Desde que Harry me ocultó el porqué de la razón para venir conmigo, se había vuelto más distante.
Cada mañana se levantaba temprano y salía a dar paseos por la ciudad. Era todo un misterio cómo no se perdía sin conocer absolutamente nada de Los Angeles.
En las tardes me acompañaba al hospital con mi abuela y jugaba con ella a juegos de mesa dejándome completamente al margen.
- ¿No crees que es un chico muy dulce?
- No abuela, no me habla desde hace días y se comporta...raro.
Me miró intensamente, se acercó a mí y después de unos segundos se alejó riendo un poco.
- Eso es que está enamorado de tí.
Já, já y já. Nadie en su sano juicio que conociera a Harry podría creer que eso pudiese ser verdad. Me entraron náuseas solo de pensarlo.
- No, lo que le pasa es que es raro y a veces se comporta como un psicópata.
Mi abuela volvió a reir. Estaba empezando a pensar de que ella era la psicópata por reirse así, y sola.
- Me parece a mí que tú no lo quieres aceptar.
- ¿Aceptar qué? - eché una rápida mirada a la puerta de la habitación, mirando por si había moros en la costa.
- Que tú tambien estás enamoradaaaaaa - esto último lo dijo cantando.
Yo no veía normal que mi abuela me quisiese emperejar con un chico que conozco desde hace muy poco tiempo. Negué con la cabeza avergonzada. Nadie que me conociese podría pensar que estoy enamorada de Harry, porque a pesar de eso, no es verdad.
Unos pasos y el ruido de una puerta abrirse me sacó de mis pensamientos. Me giré para ver quién había entrado en la sala. Nadie. No había absolutamente nadie en la puerta.
- Abuela ¿has escuchado a alguien viniendo, verdad? - mi abuela negó.
Entonces si ella no había escuchado nada...¿qué era eso?. Puede que sea otra persona que haya entrado en la habitación de al lado, pero no es muy probable ya que el ruido era demasiado cercano. Habrá sido fruto de mi imaginación, al menos eso me pasaba mucho de pequeña. Una silueta oscura apareció al otro lado de la camilla, y fue cuando me acordé de que yo tenía una capacidad extraña. En estos días me había olvidado completamente de eso.
Intenté mantener la calma para que mi abuela no se diese cuenta de que estaba nerviosa. Ella seguía hablándome sobre la bonita pareja que Harry y yo formaríamos, pero yo no le echaba ni una pizca de atención, más que todo porque ahora mismo era incapaz de no pensar en otra cosa que no fuese esa silueta que seguía frente a mí.
- ¿Asustada, preciosa?
Ahora esa silueta parecía hablar. Prefiero no hacerle mucho caso y centrarme en mi abuela.
La figura sin identidad se trasladó fugazmente de un lado de la habitación a otro, quedándose junto a mi.
- Oh vamos, sé que me has escuchado, no intentes ignorarme - la sombra negra se empezó a disolver y antes de irse del todo sentí una ráfaga de aire envolver todo mi cuerpo y dijo- ella me lo dice todo.
Me dolía la cabeza, estaba un poco mareada. Mi abuela me miraba con preocupación, esperando una respuesta por mi parte.
- Abuela voy a ir un momento al baño, no me encuentro muy bien.
- Vale cariño, este hospital te está contagiando las enfermedades y la verdad es que no me gusta que pases mucho tiempo aquí aunque tus padres te digan que te quedes pero....