Episodio 6

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La casa se ve muy acogedora, Doris tiene un excelente gusto en cuanto a los muebles, estos son sencillos pero muy armoniosos, me encantan. Avanzo desde el hall hasta lo que parece un pequeño living, las luces están encendidas pero las cortinas de sus amplios ventanales se encuentran cerradas.

¿Doris?- Pronuncio lo más alto que puedo, mientras camino mirando cada rincón que mis ojos me permiten

¿Doris estas en casa? Soy yo Elizabeth- A excepción del sonido de la televisión, no se escucha nada más, no hay respuesta

Sigo avanzando cautelosamente y puedo ver a mi izquierda lo que parece ser una habitación, la puerta está entreabierta. Sé que no debería asomarse, sería demasiado atrevido de mi parte pero... ya estoy adentro de la casa o ¿no? -Me cuestiono tratando de aliviar mi sentimiento de incomodidad- me asomo hasta donde mis ojos alcanzan a divisar el resplandor de una pequeña luz intermitente, con mi mano derecha procedo a empujar suavemente la puerta para poder ampliar mi visión. ¿Qué carajos es esto? -Las palabras salen solas de mi boca

El cuarto está vacío, una habitación totalmente normal excepto por el mueble situado a la derecha de la cama. La luz provenía de ahí. Una vela encendida ilumina las fotos pegadas en la pared, decena de ellas, todas mías. Me acerco cautelosamente observando todo alrededor; -¡Dios! ¿Qué es esto?- Me encuentro petrificada. Hay fotos mías de cuando estaba en el hospital, mientras dormía, de espaldas mientras caminaba en los pasillos e incluso de mi cuando estaba en estado de coma, lo deduzco al ver que me encontraba con respirador y llena de hematomas en el rostro. Pero también las hay de antes, observo fotos mías en lo que pereciera ser un campamento o bosque -Lo intuyo por la arbolada y la extensa naturaleza que figura en ellas- diversos escenarios en los que me encuentro en lugares que no conozco, diferentes estilos de color de cabello y cortes de pelo.

-¿Qué significa todo esto?, ¿Desde cuándo Doris me conoce? Y ¿Por qué tendría ella todas estas fotos ya que ella no figura en ninguna de ellas? -No era necesario ser demasiado lista para darse cuenta que fueron tomadas mientras yo no lo notaba.

El sonido de unas pisadas apresuradas y una puerta que se cierra me sobresaltan, ¿¡Qué hago!? - Entre en estado de pánico, no sabía qué hacer, la desesperación era demasiada- el sonido de los pasos que se aproximaban rápido me hacen tomar una estúpida decisión, la única solución que se me ocurrió fue meterme bajo la cama -Si de verdad no se me ocurrió nada mejor, típica escena de un infiel en apuros-. Me tomo unos pocos segundos tirarme bajo su cama y atine a ahogar los sonidos de mi respiración con ambas manos tapándome boca y nariz, estaba tan asustada que cualquiera podría escucharlos.

Alguien entro a la habitación, desde aquí abajo logro ver sus pies, lleva unas zapatillas deportivas blancas con líneas negras y cordones blancos. Veo que se acerca hasta mi mientras siento el sonido de la puerta cerrarse con fuerza, -¡No puede ser! Esta adentro de la habitación conmigo ¿Sabrá que estoy aquí abajo? Solo puedo pensar en eso-. El individuo se sienta en la cama con mucha brusquedad tanto que siento su peso aplastar mi espalda, sujeto fuerte mi boca para evitar soltar el quejido. Un sacudón en la cama seguido de un peso más intenso hace que se me dificulte respirar, para luego no sentir más movimientos -Creo que... ¿¡Se acostó!? ¿En serio?, no, no esto no puede estar pasándome y ahora ¿qué hago?, grito en mi mente-.

Si en algún momento desde que desperté del coma me sentí escéptica de creer en Dios ahora era el momento en que creía en todo, en todos los dioses habidos y por haber con tal que alguno me extendiera una mano para ayudarme a salir de esta situación.

