Higanbana capítulo 11: La tormenta parte dos: Déjà vu.

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"Si miras mucho a un abismo, el abismo concluirá por mirar dentro de ti"

Friedrich Nietzsche.

Cuando Rize vio como Kari arrojaba la mochila a las vías del tren, y Kaneki intentaba apartarla supo que su preludio de peligro no era solo su imaginación.

Con el gran boom la ceguera blanca comenzó, todo lo que ella veía era color blanco cenizo (como si le hubieran arrojado un montón de sacos de harina), se soltó de la mano de Kaneki y ya no lo pudo encontrar. Comenzó a toser por la explosión de humo que hubo, la estación del tren comenzó a llenarse de gritos y empujones, ella miraba a todos lados, tenía que subir, alejarse del humo lo mas pronto que pudiera, pero no podía irse sin Kaneki, empezó a correr intentando buscarlo, cuando algo extraño ocurrió, le estaba dando sueño y mucho, tapo su nariz con su pañoleta se sentía mareada, escucho como alguien caía al suelo, los gritos empezaron a aplacarse, grito el nombre de Kaneki, pero nadie la escuchaba, otro cuerpo caía y ella empezó a tambalearse, se desmayó en medio del suelo, intento arrastrarse, no inhalar mas el humo, unas manos pequeñas (como de niña) la tomaron de los hombros para acostarla en el suelo y vendarle la boca (para evitar que gritara), luego alguien la cargo como un saco de papas sobre el hombro (probablemente un hombre), el cabello se le desato y antes de que sucumbiera manifestó su kagune solo dos tentáculos agitándose como látigos, ella se revolvió un poco como si intentara escapar.

—Mierda.—maldijo su captor al ver ese tentáculo salir de la cintura de la peliblanca efímeramente y lo golpeaba en la mejilla haciéndole un corte rápido sobre la piel, haciendo que se estrellara contra la pared de la estación junto con ella haciendo que cayera—Quédate quieta fiera.

Su captor amenazó con golpearla, pero su acompañante lo impidió con la frase de "no maltratar la mercancía", le pusieron un paño en la nariz con olor de alcohol dejándola inconsciente cargándola de nuevo, lo que no supieron sus captores fue que Rize lesiono a su captor y se autolesiono, usando su kagune para embarrar la sangre de ambos en la pared con su mano junto con su kagune antes de caer inconsciente.

Rize dejo un efímero rastro de olor para que la identificaran, también perdió en el camino su pañoleta y sus lentes.

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Cuando Kaneki intento atrapar a la pequeña terrorista esta corrió cuando soltó la mochila, lo que causo que cayera a las vías del tren, agradeció por ese instante que el tren no estaba avanzando ni nada, hubiera querido tomar la mochila envolverla con su kagune para evitar un desastre, pero fue imposible, el desastre ya estaba escrito.

El boom fue tan rápido, que apenas se cubrió instintivamente con su kagune cuando fue la explosión, pero el sonido lo aturdió unos segundos y el olor de la bomba, recordó con sus estudiantes que cuando tomaron la bomba no tenía ni un combustible inflamable ni un cronometro, era una bomba incompleta.

El olor era curioso como el gas que sirve para adormecer a los ghouls, pero era tan denso el humo como la ceniza, lo que fuera no debía inhalarlo, tomo su mascara y se la puso no iba a ser suficiente, pero en lo que salía tendría que ser rápido.

"¡Espera!, ¡¿dónde está Rize?!"

Alarmado en ese ambiente con esa neblina no veía a Rize, gritaba la intentaba buscar tanteando como un ciego, negó y corrió hasta topar con la entrada a la estación por donde se escapa el humo, habían bloqueado la entrada de las escaleras con un auto metido en la entrada chocado a propósito para no dejar que la gente saliera.

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