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Howe se mostraba cuerdo al inicio de sus historias, y casi parecía tener un propósito.

Luego de un par de páginas comenzaba a divagar, para finalmente acabar con un libro repleto de frases sin sentido. Aun así, Harry debía admitir que sus palabras generaban cierta atracción.

Además, su transición de cordura a completa demencia ocurría tan lentamente que, realmente, era imposible darse cuenta de ello. Tal vez en eso estaba su magia.

El cambio no se percibía hasta que era demasiado tarde.

"Y aquí Ana, de cabello rojo, dijo al caballo: 'Mátame', y el pobre Owen, que era un perro, por fin hizo realidad su sueño de ser un gorrión"

Y en ese momento, casi como sabiendo que Harry finalmente comenzaba a leer el libro de Howe, Louis lo llamó. El tema del Titanic resonó en la habitación.

—¡Louis Tomlinson ! —Saludó con entusiasmo antes de cerrar el libro de Howe.

Era una lectura interesante, pero llegaba a dar dolor de cabeza.

—¿Hazz? —Su voz se escuchaba suave tras la línea, casi hipnótica—. No puedo creer lo mucho que me gusta tu voz.

—¿Solo mi voz?

Habían pasado dos semanas desde lo sucedido en el departamento de Louis y todo estaba en calma. No había clientes locos, ni escenas violentas, ni gritos, ni llantos. Estaban en una etapa maravillosa.

—Tu culo también, pero no quería ser tan poco romántico.

Harry rio. Realmente le encantaba ese idiota.

La relación de ambos, por desgracia, no había cambiado mucho. Se hablaban con más frecuencia, sí, y Louis parecía haber aceptado el hecho de que estaba enamorado de el tatuador, pero ninguno se atrevía a dar el siguiente paso.

Ambos comenzaban a impacientarse.

—¿Podemos hablar de lo demente que Howe estaba? —Cuestionó Harry con una sonrisa— Juro que a partir del octavo capítulo el pobre estaba alucinando... Y puedo jurarlo porque olvidó escribir el capítulo ocho.

—Es de lo único que hemos hablado durante estas dos semanas —Remarcó Louis—... Pienso que has leído los tres libros de Howe que te he prestado solo para burlarte de él.

—¡Por supuesto que no! —Se negó con indignación—. Lo hago porque quiero entender qué es lo que ves en estos libros.

—No vas a entenderlos si tratas de entenderlos.

—¡Esto es confuso! —Se quejó— ¡Y estresante! —Añadió.

—Tú también sueles estresarme cuando no dejas de hablar de un escritor muerto —Comentó tras la línea con neutralidad—. Pensé que yo era su fan loco, no tú.

Harry intentó contener su risa, pero no lo logró. Nunca se había imaginado a Louis como un loco fan de nada, pero ahora tenía una clara imagen de el pintor gritando como demente mientras vestía una camiseta con el rostro anónimo de Howe.

—Está bien, lo siento... ¿De qué quieres hablar?

—Iré al estudio mañana para recogerte. Quiero pintarte un poco más...

En eso tampoco habían tenido un gran avance. Louis solía distraerse constantemente con el cuerpo de Harry, y poco después de una hora de trabajo, tal vez menos, dejaban todo de lado solo para hablar tonterías con las que cualquiera habría rodado los ojos.

—Está bien. Te esperaré a la cinco.

—Iré al mediodía, en realidad... Quiero hacer unos dibujos de ti mientras tatúas a otras personas solo por el hecho de que me gustas tanto que quiero llenar mi departamento con tu rostro.

Libélulas [Larry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora