Episodio 4

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Siento haber caminado una eternidad pero si cuento las cuadras han sido tan solo unas pocas, de eso estoy segura, preguntar fue una buena idea después de todo, por suerte las instrucciones que me dieron fueron simples pude y llegar con mucha facilidad. Mis manos están heladas, durante mi transcurso he visto muchos rostros, me enfoque en ellos pero ninguno me pareció familiar, miradas distantes que se entrecruzaron con la mía por momentos muy breves con el solo objetivo de no chocarme en su trayecto.

Me paro fingiendo seguridad y valentía justo frente la dirección indicada, pero a decir verdad estoy realmente aterrada ¿así serán todos los nuevos comienzos? –Me pregunto-, la fila es larga, lo que me hace darme cuenta que no soy la única desafortunada.

Llevo más de 30 minutos haciendo la fila, realmente avanza con mucha lentitud, mis piernas comienzan a sentirse un poco doloridas, la falta de costumbre de estar parada durante tanto tiempo está haciendo estragos en mi cuerpo; realmente no creí estar tan débil después de meses de recuperación, eso es algo muy decepcionante para mi luego de haber puesto tanto esfuerzo en acelerar el proceso. Voy a intentar distraer mi mente, seguro eso me ayudará, enfoco mi mirada en el parque que se encuentra al otro lado de la transitada calle, que por cierto parece tener un tráfico de vehículos muy congestionado, los autos tocan bocina constantemente para que se haga más fluido pero parece que hoy no será su día de suerte.

El parque se ve precioso, las palomas que están ahí revolotean con alegría ¿Quién como ellas que con sus alas no necesitan más? –Murmuro, entre sonrisas-, los niños las corren mientras sus familias los llaman y ellas solo necesitan desplegar sus amplias alas para evitarlos, que maravillosa habilidad que les permite no pertenecer a ninguna parte y a la vez a todos lados. El ambiente es acogedor y muy familiar, a excepción de aquel hombre que se encuentra solo.

Él se ve algo contrastante a aquella imagen digna de una postal, se encuentra apoyado en un árbol justo frente a mí, su ropa oscura y su sobretodo negro dan una impresión de sobriedad y al mismo tiempo lo hacen ver bastante sombrío, trato de apartar la mirada pero me es imposible dejar de observarlo. Él se ve bastante alto y de contextura mediana, su cabello es rubio oscuro por lo que puedo dilucidar, desde que lo noté mantiene su cabeza agachada, sus manos están dentro de los bolsillos de su sobretodo logrando así dar la impresión de total serenidad mientras espera a alguien. Su figura de repente me parece algo familiar, su postura es tan hipnótica ¿qué es esta extraña sensación?...¿lo conozco? Su aspecto, su ropa ¿qué?...¡yo lo conozco!- Grito

Suelto mi bolso rápido y mi cuerpo por inercia corre a su encuentro, nunca había sentido esta desesperación antes, mi mente esta en blanco solo sé que tengo que acercarme a él ahora mismo. Todo mi cuerpo y mi instinto me empuja hacia él; de repente siento un jalón en mi brazo con mucha brusquedad que me tira al suelo haciéndome retroceder brutalmente.

- ¿Qué haces? ¿Qué te querés matar piba? -Me grita desesperada una mujer pelirroja, ella es una mujer mayor, robusta y la expresión en su rostro de enojo mezclado con pánico me paralizo totalmente

- ¿No ves los autos? Casi te choca uno ¿en dónde tenes la cabeza nena? -Exclama con una voz realmente firme

- Perdón no me di cuenta, no estaba mirando.-Le contestó aturdida, mi mente se había puesto totalmente en blanco y en ese momento cuando salí corriendo olvide que cruzar una calle tan transitada corriendo era algo realmente suicida

Me incorporo rápidamente ante la mirada molesta y sorprendida de la mujer que me salvo la vida, miro buscando con desesperación aquel hombre que atrapo mi atención pero para mi asombro él había desaparecido ¿Cómo puede ser? Si pasaron unos míseros segundos. Mi mirada angustiada y fuera de sí, gira en todas las direcciones ampliando la búsqueda pero no puede divisar nada, absolutamente nada. ¡No, no! Es lo único que puedo repetir mientras sujeto con ambas manos mi cabeza.

Memorias OscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora