Epílogo: Las estaciones cambian

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Pasaron las estaciones del año, Kaneki y Rize seguían juntos...

Porque pasaron un par de estaciones y siguieron como una pareja normal, entre sus viajes constantes, mientras su relación continuaba terminaron compartiendo un trabajo que los sorprendió ambos...el de padres.

Porque cuando Kaneki se enteró que iban a ser padres, observando a su esposa sosteniendo una fotografía entre manos mientras él leía un libro, los lentes de lectura se le cayeron, se puso de pie tomándola del rostro suavemente y le preguntó dulcemente.

—¿Estás segura, querida?

—Si...hace un mes y medio que no me llega mi periodo—Los ojos de Rize brillaban como dos preciosas joyas, la mirada delataba sorpresa y fascinación—.Y decidí comprobarlo por mi misma antes de decirte.

Le mostró la foto de un ultrasonido que se había hecho en el hospital, apreciando en la imagen que había una pequeña semilla creciendo en el vientre de ella.

La abrazó cargándola de la cintura sintiéndose feliz, llorando de felicidad, agradeciendo que ambos formarían una familia.

Las estaciones siguieron cambiando...

Y él observaba como el vientre de su amada crecía, observaba como ella se sacrificaba al comer comida de humanos para alimentar a su futuro bebé, solo alimentándose con una cantidad mínima de sangre para poder sobrellevar el embarazo.

—Lo siento Rize-san...—dijo él una noche abrazándola por la espalda descansando la mano en el vientre de seis meses de su esposa.

—¿Por qué?—Preguntó Rize con tono dormido.

—De haber nacido como ghoul, no tendrías porque sufrir por tu alimentación—Confeso Kaneki.

Ella se volteó para verlo a los ojos, el vientre abultado de Rize se pegó con el abdomen de su esposo, Rize acaricio el rostro de Kaneki sonriéndole, ella pensaba que su esposo era la única persona en el mundo que podía disculparse por haber nacido como un ser humano.

—¿Por qué te disculpas? Fue mi decisión, fue nuestra decisión formar una familia, ¿y si fuera al revés? De haber sido yo una mujer humana y tú un ghoul puro, ¿te disculparías igual?

—Tú sabes que si.

—Sabes que estaré bien, me alegra que tú seas el padre, me alegra poder ser madre por decisión propia, me alegra estar contigo—Ella le sonrió a través de esa oscuridad donde ambos recuerdan las noches que pasaron cuando se volvieron aliados, reconfortándose en la oscuridad de esas noches frías que eran increíblemente cálidas cuando estaban juntos.

Kaneki le robó un beso apasionado a su esposa, pronto en una estación mas (la de otoño para ser exacta) nacería su bebé. La vida que ellos tenían por delante era un misterio, pero era el encanto de la misma como decía Rize, por que las mejores cosas de la vida eran misteriosas, para Rize su vida con Kaneki la dejaba sin habla sorprendiéndose y enamorándose de él. Muchos todavía se preguntaban porque terminaron juntos y a lo mejor solo ellos dos conocían esa respuesta ocultándola, porque tenían un lazo misterioso que muchos no entendían y ellos no podían explicar, porque en esa oscuridad mientras la pareja se abrazaba se cumplían al menos siete años desde el día que se conocieron, quien diría que terminarían juntos luego de una simple coincidencia de leer el mismo libro.

—Te amo Rize. —Kaneki le susurró al oído.

—Yo a ti Ken—dijo ella recargándose sobre su pecho escuchando el corazón de Kaneki latía con fuerza, sonriendo por como sonaba cuando ella le decía que lo amaba—.Te amo muchísimo—Dijo Rize antes de quedarse dormida sintiendo las caricias de su esposo en su espalda.

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