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El primer mes Louis lo llevó a un prostíbulo. Suena mal, pero fue incluso peor.

La pintura de Harry estaba lista, así que Louis necesitaba un nuevo o nueva modelo en la cual enfocarse. Le pidió a el tatuador que lo acompañara a buscar, a lo que el aceptó sin hacer ningún tipo de pregunta.

Fue así como terminó en aquel sucio auto sin conocer su destino.

Harry llevaba su típico atuendo de tatuador: Suéter de cuello alto, pantalones ajustados, zapatos bajos para no caer y una coleta. Louis, en cambio, vestía  completamente de negro algo que el tatuador habría amado ver en el toda la vida.

Por amor a sus pies iba descalzo.

—Quiero creer que no estás intentando raptarme para huir conmigo a algún lugar desconocido —Se burló el menor.

Louis se quedó pensativo unos minutos antes de responder.

—No es una mala idea —Murmuró con una sonrisa. Sus ojos azules se concentraban en el camino, uno que Harry nunca había visto, y parecía conocer bien cada calle del mismo—... Pero no. Hoy no voy a raptarte.

—¿Entonces donde planeas llevarme?

—Iremos al prostíbulo —Respondió con simpleza.

Harry se echó a reír de inmediato. Pensaba que aquella era solo otra de las extrañas bromas de su raro novio.

Veinte minutos más tarde descubriría que Louis no le había mentido.

***

Harry observó a su novio encender un cigarrillo antes de entrar al lugar. También lo sintió aferrarse firmemente a su cintura.

Tosió ante el olor.

Louis fumaba cada vez menos, y por esta razón no lograba acostumbrarse al humo. Sí, se veía atractivo, pero prefería no tener aquella nube gris frente a la nariz.

—No le hables a nadie. No mires a nadie. Mantente a mi lado. No aceptes bebidas o bocadillos. No hagas nada que no consideres seguro, e incluso evita aquello que inspire confianza —Le advirtió con firmeza. En sus ojos había preocupación—... Tampoco mires sus pechos. Te lo prohíbo. Si quieres mirar pechos recuerda que tienes un novio que estará profundamente encantado de que le mires la entrepierna o lo que quieras y realmente quiere que lo hagas ¿Entendido?

El tatuador asintió lentamente. Sabía que era conveniente obedecerlo.

Cuando entró al lugar, miles de eventos capturaron sus sentidos. Veía luces rojas, cuerpos demasiado juntos, besos pasionales y escenas eróticas que se refugiaban entre las sombras. Olía la lujuria, el sexo, la pasión, el alcohol y el humo de los cigarrillos que amenazaba con asfixiarla. Escuchaba conversaciones, gritos, suplicas y gemidos que en su cabeza crearon espectáculos.

Aquello era demasiado para el.

—¡Louis!

La mujer que lo llamaba tenía una voz chillona, casi infantil, pero el cuerpo de una mujer de unos treinta y cinco años. Estaba usando un vestido demasiado ajustado, zapatos increíblemente altos y un maquillaje exagerado. Era alta como Liam, pero sin su encanto, y su rostro no mostraba más que una sonrisa falsa.

—Buenas noches, Ivonne —Saludó con amabilidad, y la mujer casi pareció desear lanzarse a los brazos de el pintor al escuchar su nombre.

De inmediato los celos de Harry atacaron. Esa mujer era Ivonne, la primera mujer que había robado gemidos de los labios de el pintor, la primera a la cual le había suplicado, la primera que había hecho temblar su cuerpo.

Libélulas [Larry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora