El Diario De Lena 11

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Julio 15

Aunque no he querido admitirlo, es detestable cada partícula minúscula de esa relación. O bueno lo que fue esa relación. 

Es un infierno pensar en eso y los rumores corren con rapidez, más si es una figura pública como ese idiota. 

Oliver Queen es un bastardo engreído que dudo bastante que le interesé Kara. 

Su ego, su prepotencia y su cara de afligido sufrido es una facha barata de lo que en realidad es.

Tal vez sea mi enojo y peculiar molestia que niego que lo que siento son celos, pero es la primera vez que veo a Queen como un idiota, no me agrada la idea de que estuvo con Kara. Aunque sus citas parecían más reuniones de trabajo, no me agrada. El pensamiento es enfermizo y me enerva la sangre, el alma y el espíritu. 

Tampoco es como que pueda reclamar algo, ella es libre de estar con quien se le dé su desgraciada gana. 

Solo que todo esto me molesta. 

Palabras de odio son las que descargo en mi mente y que mi lengua se contiene  para no articularlas. 

Aunque en definitiva no era feliz con él. La relación cuanto pudo durar dos, tal vez tres semanas?

Es pensar demasiado por algo que ya no tiene importancia. O puede que simplemente lo que ella necesitaba era sexo. Duele, ese pensamiento duele, algo enfermo de mi parte. No tendría por qué doler. 

Mañana hablaré con ella, este aislamiento y frialdad no me beneficia en nada. 

20 Julio 

Tomé la decisión correcta. Puede ser valentía o fuerza, o puede ser miedo a perderlo todo. 

No tengo donde refugiarme, no tengo donde ir cuando todo va mal, no tengo en quien confiar. 

Puede ser que el más fuerte es el que pide perdón o el que da el primer paso para acabar con el sufrimiento. 

Fui a hablar con Kara, no sólo por mis repentinos sueños eróticos o los celos que siento solo de pensar que estuvo saliendl con el cara de idiota de Oliver Queen. La principal razón es que con ella me siento bien conmigo misma. 

Puedo sentir ese aleteo en mi corazón, siento como todo mejora y veo el mundo de una manera un poco diferente. 

Hay días en los que no se que siento, suelo encerrar toda emoción en pequeñas cajas. Y cuando estoy con ella se abren lentamente, eso me asusta, me pone nerviosa; pero me hace sentir un poco más ligera y libre de lo que ya era. 

Ella me regaló un libro, bastante simple a primera vista. Demasiado corto para mi gusto pero de cierta manera bastante revelador. 

El día que la fui a buscar estaba en su departamento, no había el ruido habitual de la música, ni su voz entonando cada nota. 

Jamás pensé que tocar una puerta fuera tan difícil. Tenía miedo, no sabía que esperar de eso, es difícil dar el primer paso, es difícil admitir los errores y también es difícil comprender la postura contraria. 

Ella me hirió como muchas otras personas, pero su herida dolía más que la de cualquier otro. Era como fuego corriendo por las venas, eran como estacas clavadas en el corazón y dolía tanto porque ella me importa más de lo que debería importarme. 

Pero dolía aún más no poder verla u oírla, dolía más verla en aquel estado fantasmal y con aquella actitud imposible de que no es capaz de ver también su culpa. 

Pero, puedo comprender el porqué de su actitud, el libro que me regaló dice bastante de ella, es alguien que se siente solo, es alguien parecido a mi. 

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