No sé cuánto tiempo paso, quizás unos pocos minutos o tal vez horas, pero no solo no puedo respirar con facilidad por el peso sobre mi si no que me encuentro totalmente acalambrada, quien quiera que sea que esta acostado sobre la cama no se volvió a mover -¿Estará durmiendo? o ¿sabrá que estoy acá abajo y está esperando a que salga? -pienso en todas las posibilidades que pueda imaginar en un momento así, pero solo llego a una conclusión -¡Tengo que tratar de salir de acá abajo e irme lo más rápido posible de esta casa!-.

Lentamente comienzo a moverme hacia el costado para ir deslizándome e intentar zafarme del peso sobre mí, me es muy difícil hacerlo sin que se sienta el movimiento pero no imposible; trato de escabullirme centímetro a centímetro.

-Ay, ay Elizabeth, ¿Dónde te habrás metido?- Exclama una voz ronca y masculina, al escucharlo permanezco totalmente inmóvil, no podría ser de otra manera porque aunque quisiera moverme el miedo que la voz de este hombre me produjo, me había paralizado de pies a cabeza

El peso se aliviana en mi torso para sentirse más intenso sobre mis hombros y mi cabeza, tanto que mi mejilla esta presionada contra el suelo, lo que intuyo es porque se sentó sobre la cama nuevamente. Sus pies están a centímetros de mi cara.

-Qué mujer tan molesta, al final resultaste un gran dolor de cabeza para todos, aunque tengo que reconocer que el juego se puso más divertido Já Já- -Dice este hombre entre risas y yo me pregunto ¿Está hablando solo? O ¿Me estará hablando a mí?

-¿Hola?, ¡Ah! Samuel aquí estabas te estuve buscando toda la mañana- -Escucho decir de repente mientras la puerta de la habitación se abre de forma abrupta y automáticamente reconozco esa voz femenina, ¡Es Doris!.

-Por fin llegaste Doris- Responde él rápidamente y siento que se levanta, al fin puedo respirar normalmente -¿Dónde crees que estuve?, estuve buscando a tu chica traviesa que esta fugitiva- Acota él de forma muy punzante -Esta chica sí que resultó ser un problema ¿No?-

- En vez de quejarte deberías estar buscando Samuel, me dijeron en el hospital que fue a buscarme así que seguramente sola va venir a mí, no creas que la situación no me tiene preocupada- Le contesta Doris

-Mm está bien, pero sugiero que vallamos a dar unas vueltas por el refugio seguramente está ahí o en las cercanías, ella no conoce nada, no puede ir muy lejos- Le sugiere de inmediato él

- Si vamos, antes que el problema se agrande o pase algo peor- Le contesta Doris mientras ambos caminan hacia afuera del cuarto

Escucho sus pasos alejarse y comienzo a sentir alivio, por fin voy a poder salir. Necesito ir a la policía algo muy raro está pasando, no sé quién es esta gente realmente, creí conocer a Doris pero descubrí que nunca fue sincera conmigo, no sé porque me están buscando o lo que es aún peor que pasaría si ellos me encuentran, ¿Qué harían conmigo? Necesito informar esto a las autoridades y mostrarles las fotografías en la habitación de Doris.

Siento que fui muy afortunada de no haber sido descubierta hoy, ellos aún están en la casa pero van de salida y en momentos podre irme de aquí. Aunque no esté segura de que se trate todo esto el peligro en el que me encuentro es evidente, necesito descubrir cómo se conecta con mi pasado y si ellos son en alguna manera responsables del estado en el que llegue al hospital.

-Espérame afuera que me olvide las llaves del auto sobre la cama- Escucho que le dice a Doris mientras vuelve a la habitación donde me encuentro

Se acerca a la cama con mucha prisa y el siento el sonido metálico cuando levanta algo que se encuentra sobre la cama, deben ser las llaves que está buscando. Veo como camina a la salida nuevamente y escucho el rechinido cuando cierra lentamente la puerta, pero se detiene.

-La próxima vez que juegues a las escondidas, trata de no respirar tan fuerte bonita, así siempre te van a encontrar, Já- Dice con voz burlona mientras sale de la habitación y cierra la puerta.

Memorias OscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora