Creciendo Junto A Ti

Hablar es importante

Kohaku estaba fuera del templo haciendo guardia. Al menos el templo se veía tranquilo desde la distancia, no se deformaba como hace un rato, seguro no hará nada si se mantiene alejado, lo único que esperaba era no necesitar quitar el sello de ese corazón que se mantenía tranquilo en forma de una piedra blanca en su mano.

Voltea a ver al monje Yong, quien seguía en el suelo, tubo que ponerle una mordasa en la boca para que dejara de decir oraciones, al menos hacía un rato que dejó de intentar safarse.

Un poco más tarde vió al señor Sesshomaru llegar solo, se preguntó por qué?, es decir, tal vez no encontró la mente del señor Inuyasha, aunque en teoría no debería poder verla, ¿es una mente,no?, no es algo físico, ¿ o sí?, no es como si el señor Sesshomaru tubiera que traer un cerebro en sus manos...., no, no, no, no.... debe pensar en positivo y no en negativo.

Kohaku sigue al demonio con la mirada y lo curioso es que él tiene a colmillo sagrado elevado en el aire y parece estar....cargando y empujando algo?, hace señales con sus manos, mueve sus labios como si le hablara a alguien, a parte parece muy enojado, luego agitó su espada al viento con mucha fuerza y de repente es como si volviera a estar solo él, que raro, el templo intentó atacarlo y el demonio solo entró esquivando el ataque.

En sus pensamientos, Kohaku esperaba que el señor Sesshomaru lograra algo, no le gustaría escuchar que las cosas se han complicado.
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Miroku estaba sentado en aquél lugar, que lo ha tenido atrapado durante horas, mientras esperaba por alguna señal de Sesshomaru, si llega a salir de ahí de lo único que está seguro es que los hermanos peliarán en cuanto se vean, para cuando eso pase más le vale estar alejado, no tiene idea de por qué el mayor venga en busca del menor así tan de repente, para ayudarlos seguro no es, pero ahora solo le queda esperar y confiar en él, qué más puede hacer?, desde ese pequeño espacio que comparte con el bello durmiente no puede hacer nada, valla pedaso de monje está hecho.

Al menos podía sentir la presencia de Kohaku allá afuera, lo que le preocupa es que lo siente debilitarse de tiempo en tiempo, sin un hechiso que lo resguarde estará en problemas pronto, aunque logró escuchar que el muchacho tiene un corazón?, ¿qué será?, Kohaku dijo que absorve energía espiritual y que por eso el templo se detuvo, definitivamente en ese mundo hay infinidad de cosas extraordinarias con poderes inimaginables, pero esos objetos que hacen cosas maravillosas también pueden venir con algún precio a pagar, le preocupa que el joven pueda estar expuesto a algo peor que ese ambiente, ya de por sí es malo que esté afuera, esa aura espiritual es capás de encontrar la oscuridad dentro del alma de las personas, por más puro que sea terminará cayendo tarde o temprano.

Ahora que recuerda, Kohaku también dijo que Kaede iva a sellar ese corazón en su aldea, si eso es así, entonces el muchacho ya debe saber que él es quién necesitaba encontrar a Inuyasha, y que le pidió a una niña que mintiera por él, qué verguenza, ahora sí no podrá verlo a la cara.

De repente el monje logra sentir otra presencia en aquel lugar, presencia que le es muy familiar, de inmediato y para su alegría siente un movimiento que viene del cuerpo de Inuyasha y sin perder el tiempo se acerca al Hanyo.

Un quejido sale de parte del cuerpo que yacía dormido.

El monje se emociona ante esto y toma a Inuyasha de los hombros.

Miroku:- Inuyasha ¿estás ahí?-.

La sonrisa del monje se hace más notoria cuando Inuyasha abre sus ojos dorados y por fin se ven frente a frente.

En un segundo Inuyasha parece recordar algo y exaltado sube sus manos hasta sus orejas para sentirlas.

Inuyasha:- mis orejitasssss!-.