El camión no estaba, mis amigos no estaban, solo yo y los caminantes, tenía la sensación de que debería haber saludado a Emma con un abrazo, decirle todo lo que nunca le dije, le tuve que haber agradecido a Josh y a Katy por habernos abierto la puerta de la comunidad cuando lo necesitamos, tuve que decirles a todas las personas que estaban con nosotros que se cuidaran, que son muy valientes por habernos acompañado, por pasar por tanto tan solo para rescatar a dos personas, muchos no lo hubiesen hecho, no como esta el mundo ahora, sin embargo ellos lo hicieron pero no pude hacerlo, no me despedí, no creía que sería necesario pero ahora en el asiento del auto, rodeada de filosos dientes que me quieren comer sin piedad creo, sinceramente, que tuve que haberles dicho adiós .
el auto estaba varado en anda saber tu donde conmigo adentro y con un par de caminantes alrededor, la alarma no había parado ni un segundo desde que la prendí en esa ciudad y ahora estábamos bastantes kilómetros lejos te lo aseguro, el sol se estaba poniendo y ya había perdido de vista el fuego que habíamos visto con Emma, quizás el hecho de estar mareada o aturdida no ayudaba mucho a ver si el fuego o el humo seguían ahí, pero por lo poco centrado que veía no había nada, quizás lo habían apagado, quizás yo me aleje demasiado no lo se, solo se que ahí no estaba y que si yo me quedaba acá tampoco iba a sobrevivir mucho, intente recuperar fuerzas desabrochándome el cinturón y reincorporándome en mi asiento, no funciono mucho, me dije a mi misma '' Eres tu o ellos, y no tengo muchas ganas de morir así que vas a agarra tus cuchillos, vas a abrir la puerta y vas a matar a los malditos'' me auto cuestione al momento de pensar ''matar'' pues ellos ya estaban muertos pero ser gramaticalmente correcta en estos momentos no tenía mucho sentido ''demonios Sarah puedes moverte?'' pensé que era yo hablándome devuelta hasta que corrí la cabeza y lo vi sentado en el asiento del acompañante, tenía su pelo castaño oscuro despeinado, un brillo en sus ojos marrones y una mirada tan severa que pensé que iba a matarme, ahí estaba, mi hermano mayor gritándome que me moviera
-No puedes regañarme si estas muerto lo sabes no? Ese derecho lo perdiste en la cocina de la granja- dije intentando sonar algo graciosa, él sonrió
-No lo perdí, sigo siendo tu hermano tu hermano mayor no importa que pase- dijo con una risa burlona
-Técnicamente nunca lo perdió, sigue siendo tu hermano por más que ya no este contigo es como si dijeras que ya no me amas porque no te encuentras conmigo en aquella tienda- Era Ele la que ahora hablaba, mi hermana menor, siempre tan inteligente sentada en el asiento trasero, con una sonrisa esplendida
-Ves! Ele esta conmigo, somos dos contra uno hermanita te ganamos- me respondió Alex sacándome la lengua
-no peleen, son hermanos los hermanos no pelean- Mi madre, sentada junto a Ele regañándonos como de costumbre- Cariño diles que no peleen
-Si no pelean no son hermanos, déjalos disfrutar este corto momento amor- mi padre, como siempre salvándonos de las garras de mi madre.
Estaban todos, sabía que no era verdad pero simplemente quería apreciar este momento, todo se sentía tan bien, como si nunca nada hubiese pasado y estuviéramos en un viaje familiar, las peleas, mi madre regañándonos, las risas entre todos, todo se sentía tan cálido, entonces una pregunta pasó por mi mente
-Me estoy muriendo?
-No, solo estas alucinando por la falta de agua cariño- me dijo mi padre con un tono tan calmado que generaba eso en mi, calma
-En realidad fue idea de Alex, dijo que si no te veníamos a incentivar nunca saldrías del auto, yo le dije que no era cierto, que después de todo seguías siendo mi heroína y que saldrías a luchar como siempre lo haces- Ele me miro con cara esperanzadora yo le sonreí dulcemente, le sonreí a todos, no quería que esto terminara, quería volver con ellos, quería estar con ellos en nuestra casa, que papá me abrazara y me dijera que estaba hermosa, que Ele y Alex me llamen para hacer alguna locura que le se le ocurrió al niño interior de Alex, que mamá entrara en la habitación con una fuente de comida caliente quería que todo fuera normal por una vez desde que todo comenzó, entonces tenía ganas de llorar pero las lagrimas no caían por mi mejilla y dolía pero no podía no llorar sabiendo que la familia que esta al lado mío no va a reunirse más
-Cariño, tienes dos opciones, puedes venir con nosotros, sin luchar, sin dolor o puedes quedarte, dar lo mejor que tengas y seguir luchando para ver un mejor mañana- me dijo mi madre apoyando su mano sobre mi mejilla, sentí el frio de su añillo de compromiso apoyarse sobre mi mejilla y fue una de las sensaciones que más anhelaba
-Sarah, hija, te queda poco, ya casi lo logras, no bajes los brazos ahora cariño- los ojos de mi padre se cruzaron con los míos, los dos ojos café diciéndose todo, el quería que me quedara y que luchara, el siempre había querido eso, que luchara para conseguir algo mejor
-Estas cerca hermanita, no te rindas- Alex se acercó y me dio un abrazo, todo se sentía tan normal como si de enserio estuviesen acá, pero el tiempo se acababa y sus imágenes se estaban borrando poco a poco
-No me dejen, no ahora, solo un poco más se los pido, los necesito- mis súplicas sonaron un poco más alto de lo que yo esperaba pero necesitaba que me escucharan
-Nunca te dejaremos, al final y después de todo seguís siendo mi heroína y siempre te amaremos, no estás sola, estamos ahí- Ele señalo mi corazón y mi cabeza antes de irse por completo, antes de que todos se fueran por completo, entonces agarre mis cuchillos y abrí la puerta, recobre fuerzas pero cuando estaba por salir, se escucharon disparos que me ensordecieron y caí de espaldas al asiento del auto.
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