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—Y ¿a ti qué te pasa? — preguntó Tom
Cillian no había salido de su oficina en todo el día, y en los pocos ratos que iban a ver lo que hacía, sólo lo veían pensar y beber un poco.
—¿De qué hablas? — contestó Cillian mientras se quitaba la mano de su barbilla
—Sí...te he visto así todo el día, hace mucho que no te vea de esa manera
—¿Cómo? ¿pensativo?
—Pensativo y preocupado
—Pero...¿qué dices? si siempre he estado así
—Me refería a temas ajenos a negocios...— Tom se sentó en el sillón que quedaba cerca del escritorio — o que...no me vayas a negar que algo no te preocupa de tu novia
Cillian lo miro de mala manera para después mirar al frente. No podía negarlo.
—Tal vez...tal vez...— tomó un sorbo de su vino
—Y...¿qué es?
Cillian lo miró poco convincente
—Oh vamos, se más de ligues amorosos que tú — rió — te puedo ayudar, además de socios somos amigos, ¿que no?
—Eso de ligues amorosos no es verdad — dijo con una leve sonrisa — es sólo que el profesor de Estela me está jodiendo
—¿Por qué?
—Porque ese hijo de puta quiere ligarse a mi chica — bufó — mañana irá a una convención que él mismo le avisó y ella irá...sé que es de su carrera pero...algo ahí me jode
—¿Por qué no la acompañas?
—Wow, que gran idea, no se me había ocurrido — comentó sarcástico — ésta mañana discutimos del tema y está enojada conmigo, no quiere hablarme y por ende, no quiere que vaya con ella
—No te conocía tan celoso...no desde...— en inmediato se silenció
Cillian cerró los ojos. Ese nombre no podía ser nombrado nunca, ni en su presencia y ni siquiera en su casa.
—Lo que quiero decir es que...— pausó Tom mientras se acomodaba en el sillón — ¿por qué no vas de sorpresa? Dudo mucho que te haga un escándalo
—Es que no la conoces, por cualquier cosa hace escándalo
Tom empezó a reír
—No conozco a ni una mujer que no lo haga...— negó mientras cerraba los ojos — pobre de ustedes
