Me quedé de pie inmovil meditando lo que me acababa de decir Niall y relacionándolo con todos los echos que me habían pasado a lo largo del día.
Salí de mi trance cuando un estruendo provocado por la caída de la carpeta del doctor me despertó.
La recepcionista movió sus manos y me obligó a salir de allí. Mis pies andaban plácidamente a sus anchas siguiendo a la chica de pelo largo y bata blanca.
- Has tenido suerte, normalmente no dejan visitas - la ignoré completamente y continué repitiendo todas sus acciones.
Dejamos atrás la habitación y volvimos a pasar por ese largo pasillo en el que nuestros pasos hacían eco llenando el silencio de aquel lugar. La chica llevaba unos tacones no muy altos, levantaba sus pies y los volvía a posar con fuerza en el frío suelo. Los minutos transcurrían y todavía estabamos caminando. Se escuchaban voces de pacientes y riñas de doctores que luchaban por captar su atención.
Al fin llegamos al gran portón rojo dónde la recepcionista introdujo una llave que llevaba en el bolsillo.
- Ya está, ya puede irse - me dijo cortante, pero yo le respondí adecuadamente.
- Muchas gracias por todo.
- A usted señorita - esbozó una tímida sonrisa y se sentó en la silla de su "despacho" por así decirlo.
Me paré justo enfrente de los ascensores y con mi dedo índice pulsé el botón que lo llamaba. Las puertas se abrieron lentamente y ya empezaba a notar el cansancio acumulado en mi cuerpo.
Sali del ascensor y me adentré en mi habitación. Me tiré boca abajo en la camilla que estaba en medio y me quedé dormida.
(…)
- Edith - una voz me despertó de mi sueño - Edith, despierta - un brazo empezó a sacudir mi cuerpo.
Entreabrí los ojos cuidadosamente y mi primita Maggie apareció delante de mí con una espléndida sonrisa de oreja a oreja.
- Buenos días bella durmiente, llevas mucho tiempo durmiendo.
- ¿Cuánto tiempo exactamente? - pregunté con voz más ronca y dormida de lo normal.
- Pues, son las cuatro de la tarde - la cara se me cambió por completo y mi prima se carcajeó de mi expresión.
Normalmente no dormía tanto, siempre me levantaba temprano en mi casa porque me tenían que dar las clases particulares de piano antes de ir al instituto. Me he convertido en un oso Yogui, ahora duermo mucho más que cuando vivía en Los Angeles.
Al final acabé yo riendome de mis propios pensamientos y Maggie fruncio el ceño.
- Prima, ¿te puedo decir una cosa?
- Claro pequeña.
- No te enfades porfi - ¿Porque me iba a enfadar con este angelito?
- No me enfado, venga dimelo.
- Voy a llamar al loquero del hospital para que te cure - ¿loquero?
- ¿Que es eso Maggie?
- El hombre que te ayuda cuando estas loca - ¿de verdad cree que necesito un psicologo?
- ¿Por qué lo vas a llamar Maggie?
- Porque te ries sola y da miedo - se me escapó una risotada que se escuchó en todo el lugar, mi prima al ver mi reacción se rió junto a mí.
- Que tontita eres, anda ven aquí - le dí un gran abrazo y ella intentó zafarse de él, pero no pudo.
Caí en la cuenta de que iba a preguntarle por Philip.
- Maggie, ¿puedo preguntarte una cosa?
- Si, dime.
- ¿Quien es Philip? - me miró fijamente mientras yo le formulé la pregunta.
-¿Edith estas segura?
- Claro, Niall me dijo que confiase en tí.
- ¿Niall? ¿Lo has podido ver?
- Si pero venga no te vayas del tema.
- Aquí no te lo puedo decir, hay camaras.
- ¿Tan importante es ese Philip?
- No es importante, es peligroso.
¿Peligroso? Todos me decían eso.
- ¿Por qué es peligroso?
- No te lo puedo decir ahora, cuando salgas de este maldito hospital te lo diré.
- ¿Maldito?
- Si, hay una cosa que debo decirte.
Más le vale decirmelo ya, sino le mato.
- Dispara enana.
- Esto es serio.
- Si, venga dime.
- Edith, nosotros no somos normales.
¿Que?
Ni que tuviesemos ocho brazos o dos cabezas.
- ¿Que estas diciendo Maggie?
Un doctor entró en la sala corriendo.
- La hora de visitas acabó hace 10 minutos señorita, debe irse ya.
- Lo siento, es que mi prima esta muy malita de la cabeza, ya me voy - ¿Esta chica estaba loca de verdad, no?
- Adios Edith- me dió un besito en la mejilla - cúrate.
- Adiós loquilla - le devolví el beso y se apartó dejándome sola con el doctor.
El hombre tendría unos 30 años como máximo y se acercó a mí.
- Tenemos buenas noticias, mañana le damos el alta, estos son los resultados de la prueba de sangre.
Bien, iba a salir de aquel hospital, y viva.
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Chicas lo siientoo muchiisimooo por haber tardado tantooo y se que es muy corto pero no os podia dejar sin nada.
¿Quien creeis queesPhilip?
Yoolooshee xD
Comentad y vootaad pliis
Beshiitoos xx.