombre era Peter. Peter Moore.

Ambos habían convivido casi toda su vida juntos, habían estado enredados en múltiples eventos, siempre juntos. Habían crecido juntos, uno al lado del otro, en las buenas y en las malas. Eran una familia ambos. No había importado el riesgo cuando se había mudado de Vancouver hacia California.

Movió levemente su cabeza, despejando los malos recuerdos que había tenido que afrontar con tan pocos años; sin embargo, ahí siempre había estado Peter.

Colocó una de sus manos en la ventana a su lado, mirando de una forma absorta la gran cuidad que los rodeaba. Habían multitudes inmensas de personas que caminaban alrededor de las calles, caminando cabizbajos centrados en su rumbo. A su alrededor habían edificios inmensos. Las calles eran ruidosas y desastrosas. Los automóviles se movían de forma descontrolada, siendo ruidosos entre ellos, incrementando el bullicio que había en las calles.

Un recuerdo fugaz llegó a su memoria. Durante un año de su adolescencia había estado permaneciendo en Los Ángeles, California. La famosa cuidad de la oportunidades había sido su residencia; sin embargo, había tenido una estancia tranquila. Permanecía en la comodidad de su hogar, algunas veces se encontraba caminando entre las calles. Había comprendido que las calles eran silenciosas, solo era una falsa fama que le habían dado. Habitualmente se encontraba cómodamente por las calles.

Resoplo con cansancio. Recostó lentamente su cabeza sobre el costado de una de las puertas, se acomodó en el acogedor sillón, acurrucándose en una esquina mientras sus piernas se contraían en su pecho en busca de calor. Comenzó a cerrar los ojos con cansancio, lentamente comenzó a sentir de nuevo la somnolencia; sus ojos se cerraron dejando que el cansancio se acomodara en su cuerpo.

•𝑬𝒍 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐 𝒏𝒐𝒔 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂 - Carlitos y tú «𝒸𝑜𝓇𝑒𝑒𝒸𝒸𝒾𝑜𝓃»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora