Capítulo 22

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- ¿Qué tal tú primer día? - preguntó Mady mientras íbamos de camino a casa.

- Bastante bien, ¿y el tuyo?

- Bastante aburrido, mismos compañeros, mismos profesores y mismos largos pasillos.

- Vaya, lo siento por ti.

- No lo sientas mujer, así es la vida - dijo mi amiga con un tono dramático.

El ruido del motor dejó de sonar tal cual aparcamos en el aparcamiento.

Mi amiga descansó sus manos en el volante y me miró expectante.

- Me parece a mí que es hora de que me cuentes algo sobre un tal Harry.

Mis ojos viajaron directos al tirador de la puerta del copiloto. Intenté abrirla pero estaba bloqueada. Mala jugada.

- ¿No creerás que soy tonta, no? Llevas días hablando por teléfono con un tal Harry y lo nombraste un par de veces, y ni siquiera me has contado nada respecto a él, no escaparás de esta charla tan rápido como crees.

- Mira Mady, hoy no tengo ganas de hablar de ese tema, además de que no he hablado mucho de él, así que por favor, desbloquea mi puerta y déjame salir.

Madelyn negó con la cabeza e hizo un ruido con el que finjí ponerme más nerviosa.

- Nunca tienes ganas ¡llevas meses evitando hablar de él!

- ¡Exagerada! ¡Solo te conté una anécdota que me ocurrió con él y no lo mencioné más!

Mady frunció el ceño y me miró fijamente durante unos segundos.

Odiaba cuando hacía eso. Siempre te dejaba esperando por alguna de sus respuestas y nunca la decía.

- Vale, puede que haya exagerado un poco, pero Edith, ¡compréndeme! ¡sabes lo curiosa y entrometida que soy!

- Eso no es excusa, ya te diré algo sobre Harry cuando tenga ganas - una iluminada sonrisa se plantó en los labios de mi amiga - pero hoy no.

Bufó.

- ¿Puedo salir? - Madelyn ni siquiera se inmutó al recibir mi pregunta, es más cogió su teléfono y se puso a jugar con él entre sus manos - ¿Por favor?

- Oui.

Reí ante el acto infantil de mi amiga al no abrirme la puerta hasta que dijese la palabra mágica.

Si no le había contado nada sobre Harry era porque no podía, a pesar de que ella tampoco me iba a creer. Por eso finjía estar afectada cuando ella me preguntaba sobre él.

La verdad era que Harry y yo seguíamos en contacto. Hablábamos dos o tres veces a la semana y nos contábamos cosas que habíamos hecho a lo largo de los días. Es un buen amigo y nunca lo cambiaría por otro.

Cuando me fui de Los Ángeles y lo dejé solo en mi casa me llamó un par de veces, creía que la causa de mi huida era el hecho de haber tenido una hermana gemela y no saberlo, pero se lo negué. La verdad es que me fui por muchas cosas, aunque esa era una de ellas.

Cogimos la suficiente confianza como para seguir hablando y ahora estamos planeando volvernos a ver.

- Edith - resopló Mady - ¿Puedes sacar tu llave?

Ya nos había pasado esto muchas veces. Mi señorita amiga irresponsable siempre perdía las llaves mágicamente.

- ¿Ya las has vuelto a perder?

- No, creo que me las he dejado en el otro bolso.

- ¿Segura?

- Segurísima - dijo con una sonrisa - anda saca la tuya.

Cansada, cogí la llave de mi mochila y la introduje en la cerradura para abrirla.

Al segundo intento la puerta cedió después de haberla desantrancado y entramos en nuestro pequeño piso.

Mierda teníamos que cambiar la puerta.

Entre que la puerta no abre bien y que a mi compañera siempre se le pierden las llaves, cualquier día nos quedamos fuera.

Solté la mochila a donde quiera que cayese y corrí a mi habitación a quitarme los zapatos.

- Malditos zapatos nuevos, me he hecho una rozadura gigante por vuestra culpa - les dije tirándolos por algún lado.

- Te he dicho ya que por mucho que te gusten los zapatos, aunque les hables no te van a contestar - me gritó desde su habitación.

- ¡Cállate, tú ni siquiera has encontrado las llaves!

Hoy como podreis ver, no es el mejor día de mi vida.

Escuché unos pasos por el pasillo que se pararon en la puerta de mi habitación.

- De hecho - sacó algo de su bolsillo - si las he encontrado - tintineó las llaves entre sus dedos y me dedicó una sonrisa burlona.

No, definitivamente no lo es.

•-•-•-•

- Edith.

- ¿Qué pasa ahora?

- Mady no me da mi coche teledirigido - lloró.

El hermano de seis años de Madelyn era el mimadillo de la casa y hoy lo habían traído a ver a su hermana, lo que significa que a mí también me tocaba lidiar con él.

- Madelyn te he dicho millones de veces que yo no tengo por qué aguantar a tu hermano.

- ¡Pero si te quiere más que a mi!

- Es tu hermano, no el mío.

-.-.-.-.-.-.-

Bueeeeeno.
Hoy es mi cumple ♥ (hace 8 min que no lo es xd)
Llevo bastantisimo tiempo sin subir, y la madre de una amiga me ha dado ánimos para seguir subiendo así que... Aquí estoy:)

Este cap ha sido mas corto porque pensé que si era más largo oa ibais a liar después de tanto tiempo de leer esta historia hajahaj:)

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⏰ Última actualización: Aug 09, 2016 ⏰

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