Capítulo siete

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¿Y ahora qué?

El rubio había apartado su mirada hace rato de las letras en la página, podía notar que el grupo de amigos de Axl no estaba presente en la cafetería y sospechaba el porqué, pero no era sólo eso, su cerebro estaba intentando comprender porque al pelirrojo de la nada se le dio por hacerle todos esos presentes.

¿Se quería disculpar por sus actitudes inadecuadas al recién conocerse? Él llevaba evitando al pelirrojo desde ese día para no tener que escuchar sus comentarios, ahora resultaba que era el responsable de esa situación, sentía el estómago revuelto por tantos sentimientos juntos.

Se levantó de su silla llamando la atención de sus amigos, estuvieron a punto de decir algo pero el rubio ya había recogido sus cosas y tomado camino lejos de la mesa hacia el salón de clases, no, el colorín no estaba en el salón. Fue al campo donde se daban los partidos de fútbol y tampoco se encontraban en ese lugar, se comenzaba a sentir frustrado, no le quedaba mucho tiempo del receso.

Resentido se encaminó hacia los baños y, oh, ¡Sorpresa! En la entrada del baño se encontraban cuatro de cinco, suponiendo que el pelirrojo probablemente estuviera dentro fingió que sólo iba de largo a adentrarse como en un principio había sido su intención.

El cuarteto se puso alerta al ver que cruzaba la puerta sin ningún problema, ni siquiera le tomó por sorpresa ver al pelirrojo lavandose las manos mientras se observaba frente al espejo que estaba frente al lavamanos, el que sí pegó un brinco por la sorpresa fue el ojiverde que al ver al rubio en el reflejo sintió que se le salía hasta el alma.

—. Tú y yo tenemos que hablar. — Tiró su mochila al suelo acercándose al ojiesmeralda, este último había preferido tomar su porte de vato mamón con tal de evitar un interrogatorio que lo dejara mal parado.

—. No tengo tiempo. — Vaya excusa más tonta, intentó irse pero el menor, quizás por meses suponía, le detuvo apoyando su mano sobre su pecho.

Grande fue la sorpresa para el rubio al notar que bajó la camisa se escondía un cuerpo trabajado, la apartó casi al instante cuando sintió que un rubor por la vergüenza quería asomarse en sus mejillas, no podía permitirse mostrar su vulnerabilidad en ese momento.

—. Ahora lo tienes, ¿Has sido tú quien envió todos esos presentes? — Kurt Cobain en realidad no era un muchacho tímido ni introvertido, sólo no le gustaba llamar la atención demasiado, por eso no le fue difícil confrontar al colorín. Bueno, quizás un poco introvertido.

—. Ya debes saberlo, ¿No? ¿Qué es lo que quieres? — Pero no iba a mentir, su voz, su mirada firme y fría junto a su porte lograban intimidarle haciendo flaquear sus intentos de verse valiente.

—. ¿Yo? ¿Qué es lo que quieres tú? Primero vienes e insultas mis gustos musicales, que por cierto, no son un tema de tu incumbencia ni de nadie porque a mí me puede gustar lo que me salga del culo; pero luego vienes y empiezas a dejarme presentes en base a esos gustos, sabes que me gusta BTS, que mis bias son Jungkook y Namjoon, aparte tienes sus códigos de Spotify a sus canciones, ¿Qué quieres? — Axl debía admitir que la determinación del rubio era de admirar, le estaba haciendo frente a un idiota que se mofaba de sus gustos.

Su personalidad brillaba por su versatilidad, afuera con sus amigos le veía como un chico alegre e inocente, pero ahora lo veía como un chico determinado y firme que no se dejaba humillar por nadie. Tenía tantos filtros y quería conocerlos todo.

—. Ten una cita conmigo. — Y él no se iba a dejar llevar por su atracción o por la esencia del menor, la fuerza voluntad la iba a mantener hasta que no aguantara más los encantos del chico.

En cambio, Cobain estaba teniendo una crisis interna, muy en el fondo había querido tener una cita con el pelirrojo pero nunca se esperó que las cosas se dieran de esa forma y eso sólo le hacía más complicado tomar una decisión sin dejarse llevar por lo poco que conocía del contrario. Al estar tan absorto en sus pensamientos, lo único que logró sacarle un poco de su cabeza fue cuando su espalda se estrelló contra la pared tras él y las manos ajenas le sujetaron por los hombros.

El verde sobre el azul era una combinación extraña, comúnmente iría arriba el azul por las tonalidades del cielo, pero este era celeste no azul, esos zafiros parecían más el océano y podría perderse en ellos intentando buscar una respuesta pero no podía encontrarla; o no hasta que el menor alzó su mirada hacia el contrario, sus orbes decían que sí pero había algo que le decía que no sería esa su respuesta.

—. Lo pensaré. — Tomó el rostro del pelirrojo entre sus palmas para unir sus labios en un beso bastante corto pero por igual brusco e intenso que dejó al mayor con un gesto de confusión, perdido en sus pensamientos.

El rubio recogió su mochila del suelo colgandola sobre su hombro antes de salir corriendo del baño, el grupito de cuatro que se encontraba en la puerta del baño se quedó extrañado al ver como su compañero salía corriendo como alma que se lleva el diablo hacia quién sabe dónde.

Ni siquiera sabía hacia donde ir, aún tenía que recibir una clase pero sentía que se estaba ahogando en un vaso de agua, estaba muy confundido y no sabía si para bien o para mal, su corazón estaba acelerado pero no por la carrera que llevaba.

Se detuvo frente a su salón de clases sintiendo su respiración agitada por el cansancio, tendría que evitar a Axl, no podía dirigirse a él aún luego de lo que había sucedido... pero le había gustado, los labios del pelirrojo eran suaves y encajaban bien con los suyos.

Se adentró a su salón viendo a sus amigos sentados cada uno en su mesa, fue a sentarse también con su cabeza dando vueltas, ¿Qué más le gustaba? Sus manos, cuando le sujetó por los hombros con esa fuerza se sintió pequeño y débil en comparación, su voz le lograba intimidar, desde que lo vio por primera vez admitió que era guapo... Le gustaba su...

—. Me gusta Axl.

໒❛ 𝐁𝐎𝐘 𝐈𝐍 𝐋𝐔𝐕 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora