Malos entendidos

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Los personajes no me pertenecen son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.

Para considerar: este fics es universo alterno, una ligera comedia romántica con tintes picantes pero siempre dejando un dulce sabor de boca.

—O—

La verdad era que con mi casi nula experiencia en relaciones amorosas creía que todo era miel sobre hojuelas. Más me equivoqué, tener una pareja a veces puede resultar estresante sobre todo cuando no estás de acuerdo en ciertos asuntos. Me sentía afligido, esa era mi verdad pues llevaba tres días sin saber de ella. Akane me envió al demonio y por teléfono, así es que con el orgullo herido me encerré en mi apartamento a esperar porque el cielo se apiadara de este pobre hombre en desgracia.

Cuando el timbre de mi puerta sonó salté como un resorte desde mi asiento en dirección a ella, las caras de mis amigos mostrando las bolsas con las botellas de cervezas no me entusiasmó en nada.

-¡Está peor de lo que creí! — exclamó Mousse.

-Pero Ranma, debiste llamarnos antes— decía Ryoga.

-Tú llamaste, apenas y contesté me dijiste que venías a ver qué diablos sucedía— me apresuré a decir.

-Bueno no seas tan majadero, solo ¡mírate eres un desastre! — volvió a gritar Mousse.

-Baja la voz que me duele la cabeza— dije acomodándome en el sofá abrazando el cojín que Akane me había regalado.

-Amigo sea lo que sea ha de tener solución— agregó Ryoga entusiasta.

-Tus palabras no sirven, ella no me quiere ver y punto ¿qué puedo hacer? — dije cerrando los ojos cansado.

-Antes que nada cuéntanos qué rayos sucedió, no olvides los detalles— inquirió mi cegatón amigo ofreciéndome una cerveza.

-Bueno— comencé a decir, tomé un buen sorbo y proseguí— la verdad es que no lo sé— finalicé al tiempo que Ryoga me golpeaba en la cabeza.

-¡Idiota! Dices que llevas tres días sufriendo y ¿ni siquiera sabes el motivo? — gruñó mientras sobaba mi nuca.

-Es que ella estaba extraña...

-Espera un momento, extraña ¿cómo? — dijo el ojiverde prestándome atención.

-Pues... decía cosas y no entendía— contesté.

-¿Cómo no vas a entender con el coeficiente intelectual que tienes? ¿Acaso te golpeaste la cabeza? — preguntaba Hibiki cabreado.

-No sé cómo explicarlo, ustedes tampoco ayudan — solté fastidiado.

-Intenta ser más claro— agregó Ryoga.

-Bueno, hace dos semanas atrás ella me invitó a quedarme a su departamento a lo cual accedí muy gustoso, al terminar la semana se me ocurrió que ella viniera a mi casa. Akane ni lo dudó y estuvo conmigo hasta hace tres días atrás. Estuvo hablando de lo bien que compatibilizábamos en el hogar y que era un experimento muy positivo "eso de pasar una semana" en la casa del otro...

-¿Eso es todo? — preguntó Mousse.

-No, aun no acabo... la cosa es que estaba de acuerdo y ella dejó las llaves de su casa en mi mesa de noche. Cuando las vi fui corriendo a devolvérselas y ella se enojó, nunca olvidaré el rostro que puso cuando le entregué las benditas llaves. No dijo absolutamente nada y se fue a la universidad, no regresó a mi casa y cuando la llamé preocupado me dijo: ¡vete al demonio! Y colgó.

Secretamente EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora