capitulo 28

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¿Cómo entraste?- fue lo único que dijo.

-Eso no importa ahora- sonreí amargamente- solo quiero y necesito que me escuches Sofía…

Se sentó sobre la cama volviendo a mirarme, con lo que parecía ser furia, decepción y más dolor.

-¿Escucharte que? ¿Eh?

-Solo escúchame, déjame explicarte lo que en realidad paso ese día y porque dije lo que dije…

-¿Explicarme?- se rio muy sarcásticamente
- ¿Explicarme qué? Dime. ¿Explicarme cómo me volví un absurdo juego para ti? ¿Explicarme cómo es que caí redondita
en tus sucias manos? ¿Sí? ¿Explicarme cómo te importo tan poco?

-Si me importaras poco, ¿Crees que estaría aquí? ¿Crees que te hubiera buscado tantas veces para decírtelo todo, para explicarte todo?

-No Harry- suspiro- quiero que te vayas ahora mismo de mi casa, no se cómo carajo entraste pero te vas, no quiero verte, nunca más quiero volver a verte…
Sus palabras fueron como dos flechas en mi corazón, estaba acabado, estaba jodido, lo había jodido todo, pero muy, muy en mi interior, sabía que no me podía dar por vencido, tal vez pude darme por vencido con muchas cosas, pero no con ella, no con mi Sofía.

-No me iré, lo siento- entre más a la habitación- no hasta que me escuches.

Ella no dijo nada, solo veía como cerraba la puerta y me acomodaba en la silla, por fin, era el momento, el momento que espere por días. Me acomode en la silla del escritorio y la mire, sus ojos estaban muy abiertos, sus labios brevemente separados, su cabello un poco alborotado, sus mejillas sin color alguno, y su nariz un poco roja.

-Sofía, nunca en mi vida pensé en conocer a alguien que me hiciera tan feliz como tú lo hiciste conmigo en tan solo días, verte a ti era más que suficiente para tener un buen día, verte sonreír de la forma en que solo tú sonríes, verte sonriéndome, la sonrisa que es solo para mí, la más linda y sincera que no vi jamás, tu tan dulce y tierna inocencia me enloquece, recordar la mejor noche de mi vida me vuelve eufórico, el saber que fuiste mía, mía, única u exclusivamente mía por una noche, me enloquece- me detuve un momento- pero todo lo tuve que joder con palabras que ni siquiera eran ciertas, esas malditas palabras son las que te jodieron a ti y a mí.

Ella me miraba sin expresión alguna en si rostro, solo salían lágrimas de sus ojos.

-Nunca quise decir lo que quise decir, en realidad, me moría por decirle a tu hermano que me encantaba estar contigo, que era el hombre más feliz del universo, que si, me gustabas, que si, me besaste y te besé, y eso no tenía que ser un maldito problema, y menos para el. Me moría por decirle que eres la mejor mujer del mundo, y que soy el idiota más suertudo en toda la vida, pero al escuchar a tu hermano, pensé en que no podía perderte, no podía dejar que el te separara de mí.

-¿Qué te dijo el?- pregunto en un tierno y casi inaudible susurro.

-Al terminar las clases, salí rápidamente del salón y me estaba dirigiendo a la biblioteca y me encontré a tu hermano, este me tomo por sorpresa y me llevo hasta donde nos escuchaste; me preguntó que si en realidad tenía algo contigo o no, y que si en realidad nos habíamos besado, en ese momento pensé en decírselo todo, pero luego continúo diciendo que si llegaba a decirle que sí, nos iba a joder todo, y lo que teníamos. En ese instante me dio miedo de perderte, no lo quería, y
por eso dije lo que dije, por querer cuidar y proteger lo de nosotros.
Sofía se quedó en silencio y luego note que apretó la mando con fuerza, y
empezaba a fruncir el seño.

-Además de eso, me dijo que Cox, fue el que le dijo que nos había visto
besándonos. Con el ya arregle las cosas, al igual que con tu hermano.

-¿Qué?- me miró confundida.

-Ese día, ese mismo día cuando estabas molesta y saliste rápido de la biblioteca,me dirige a mi casa y tú hermano estaba ahí, me explico todo lo que pasó, me explico el porque hizo lo que hizo, y el mismo me dijo que lo sentía, y me dio esperanza que esperara por ti, ese mismo día le conté todo, le conté lo feliz que me hacías, lo importante que eres para mí, le conté de que me gustas más que nada en la vida. Y con Cox arregle eso de otra forma y me dijo que tú le gustabas y que de había puesto celoso por verme contigo. Y gracias a tu hermano estoy en este momento aquí, el me dio la llave y me dijo que viniera por ti, y aquí estoy.

Suspiro y solo la mano que tenía empuñada, suavizando el gesto que tenía.

-Sofía, mi Sofía- tome aire, me levanté y me fui acercando lentamente- enserio que lamento cada cosa que escuchaste, puedo más que juntarte que no lo quería decir, pero lo dije por instinto, no te quería perder Sofía, no quiero perderte, ¿Pero que logré con eso? Perderte. Alejarte de mí. Esos días junto a ti, fueron los más lindos y especiales para mí, pensaba en que no necesitaba nada más en la vida a parte de ti, tú eres lo que necesito, tu eres la única que me hace feliz. Todos estos días en que no he estado contigo, en que no has estado, han sido un completo infierno, no he dormido bien, no he comido bien, no he estado bien- me senté en el borde de la cama muy cerca de ella- te necesito, te necesito y te amo más que a nada- tomé su mentón con mis dedos y uní nuestros labios en un dulce beso, el cual ella tardó segundos en corresponder.

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