Capítulo 11

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-Sabía que Oikawa-kun se daría cuenta del tipo de chica que es-comentaba Maki con cierto tono de burla en su voz-...seguramente se aburrió de ella.

-Por favor, solo véanla...ello no combina en nada con el aura de Tooru-kun-dijo Mizuki.

Las amigas estaban cerca de la puerta del aula, comiendo su almuerzo y de paso, criticando a la capitana del equipo de voleibol, que simplemente estaba sentada bebiendo un jugo de manzana mientras miraba por la ventana.

-Debió de quedarse en Inarazaki-a completo Yuri con desprecio.

-Estoy de acuerdo-dijeron las otras dos al mismo tiempo.

Se quedaron en silencio unos segundos, antes de que la más baja con una leve risita dijo.

-Ahora que no tiene la protección de Oikawa, podríamos vengarnos...por su culpa Oikawa-kun nos hablo feo, y eso, no se lo voy a perdonar.

Una sonrisa ladina apareció en el rostro de sus compañeras.

-¿Después del club?-pregunto Maki.

-Sí, vamos a enseñarle que no se debió meter con nosotras-respondió con una gran sonrisa.

Sayuri sentía la presión visual de esas tres locas, pero quería ignorarlas por completo, así que para que molestarse en verles. No importaba cuanto intentara hablar de forma civilizada, ese tipo de gente era una bruta.

Las horas pasaron, las clases eran igual de tediosas que siempre, pero al menos intentaba obtener unos apuntes decentes, no quería reprobar. Y las horas de entrenamiento no fueran tan diferentes a las pasadas, ya era habitual todo el entrenamiento, así que no tenía complicación en ello, en todo caso, lo único que podía ser mas entretenido era pasarle todos sus conocimientos a la que sería la siguiente setter.

-Muchas gracias Aizawa-sempai-dijo la joven rubia que había estado practicando con la azabache.

La chica asintió, al menos las de primer año no se dejaban influenciar por todos lo rumores, e iban directamente a ella en busca de consejos y su opción en sus saques o colocaciones.

-Intenta balancear tu centro de apoyo, si lo haces no importa la ubicación, siempre harás que el balón llegue a tu compañero-dijo la de ojos rojizos.

-¡Entrenaré muy duro!-dijo Violet.

Sayuri sonrió, dejando a la menor sorprendida y alabada por poder presenciar tan hermosa sonrisa.

-Sé que lo harás-dijo Sayuri con calma revolviendo el corto cabello de la chica, pues si la azabache se consideraba de cabello corto, Violet le ganaba por mucho.

Después de limpiar el gimnasio y levantar las cosas, cada una se iría a casa. Sayuri como era costumbre, era la ultima en marcharse pues al ser la capitana tenía que asegurarse de que dejaran todo en orden, y que estuvieran bien cerrado el gimnasio. La suave brisa de la noche era refrescante, sería un agradable regreso a casa seguramente. Caminaba tranquila, sin esperar para nada lo que vendría después.

***

Agradecía a todos los Dioses que su abuela estuviera dormida cuando llego a la casa, subió corriendo a su cuarto, arrojo su morral sobre la cama y se encerró en el baño de su cuarto, otra vez, agradecía de tener su propio baño. Encendió la luz y lo primero que hizo fue escupir la sangre que se había acumulado en su boca, levanto la cara hacia el espejo. Se veía horrible, su piel ayudaba perfectamente a distinguir los golpes en su rostro, una justo en la quijada y otro cerca de su ojo izquierdo, seguramente al día siguiente estuvieran morados, porque en ese momento tenían un color entre amarillo y verde. Por culpa de uno de los golpes se había mordido la parte interior de su mejilla y no dejaba de sangrar, como odiaba ese sabor metálico.

Setter [Oikawa Tooru x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora