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No recordaba haber llegado a su habitación, pero se alegraba de que hubiera sido así. Durante su sueño, se encontró en un sitio totalmente oscuro, en el que no era capaz de ver más allá de su propia nariz, estuvo aterrado... Por un momento creyó que al menos ahí estaba en su cuerpo, pero no, cuando llevó sus manos a su pecho aún tenía senos y el cabello largo le caía causando una sensación rara con su piel. Vio un gran destello violeta a lo lejos, además de una risa escabrosa y por más que intentó llegar a la fuente, jamás lo logró, de cierta manera era cómo si alguna vez hubiera estado en ese sitio, pero él no lo recordaba.

La noche anterior... No quería pensar en eso, en cuánto lo recordó, llevó sus manos al rostro y lo estiró con fuerza ¿Qué diablos había pasado por su cabeza? ¿Cómo fue tan irresponsable de beber tanto? Miró a su alrededor y se dio cuenta de que David no estaba con su cuerpo... ¿Cómo fue capaz de ir a la habitación de ese chico? ¿En qué estaba pensando? ¡Él no era gay! Bajó la vista, lo que hizo después era peor... «Yo, yo no quería, ella fue la que me tomó por sorpresa» aún a pesar de lo borracho, podía recordar esa emoción, el momento en que los labios de Reno se aferraron a los suyos y le metió la lengua en la boca. Siempre creyó que su primer beso sería algo mágico, y soñaba con que fuera con Ximena pero, ya nunca sería así, fue muy extraño... Oliver siempre le contó que besarse con una chica era algo sin igual, la calentura, ambos le pertenecían al otro por unos instantes «Pero con Reno...» cada vez que imaginaba a la chica, veía a la adolescente que por años lo maltrató por ser amigo de Ximena y ahora, eso cobraba un poco se sentido «¿Estaba celosa?» se preguntaba. Llevó inconscientemente su mano a los labios, no podía creerlo, era la más codiciada del colegio, la mujer que conseguía todo poniéndole una cada linda a los demás y siempre estuvo enamorada de Ximena. Se recargó contra la pared y golpeó su cabeza contra ella ¿Cómo le diría a David que usó su cuerpo para besarse con su mejor amiga? ¡¿Qué le contestaría?! Eso no era lo que un buen amigo hubiera hecho, repentinamente una lágrima brotó de su ojo «Fui un irresponsable, si Ximena se entera, me matará» pensó. No podía contarle a nadie lo que sucedió, ninguno le creería que de la noche a la mañana, por un deseo que pidieron intercambiaron de cuerpos. Se levantó, cansada y agotada emocionalmente, trataba de ignorar sus recuerdos pero cuando menos lo esperaba volvía a ver a Reno pegada a ella «Fue extraño...» se dijo, nunca estuvo en una situación tan erótica, al menos no acompañado. Y eso, fue un momento muy muy fuerte, bastaba con cerrar los ojos para estar ahí otra vez, sentía la humedad en su parte íntima, las caricias de Renata lo habían hecho disfrutar de una manera que jamás creyó posible «Estuvo mal, dejé que llegara demasiado lejos...» pero en esos momentos parecía no haberle importado, estaba en un estado... Bebió demasiado, eso era todo. No podía dejar que eso volviera a pasar, y también debía pensar en una manera para disculparse con Reno, debía arreglar las cosas con ella antes de que Ximena se diera cuenta, no quería perderla. Este era el tercer día que tenía siendo mujer y no le parecía más sencillo, llegó hasta el espejo del baño, volvió a observarse «Yo... Lo eché a perder» veía el rostro hermoso de Ximena, pero por dentro sentía asco, usó el cuerpo de su amiga para cosas sin perdón.

Tras el cambio, ambos acordaron seguir durmiendo en el mismo cuarto, para evitar cualquier sorpresa, pero no había ni rastro de su cuerpo ¿Sería que ya se habría enterado? Corrió a toda velocidad hasta su cama y buscó el teléfono de su amiga, lo encendió y marcó su antiguo número, pero fue enviado al buzón... «Lo sabe» pensó, no encontraba otra explicación.

David decidió ir a dar una caminata mañanera, estaba sorprendido por la actitud que tuvo su antiguo cuerpo ¿Qué le habría pasado? Llegó en medio de la madrugada, parecía estar muy borracha, demasiado «Supongo que aún no conoce los límites que tiene un cuerpo femenino» pensó, con algo de risa, era por eso que ella no tomaba tanto, no le gustaba perder el control de las situaciones y ciertamente una vez que bebía más de la cuenta solía hacerlo. Además, su amigo balbuceaba algunas palabras “Yo no quería” “Fue un error” repetía una y otra vez. La ayudó a recostarse y la cubrió con una manta, se vio forzado a quitarle la ropa y colocarle su bata.

El Deseo de Mi Amiga (Cambio de cuerpo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora