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Nunca había tenido la vida suficiente, mi corazón está gritando.
Lo que sea que quede de mí, es tuyo tal como era.
Antes la otredad vino y supe su nombre.
La droga, la oscuridad, la luz y la llama.*
El otoño había terminado, eran finales de diciembre. Para el ghoul de un ojo había pasado el tiempo tan rápido que sin darse cuenta estaba durmiendo en el suelo de los Quinx sobre una colchoneta improvisada, era 25 de diciembre (a penas eran las cuatro de la mañana) y había caído en sábado, a sus alumnos se les ocurrió que era buena idea hacer una fiesta con motivo navideño, habían invitado a muchas personas (entre amigos y familia) a quedarse en la noche para comer, beber y cantar karaoke.
Se despertó de la nada y se dirigió hacia la salida, caminando sigilosamente para no pisar a nadie entre la oscuridad, muchas personas dormían en el suelo en sacos de dormir o camas improvisadas, descolgó su abrigo al abrir la puerta para salir de la fachada.
Al ser las cuatro de la madrugada era la hora más solitaria de la ciudad, la nieve caía con suavidad, el sueño de repente se le había espantado, comenzó a caminar sin saber que rumbo tomar con las manos guardadas en los bolsillos del pantalón.
Por alguna razón termino en el refugio número 5 (donde antiguamente vivía Rize), era él único que observaba el edificio que se veía impotente en la noche, camino hacia la entrada del edificio notando que no había nadie de guardia, pero la puerta de la entrada estaba abierta (tal vez uno de los inquilinos la había dejado por error abierta). Se atrevió a empujar la puerta entrando al refugio como un ladrón en la noche y subir las escaleras, estaba en frente de la puerta 7 (que ya no tenía el nombre de nadie), uso una tarjeta para forzar a la cerradura de la puerta para abrirla de manera rápida intentando no hacer demasiado ruido.
Era la segunda vez que entraba solo al departamento.
La primera vez fue la tarde que Rize y él se habían despedido, cuando fue con el gerente para comprobar los documentos de testigo protegida de Rize, el gerente le comentó que él había dejado algo en el departamento 7 y que Rize olvido entregarle.
—Ella se fue con prisa, pero me comento que si volvía le dejo algo envuelto en una bolsa de papel.
El gerente le dio las llaves y él se fue corriendo al departamento que apenas había abandonado Rize, cuando abrió la puerta notando que los muebles de Rize estaban cubiertos con mantas blancas y plástico, las flores que ella tenía en casa habían desaparecido, todavía olía su perfume en aquel lugar, observo la mancha de sangre de su pacto que habían hecho, se agacho tocando la mancha oscura y seca, aun se sentía devastado por la despedida de la peliblanca.
Finalmente llegó a la única alcoba topándose con la cama, el colchón estaba desnudo y sobre el había una bolsa de papel con su nombre, él tomo la bolsa con el corazón latiendo con fuerza, con la esperanza de que Rize le hubiera dejado alguna pista o algún ultimo mensaje antes de su retirada.
Al abrir la bolsa solo encontró su ropa, sus jeans y su sudadera negra que le prestó cuando ella pasó la noche en su departamento hace efímeros días, suspiró derrotado, reviso las prendas, pero no había nada en ellas, olfateó la sudadera del cuello notando la leve fragancia de la ghoul, enterró la cara en la prenda recodándose que ella le dijo que si no volvía antes de que el invierno acabara ya no la buscara.
"¿Y si ella decide no volver...y si encuentra a alguien más que la haga feliz?" Kaneki se sorprendió planteándose esa posibilidad, las manos le temblaron...es como si temiera que alguien ocupara ese lugar en el corazón de Rize, el lugar que él quería en la vida de ella.
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Higanbana
Mystery / ThrillerCuando se volvieron a encontrar, un sentimiento de curiosidad surgió ese otoño tres años después de haber culminado con uno de los peores sucesos para la ciudad de Tokio. Ella quien surgió de la nada como las flores de higanbana y el volviendo a rec...