Capitulo 15

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"Las cartas mágicas"

Capítulo 15

─ ¡¿DONDE RAYOS ESTAN?!─grite mientras recorría toda la casa en busca de la caja con mis cartas.

Todo el ático, el cuarto de mi abuelita y madre, la cocina, el sótano, el jardín, no estaba en ningún lugar.

Estaba entrando en pánico, posiblemente mi madre tomo la caja y leyó todas las cartas.

Si eso paso me lleva un manicomio.

Mi playlits no dejaba de sonar mientras las buscaba por toda la casa.

Piensa Moon, piensa, piensa, piensa.

Acomodaste todo el ático después subiste al tejado a pedir ese estúpido deseo, regresaste y no había nada.

─ ¿Qué buscas preciosa?─pregunto mi abuelita mientras notaba mis desesperada caminata por toda la casa.

─Busco una caja del ático que dejo mi abuelo Joan hace muchos años.

─Joan... ¿el regreso?

─ ¿Abuela de que hablas?

De pronto su mirada se desvió por la ventana, acaso está olvidando que el murió hace 9 años.

─Abuela, mi abuelo Joan murió hace 9 años─ afirme mientras traía su mirada nuevamente hacia mí.

─Eso no es posible, hoy estuvimos juntos mirando las estrellas y recordando cómo nos conocimos...

─ ¿Abuela te sientes bien?─pregunte nerviosa cada vez más.

Sus ojos se iluminaron cuando su cara de sorprendida apareció.

─ ¿Quieres tú? Eres muy parecida a ella...

Sentí una pulsada en la garganta que me impedía hablar, ella se estaba olvidando de mí y claramente algo no estaba bien.

─ ¡Oye chica maneja más despacio!─ mi abuela me regaño mientras conducía junto con mi mama a toda velocidad camino al hospital.

La última vez pase mi examen de manejo con algunas dificultades pero vengo rezando por no estamparme y no llegar al hospital.

Me vienen recuerdos a mi mente de mí cuando...

Mi abuela yo comparábamos helados, pizza e iba por mi cuando me sentía mal...

Para ella justamente los recuerdos estaban borrados.

Llegamos al hospital donde un interno nos recibió con una silla de ruedas.

─ ¡wiiiiii! gracias que me daba pereza caminar esas escaleras─ dijo mientras me pedían sus datos personales.

Ella entro por una sala mientras mi madre firmaba como familiar.

Cruzo esas dos grandes puertas mientras me decía adiós con una sonrisa en su dentadura.

Mi abuela una vez me dijo: el primer golpe te lo dará tu familia y el segundo te lo dará la inseguridad que ese golpe.

Ahora entiendo este golpe.

Ningún dolor dura para siempre ¡recuérdalo!

Ahora recuerdo con el mismo dolor de la partida de mi abuelo y no puedo soportar la partida de ella.

Después de pasar toda la noche en aquella banca helada del hospital el doctor salió mientras aclaraba su voz.

─Familiares de Margarita Bardi─ anuncio en espera que alguien de la sala de espera se pusiera de pie.

Mi madre y yo nos levantamos inmediatamente pero nos sentimos incomodas porque no habíamos cruzado ninguna palabra en toda la noche.

─Es mi madre─ respondió mi mama.

El doctor se acercó a nosotras.

─El efecto que tuvo esta noche la señora Bardi se debe a su diabetes avanzado, lo cual detectamos que está acabando con sus riñones.

─ ¿Diabetes? Ella nunca lo había dicho, la veíamos fuerte y sana─ mi mama respondió mientras aguantaba una lagrima las dos.

─Muchas veces no se puede detectar a tiempo, lo siento pero si gusta puede solo pasar una persona ─ señalo rápidamente el doctor mientras mi madre se apuntó en seguida.

─Moon ¿puedes ir a casa por algunas cosas para que pueda pasar la noche aquí?

─ Si mama...

─Moon... maneja bien esta vez─ dijo mientras se dio la media vuelta y solo me daba las llaves del carro.

Maneje lo más decente que pude, el viento acariciaba mi cara y secaba mis lágrimas mientras llevaba la ventanilla abierta. Apenas eran las 11 de la noche.

Todo puede cambiar en un minuto, en una hora nada está asegurado en ninguna parte.

Al llegar a la casa note que había dejado todas las luces prendidas y las ventanas entreabiertas, cuando subí al cuarto de mi madre por algunas sabanas y el cargador note que aún estaba la escalera del ático.

Subí ligeramente porque me daba miedo quedarme en casa, siento la sensación que esto lo viví, como un deja vu.

En casa no se encontraba nadie, así que eso prendió más mi temor. Subí lentamente mientras mis lágrimas estaban secándose y llegue a la cima del ático donde al fondo se encontraban cajas con polvo, los adornos de navidad, había cosas que se iban olvidando con el paso del tiempo.

Ya me refresco la memoria de donde tengo esta sensación.

Cuando subí los primero que note era...

¿Un jarrón? Quien pondría un jarrón en un ático.

Rodee los ojos mientras caminaba a recogerlo y guardarlo en alguna de muchas cajas de aquí.

Pero entre más me acerco note que había una ¿Carta?

Tome el jarrón con la carta mientras desenvolvía el papel viejo, esto jamás lo había visto o más bien la textura del papel donde estaba envuelto.

Levemente teniendo la carta frágil al descubierto entre mis manos lo escrito al inicio me dejo como si hubiera visto un fantasma.

─ ¿Quién eres y por qué sabes que me llamo Quentin?

Al leer solo ese título una cara estupefacta se mostró en mi rostro.

Entonces el jarrón callo partiéndose en toso los pesados posibles hasta no quedar más.

─ ¿Y porque sabes todo de mí? 


¡Espero que les haya gustado el capitulo!

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Espero que les sea de su agrado los capítulos, si encuentran alguna falta de ortografía, hágamelo saber.

Gracias los amo, no los conozco pero los amo, cuídense mucho Bimbas y Ragazzinos. ♡

Cartas a Quentin ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora