Sentí como alguien me agarraba de la espalda y luego como se chocaba contra el piso debido al golpe que le había dado, saque mi cuchillo y me di vuelta con todas las fuerzas esperando a que sea un caminante y lista para clavarle el cuchillo en el cráneo
-Con un maldito demonio Sarah intentas matarme?- me pregunto Emma que estaba tirada en el piso con las manos arriba
-Carajo Emma, pensé que eras un caminante, no puedes asustarme así!- le dije al mismo tiempo que le tendía la mano para que ella se levantara y ella la aceptaba
-Que tienes en la mano?- me pregunto una vez que se paró y se puso a inspeccionar la nota que me había sacado hacía segundos- Las armas están en la habitación tres- Dijo mientras leía pero le tomo un segundo entenderlo bien y ahí fue cuando nos miramos y comenzamos a correr hacia el pasillo para buscar la habitación tres, ya no nos importaba cuanto crujiera el piso, ya no nos importaba el olor a putrefacción, solo las armas. La habitación tres era la última del pasillo, la puerta era marrón oscura y crujía al abrirla justo igual que las otras, cuando entramos pudimos ver dos camas una estaba tendida y la otra no, esta era la primera habitación que parecía limpia, tenía muebles limpios, no había sangre ni olor a putrefacción, en la estantería tenían libros de todos los tipos y sobre el escritorio estaban apilados un montón de comics, tenían dos armarios uno era marrón claro con un espejo encajado en la puerta de este y el otro era marrón oscuro con el mismo espejo en la puerta. Me dirigí hacia el marrón claro y lo abrí, nada, no había nada, entonces Emma abrió el otro, y con la misma cara de ilusión lo abrió, nada, no había ni una mierda, nos habían engañado, ni siquiera una puta bala, nada, estaba limpio, vacío pero la cara de ilusión de Emma todavía estaba, comenzó a destrozar todo el cuarto
-No, no, no, no, tiene que estar por aquí necesitamos que este por aquí!!- dijo gritando mientras desarmaba las camas, destruía los escritorios, no paraba de gritar, tiraba todo abajo o iba a otra habitación y hacía lo mismo mientras yo solo me quedaba sentada, viendo cómo se enojaba y hacia mierda todo
-Ya terminaste?- le pregunte una vez que se quedó apoyada en el marco de la puerta viendo hacia la nada
-No, quizás este abajo- dijo muy seria y fue abajo y otra vez se podían escuchar las maldiciones y como todo se destrozaba, estaba realmente furiosa pero no había nada que pudiésemos hacer. Pasó media hora hasta que deje de escuchar las maldiciones y las cosas rompiéndose así que decidí bajar. Cuando baje estaba todo oscuro, todo el polvo que antes había en los muebles ahora estaba viajando por el aire y lo que antes eran muebles ahora eran pedazos de cosas tiradas por todo el suelo, pase con mucho cuidado hacia la sala principal que estaba llena de vidrios rotos, pero a unos metros sentada en el piso estaba Emma con la mirada fija en el piso
-Creo que no es muy seguro que te sientes acá digo por los vidrio cerca de ti- dije mientras me agachaba al frente de ella pero no me respondió- Mira, tendrás que levantarte, no puedes enojarte porque no encontramos las estúpidas armas, al menos encontramos unas latas y creo que deberíamos pasar aquí la noche- dije mientras me levantaba y esperaba que ella hiciera lo mismo pero no lo hizo y simplemente se quedó ahí.
La noche llego, y después de lograr que Emma comiera comencé a inspeccionar el piso de arriba y encontré algo muy interesante en el segundo cuarto que de seguro pasamos de largo ya que en una esquina al lado de la cama había una especie de escalera que se apoyaba en el techo así que decidí subir a verla, en el techo había como una especie de puerta en la que solo pasaba una persona, pensé que llevaría a algún lugar pero de enserio llevaba al techo de aquella cabaña pero por suerte había una especie de terraza con césped sintético, no era muy grande pero en la esquina había una silla de estas que usas en la playa y un telescopio así que me acerque y me agache para poder ver hacia donde apuntaba el telescopio
-Emma! Necesito que vengas aquí rápido! Emma!! –dije gritando mientras apartaba la vista del telescopio