Peace |Cillian Murphy|

50

—No he visto a Cillian — oí a mamá decir de repente

Tosí levemente

—Le he dicho que en estos días no nos viesemos, mamá

—Pero, ¿por qué?

—Porque tengo mucho estrés ahora en la escuela y no quiero molestar a Cillian con eso, mamá

Ella paró enfrente de la universidad

—Bueno, puede que sí pero...tampoco exageres, el amor se siembra poco a poco

Suspiré

—Tengo que irme, mamá

—Si es que llueve más tarde, me llamas y vengo por ti

Sonreí levemente para después darle un beso en la mejilla, abrí la puerta y empezé a caminar hasta adentro.

Peter ya sabía de la situación, era mi mejor amigo y siempre le contaba todo.
No tuvo mucho que decir y era comprensible, Helena era la que sabía más del tema y él sólo levemente, aún así, su apoyo no me faltó.

No admitía que daba todo al 100% a la escuela, porque no. Cillian seguía en mi mente, o bueno, esa escena sólo se repetía y repetía en mi cabeza, no me dejaba en paz.

No sé qué necesitaba hacer exactamente para al fin tener algo de tranquilidad.

Tallé mis ojos, algo andaba mal en mí. Tenía mucho sueño, y no sabía el por qué ya que había dormido temprano, sentía que en cualquier momento caería dormida.

Era la clase del profesor Nicolaj, y por suerte era la última, tan sólo tenía que aguantar un poco más.

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Sentí que alguien movía mi cabello, aún medio dormida, fruncí el ceño. Me removí algo molesta, hasta que oí una risita.

Abrí los ojos de repente para después sentarme bien en la silla.

Frente a mi estaba Nicolaj algo risueño con los brazos cruzados, miré al salón y ya no había nadie.

Llevé ambas manos a mi cara, estaba apenada.

Maldito Peter, ¿por qué me dejaba sola?

—Mil disculpas — comenté avergonzada — de verdad lo siento

—No durmió mucho — pausó — además, se le veía algo cansada al inicio de la clase, así que por eso le di chanza ésta vez, Estela.

Asentí varias veces

—Le prometo que ya no volverá a suceder, lo prometo — comenté para después meter mis cosas en mi mochila

—Dime...¿cómo te sientes?

—B-bien, estoy bien

—No, de verdad — comentó seriamente — ¿cómo estás? ¿cómo sigues?

Suspiré
Ya se a lo que se refería

—Estoy bien, me siento mucho mejor — traté de comentar algo positiva — además, hay cosas más importantes que hacer — lo miré para después sonreír levemente

—No hagas eso, preciosa — comentó sereno

Lo miré sin comprender.

Él caminó hasta su escritorio y se sentó.

—Algo así es difícil de superar, y no es bueno andar ahí como si nada hubiera pasado — pausó — aún te afecta, se nota un poco

Suspiré

—Trabajaré en ello, se lo prometo

—No lo hagas por mí, hazlo por ti y tu bienestar — sonrió — yo soy feliz con que estés bien, ¿de acuerdo?