EPÍLOGO QUENTIN I

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EPÍLOGO QUENTIN

"¿El final de Quentin?
Capítulo final... Para Quentin.

Al llegar a casa busqué el mejor lugar para poder leer esto y aunque de que acabaría conmigo trate de ser fuerte.

Termine en el despacho de mi abuelo.

Ese antiguo despacho donde empezó todo y iba a ponerle un fin.

Tan solo con leer el final del libro mi mundo se desmoronó.

Solo tomé el lomo de aquel libro, deslice una de las penúltimas hojas, donde estaban escritas con las típicas letras "el final".

No, no, no dime que todas aquellas cartas no las escribí en vano, no quería leer el final.

Comencé a leer la narración tan cálida como sus hojas, tan cálida como el momento que estaba pasando.

Me senté en el piso para prepararme a lo que estaba en frente de mi, punto de enfrentarme.

"El último caballero"

El título me recordó a alguien, alguna extraña razón sonaba en mi cabeza.

Y así empezó mi dolor eterno.

—El valiente Quentin después de mucho tiempo se preparo para la grandiosa guerra, después de hundirse en el maravilloso bosque mágico de Quilla y a rumbos de Soleria, donde nadie se atrevió a ir antes.

No hay reglas cuando vas en busca del amor y de una antigua leyenda.

Comenzó su búsqueda donde el amor es la una regla válida pero no por la querida princesa Elena, si no por un amor más antiguo, donde la vengaza de apoderó durante años.

El llamado pueblo de la luna estalló en llamas cuando la verdad se supo, y el pueblo del Sol hizo aquel atroz hecho. Con sangre inocente.

Cuando el personaje principal de esta historia se entero el motivo del cual la misma sangre de esa chica fue considerada su sangre para remediar lo irremediable.

El compromiso arreglado sin sentimientos y mucho menos amistad.

Lo más probable que estés pensando justo ahora es que Quentin se escuentra bien, como el gran caballero que es pero la verdad es otra.

Quentin ahora esta siento llevado con una carrosa negra, donde su cuerpo cayó después de la devastadora guerra que hubo después de muchos años de lucha.

La guerra por fin terminó.

La historia cuenta que hace muchos años el rey justin tenía una pequeña hija de unos hermosos ojos dorados y cabello negro como el mismo universo.

Esta pequeña niña solía jugar con el caballero Quentin de Pequeña, pasaban todo el día en su cuarto donde las guerras de almohadas eran imaginarias, hasta que llegó la verdadera guerra.

—¡Basta Quentin!

—¡Te ganare!

— ¡Eso ya lo veremos!

Siguieron jugando a las almohada hasta destrozarlas y las plumas caerían en toda la habitación.
—Corazón, el joven Quentin tiene que irse— menciono la reyna Teodora entrando a la habitación.

—Esta bien mamá, Adiós Quentin — Ella se volteo para despedirse.

En eso, la joven Elena entro a la habitación, donde veía con enojo a su hermana.

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