Capítulo final: Dos corazones un sentimiento mutuo

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Advertencia: Este capítulo contiene lemon (contenido M)

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Sintiéndome más humano y enganchado a su carne,

Yo pongo mi corazón con el resto a sus pies.

Es sangriento y crudo, pero te juro que es dulce.

...

Ella es el ángel de la pequeña muerte y la escena de la codeína*.

La tormenta siguió cayendo, los dos ghouls se veían sin saber cómo comenzar, Rize se acercó cerrando la puerta, con cautela ella tomo una silla que estaba cerca, para sentarse a lado de la cama y dejar la vela a lado de la lámpara de aceite. Ambos estaban sorprendidos de encontrarse uno con el otro.

Ninguno anticipaba su encuentro con el otro...

—El doctor me dijo que querías verme, ¿cómo te sientes?—comenzó Rize.

—...Bien, yo necesitaba verte y darte las gracias, de haberme quedado en la nieve hubiera muerto congelado.

—Siendo el rey de un ojo, hubiera sido una muerte extraña.

—No soy inmortal, la muerte acecha en todas las formas...¿Cómo has estado?—Kaneki se ponía nervioso, tenía un enorme impulso de abrazarla, dando gracias al cielo que ella estaba con vida, que estaba bien, pero no quería asustarla o algo parecido.

—Bien, supongo...a penas me acostumbro a esta vida en el campo, pero es tranquila.

Él miró las manos de Rize recargadas en las rodillas, se atrevió a acercarse a tomar su mano, ella no lo detuvo, se quedo quieta solo observándolo.

—Te he echado de menos Rize-san—susurró.

Rize abrió los ojos sorprendida, había pasado un tiempo y él seguía mirándola con toda la ternura que podía ofrecerle, ella le sonrió como "en los viejos tiempos" negando con la cabeza.

—No has cambiado Kaneki—Ella se soltó de su agarre lentamente, observando como él se entristecía por desistir de su toque, paso a acercarse más a él, veía que el rostro estaba ligeramente rojo.

Kaneki se quedo quieto cuando ella quito varios de sus cabellos de la frente y puso la mano en su frente (para comprobar su temperatura corporal).

—Ha de ser la fiebre, le diré al doctor que te de algo—Dijo Rize al comparar ambas temperaturas, repitiendo el mismo procedimiento con ella, se puso de pie. Kaneki tomo la mano de Rize antes de que se fuera.

—No es necesario, yo me siento bien—Dijo Kaneki deteniéndola, ella solo lo miró curiosa—.¿Puedes quedarte un momento...?

—¿Eh?

—No te visto en meses, solo quiero hablar contigo, por favor.

Ella pareció pensarlo un momento, miro su reloj de pulsera y se sentó de nuevo en la silla para hablar con él.

—...¿Por qué me ayudaste hoy?, pudiste haber aprovechado dejándome tirado por lo que paso hace tres años—Pregunto el ghoul de un ojo.

—Puede haberte dejado en el suelo, pero...yo también se que siente estar tirado sin recibir ayuda, además, tú me ayudaste en varias ocasiones, como aquella vez que me queme la pierna en la noche del incendio...o cuando me defendiste antes de que me fuera.

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