El cielo se había despejado hacía ya una hora, se podían ver las estrellas, de niña mi mamá me decía que si a la noche salían las estrellas al otro día haría un sol hermoso, no siempre acertaba pero amaba como ella siempre me lo decía con un tono de esperanza casi como si quisiera que al otro día estuviese ese hermoso sol del cual ella siempre hablaba y en este caso las estrellas después de la tormenta no se equivocaban el sol estaba tan hermoso que ya hasta quemaba. Por desgracia debido a los caminantes de la noche anterior nuestros esfuerzos de no alejarnos de las vías fueron en vano así que aquí estábamos otra vez, sin rumbo, sin lugar a donde ir, nuestra prioridad era encontrar proviciones ya que las nuestras se habían caído y por supuesto encontrar las vías
-Talvez la casa de la que me habias dicho no soporte a los caminantes pero si tenga proviciones- dijo Emma un tanto ilucionada
-Era una cabaña demasiado vieja, de seguro debió haber sido abandonada hace años dudo mucho que halla alguien o haya habido alguien como para que tenga proviciones- le conteste un tanto fría- Pero con irnos a fijar creo que no perderemos nada- dije dándole más animos ya que al fin y al cabo lo único que podríamos perder serian horas así que comenzamos a caminar en dirección al bosque, la casa de la que yo hablaba o le había comentado a Emma hacia unos días no estaba tan devastada pero sabía que no ah habido nadie en ella hace unos años, era casi como la cabaña en la que había conocido a Emma solo que esta era un poco mas chiquita. Luego de atravesar varias ramas y matar a unos cuantos caminantes, para que a la vuelta no causen problemas, al fin llegamos a la famosa cabaña pero se sentía un olor horrible ya desde afuera y con Emma sabíamos muy bien de donde salía ese olor, caminantes. Muy despacio abrimos la puerta la cual hizo un poco de ruido al abrirla y entonces golpeamos tres veces la pared con la punta de la pistola pero lo único que hicimos salir fue polvo asi que decidimos entrar, los muebles estaban cubiertos de una tela blanca llena de polvo y cada paso que dabas el piso gruñía, en cada esquina de cualquier mueble que no estaba cubierto o en cualquier pared podias encontrar más de una tela de araña, esta cabaña se parecía mucho a las de las típicas películas de Halloween donde hay un grupo de amigos que viven por un verano en esta cabaña y de repente al tercer día comienzan a desaparecer sus amigos y luego aparecen muertos, hasta que el protagonista hombre encuentra a su amiga de la cual a estado enamorado desde pequeño y logra salvarla del maldito asesino y luego viven felices para siempre, con la diferencia de que cada vez que nos acercábamos al segundo piso ese olor a putrefacción aumentaba pero decidimos primero registrar la cocina y luego el segundo piso pero por desgracia lo único que encontramos fueron dos latas así que las dejamos en la mesada y comenzamos a registrar toda la cocina
-Eureca!- grito Emma que estaba a unos metros míos registrando un gabinete grande y luego se giro para ver me- Elegí una- me dijo mientras me mostraba dos mochilas que eran casi iguales, eran negras y tenían un bolsillo grande y uno más pequeño en la parte de adelante y dos chicos en los costados a lo cual yo agarre la de la derecha y me dirigí hacia arriba mientras Emma todavía registraba la cocina.
Cuando subí las escaleras estas hicieron el mismo ruido que cuando entramos y la barandilla estaba llena de polvo y telarañas la diferencia que tenía con la planta baja era que el olor a putrefacción ya era insoportable asi que decidí seguirlo haber de adonde venía pero no encontraba nada hasta que entre en una habitación donde ese olor fue más fuerte que nunca, era la habitación de una niña pero no había mucho en donde inspeccionar ya que todos sus juguetes estaban tirados por toda la habitación así que abrí el único armario que había para encontrarme con el cuerpo de la niña convertida en caminante aunque no lo parecía mucho ya que la habían vestido bien y si no fuera porque la piel de ella estaba podrida y tenía la marca de la bala en la cabeza hubiese jurado que ella estaba viva pero no era eso solo lo que tenía sino que en la mano derecha tenía una nota, estaba escrita en un papel un tanto amarillento y con tinta negra estaba escrito algo pero no podía deducirlo. Estaba tan absorbida intentando saber que era lo que decía que no me di cuenta que algo se estaba moviendo a mis espaldas.
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