Una tormenta se aproxima, la segunda de esta semana, el clima húmedo y frío pueden sentirse mientras las copas de los árboles se mueven en una danza agitada, cada vez más hipnótica. La carretera nocturna que luce tan desolada, se hace a interminable y monótona, mientras el silencio sepulcral nos invade a ambos hace horas.
Los recuerdos comienzan a asomarse en mi mente, grandes olas de sensaciones y percepciones que me avasallan con un pasado que hasta ese momento era desconocido para mí.
Recuerdo, recuerdo la sonrisa de mi madre y sus ojos color grises, el suave tacto de sus manos acariciando mi espalda más de una noche en la que llore por amores no correspondidos, la calidez de sus labios al besar mi frente al despedirse cada día y las veces que la hacía enfadar, llegue a pensar en esos momentos que era una ninja o algo así, por su habilidad para arrojarme las chanclas y siempre dar en el blanco. –Sonrío ante esas memorias, ella tenía una puntería excelente.
Puedo recordar a mi padre, su carácter implacable y recto, su colonia refinada con sutiles notas de almizcle, su cabello negro azabache resaltaban el turquesa de sus ojos, tanta elegancia que emanaba su porte, ¡Pero madre mía!, qué carácter tenía ese hombre. De pequeña creía que era un dictador, su mirada fría era implacable a la hora de regañar, ¡Párate firme!,¡No voltees así los ojos!,¡Estudia Burra!,¡Límpiate la cara o aprende a maquillarte, pareces mapache!,¡No te sientes así en faldas, el vecino te vio hasta la conciencia!,¡¿Qué mujer en su sano juicio se pone ropa interior negra con blusa y pantalón blanco para salir a trotar!- Si reconozco era su dolor de cabeza, aun así tengo plasmado en mi memoria el amor incondicional que demostraba por su familia y el orgullo que le daba cada pequeño logro que teníamos-
-¿En qué tanto piensas conejita?-
-¡Ya te dije que no me llames así!- bufé molesta- Nada en especial, solo tonterías-
-¿En serio?- Me dice dudoso – Tus ojitos de perrito callejero bajo la lluvia no dicen lo mismo, tesoro-
-¿Que manías tienes con poner apodos?- Lo miro con enfado – De verdad no pienso en nada, y por cierto, ¿me explicas porque vamos a esa tal "Casona"?-
- Bueno, allí estaremos seguro por bastante tiempo, ya te lo había dicho- Responde – La casona es amplia y cómoda para descansar-
- Mmm, si tú dices – Lo miro y le sonrío – Espero no estés planeando nada pervertido
-Ja! Ya quisieras conejita, tener este cuerpo sensualote en tu cama – Ríe mientras desliza su mano desde su pecho hasta sus abdominales –
-Presumido, para que sepas mejores cosas he tenido, así que no gracias, la oferta no es muy buena-
Ambos reímos durante un buen rato, la noche se hizo menos densa, la risa suele ser la mejor cura para los dolores en el alma.
El alba comienza a asomar cuando estamos llegando a nuestro destino, las nubes negras de tormenta se dispersaron a medida que avanzábamos. La casona era impresionante, al entrar en ella mis ojos captaban los detalles lujosos y se abrían de par en par, la escalera central que dirigía a los cuartos era extremadamente bella, las alfombras empolvadas pero delicadas, no perdían su esplendor, al igual que aquellos preciosos candelabros con toques dorados.
-Arriba hay varias habitaciones, solo escoge una- Dijo Samuel mientras cerraba la puerta- Necesitas descansar
-Y luego, ¿Qué?- Le pregunto mientras giro en mi eje para ponerme frente a él-
-¿A qué te refieres? – Cuestionó confundido-
- ¿Qué se supone que sucederá?-
-No tendré sexo contigo si eso estas esperando, no eres de mi tipo- Sonrió orgulloso-Aunque si quieres puedo hacer el sacrificio, es como un acto de beneficencia

ESTÁS LEYENDO
Memorias Oscuras
غموض / إثارةElizabeth despierta luego de un largo coma para darse cuenta que ha perdido todos sus recuerdos, sus memorias se reducen a extraños y aterradores sueños donde la realidad se confunde con las penumbras de la noche. Entre el miedo de iniciar una nueva...