capitulo 23

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Narra Harry

Después de que Sofía saliera de aquel cubículo dejándome sin nada que poder decir o hacer, tome mi mochila y salí detrás de ella, esperaba poder alcanzarla, pero se desvaneció de entre los pasillos, se había ido muy rápido, o era eso o yo me había quedado mucho tiempo de pie en ese cubículo aun intentando procesar lo
que había sucedido.

Caminé por los pasillos esperando de alguna forma verla o encontrármela por ahí, pero fue inútil, cuando salí, caminé en dirección a casa, no tenía ánimos de nada, y además quería hacer lo que ella había pedido que hiciera para enviarle el mail, teniendo esperanza de que me dejará explicarle lo que había escuchado.

Pase por una calle en la cual me era muy conocida, y después de unos segundos sentí que alguien tomo mi hombro.

-¡Thompson!- grito a mi lado- ¿y tú noviecita?

-Eres un hijo de puta…- susurre.

-¿Cómo es que se llama tu noviecita…?- dijo ahora pasando su brazo por los
hombros.

- no es…

-¡Cállate la maldita boca Cox!- grite soltándome de su agarre.

-Ah sí, es cierto… Sofía Collins- sonrió.

En el momento en que pronunció su nombre, sentí como si el mundo se hubiera caído a mis pies. No lo niego, si quería que fuera mía, mi novia, pero no era verdad, y por la maldita culpa de él ahora todo estaba mucho más difícil.

-¿Esa no es la hermana de Luke Collins?- pregunto en tono sarcástico.

-Cállate… ¡CÁLLATE MIERDA!- grité.

-Y… ¿Luke Collins no es…?

-¿Es qué? ¡DILO!

-El capitán del equipo… Tu maldito capitán Thompson.

-¿Vienes tu a decirme eso? ¿Tú?

-¿Y?

-No me hagas hablar Cox…- di media vuelta y continúe mi camino.

-¿A dónde crees que vas?- volvió a tomarme del hombro pero esta vez con mucha más fuerza.

- ¿vas a ver a tu noviecita?

En ese instante mis manos se empuñaron fuertemente, sentí mis mejillas arder, mi corazón acelerarse, y sin darme tiempo de pensar las cosas mi mano se estampo en la mejilla de Cox, haciendo que este retrocediera un poco.

-Eres tan gracioso- se empezó a reír- me golpeas por solo hablar de tu noviecita, vaya que si estás enamorado Thompson- soltó una gran carcajada; y sin aguantar más, de nuevo mi mano se estampo en su mejilla.

- ¿sabes? Creí que podía tener
alguna oportunidad con ella, que sería mía de alguna forma, pero te me adelantaste, me ganaste Thompson.

-¿Y sabes eso cuanto me importa?- y de nuevo otro golpe en su cara.

-Bueno si, ya entendí, ya cálmate maldita sea.

Mire a Cox, quién mantenía la mano en su cara. Baje la mano y relaje mi cuerpo.
Sentía como el corazón estaba tan acelerado que casi se salía del pecho.
Volvía dar media vuelta y esta vez daba pasos decididos, intentaba calmar la furia que sentía, intentaba calmar el dolor que sentía, tanto en la mano, como en mi cabeza; buscaba un poco de paz, necesitaba calmarme y estar en paz pero luego volví a escuchar la voz de él detrás de mí.

-¡Thompson! ¡Espera!

-¿Podías dejarme un maldito minuto en paz?- caminé como si el no estuviera junto a mí.

-Necesito hablar contigo- dijo.

-Ya hablamos lo suficiente Cox, me largo.

-No, espera.

-¿Qué más quieres de mí?- me detuve- ¡déjame en paz!- y continué dejando a Cox atrás.

-¿Cómo lo hiciste?- preguntó e hizo que me detuviera por unos segundos.

- ¿dime?

-¿Cómo hice qué?- pregunté desinteresado.

-Que ella se enamoré de ti, ¿cómo lo hiciste?

Y entonces una gran punzada en el corazón hizo que me detuviera.
“¿Cómo hice que ella se enamore de mí…? ¿Ella se enamoró de mí? No… Yo me enamoré de ella… Y perdidamente…”

-No hice nada Cox, no he hecho absolutamente nada, ella no está enamora…- fui interrumpido.

-No digas que no lo está. ¿Acaso no has visto la forma en que ella te mira? ¿Acaso no has notado como ella se pone cuando estas cerca? ¿No has notado como se pone cuando estás con ella? ¿No? ¿No lo has notado? ¿No has notado como se colorean sus mejillas cuando te ve?
Las palabras de Cox me cayeron como un baldado de agua fría, de nuevo mi mundo estaba abajo, y en ese instante, en ese maldito instante me di cuenta de cuanto la necesitaba. Ayer a esta hora ella iba conmigo, iba aquí a mi lado, dedicándome sus mejores sonrisas, dejándome ver sus ojos brillantes, dejándome ver lo que ella es.

-¿Dime Thompson? ¿Cómo lo hiciste?

En mi cabeza se repetía varias veces ella, y las escenas de hace unos minutos, la forma en que lloraba, en como sus sollozos acariciaba sus dulces y delicados labios; recordaba sus palabras… ¿Cómo pude no haberle dicho la verdad a Luke? ¿Por qué sencillamente no le dije que me había enamorado de su hermana? ¿Por qué no le dije que la quería, qué me gustaba? ¿Por qué en vez de decirle la verdad, busque “protegerla”?
¿De qué mierdas la quería proteger? ¿De mí? ¿De su hermano?

-Debí decirle la verdad…- dije en un susurro que no se escuchó.

-Respóndeme. Tranquilo, no te la voy a quitar, tú ganaste. Ella es tuya.

-¿Por qué le contaste a Luke?- volví a susurrar.

-¿Qué?

-¡¿Por qué le contaste a Luke lo que viste?!

-Yo…

-Claro- me reí sarcásticamente- ahora no vas a hablar, eres un maldito cobarde-continué mi camino.

-¡ESTABA CELOSO!

Fingí no haber escuchado nada y seguí caminando dejándolo atrás, ahora solo quería llegar a casa y enviarle el correo que ella me había dicho, quería intentar hablar con ella. Quería explicarle todo.
Llegue a casa, y con gran rapidez y subiendo de a dos escalones llegue a mi habitación, olvidé saludar a mi hermana y mi mamá, solo quería hacer una cosa. Al abrir la puerta, note la presencia de Luke, quien estaba felizmente recostado en mi cama.

-Hasta que al fin llegas Thompson.

-¿Qué haces aquí?

-Vine a hablarte de mi hermana- quede sin moverme en la entrada- creo que es hora de hablar debidamente de ello.

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