Aunque confundido, el menor se levantó con rapidez junto al contrario tomando su mochila y la memoria para poder guardarla en su bolsillo, se encaminaron juntos a la puerta de la habitación, se miraron por varios segundos hasta que el pelirrojo se animó a darle un beso rápido en sus labios.
—. Te iré a dejar a la parada de autobuses. — Se alejó para poder abrir encontrándose con su padrastro que tenía un gesto de pocos amigos bien marcado, el rubio debía admitir que si daba miedo a simple vista.
—. ¿Qué hacían? — Oh, era ese tipo de persona, eso explicaba muchas cosas.
—. Nada, tareas, ¿A ti qué? Llevaré a mi amigo a la parada.
Dicho y hecho salieron de la casa, lo que tomó más sorpresa al menor fue que ni los hermanastros ni la madre del ojiesmeralda parecían estar fuera de sus habitaciones, pero con ver tan solo el simple carácter del hombre que recién había llegado podía ir entendiendo la razón.
—. Lamento eso, Kurt. — La voz del pelirrojo logró llamar la atención del rubio haciendo que le volteara a ver con cierta duda por esa disculpa. —. Stephen es el tipo de personas que seguro no te agradan.
—. No te preocupes, nos vemos mañana. — Mencionó aquello al ver que su transporte ya estaba llegando, se acercó al contrario dejando un corto beso sobre sus labios que logró remover todos los sentimientos del colorín.
El rubio se subió al autobús yendo de vuelta a su casa, era curioso porque estaba muy acostumbrado a viajar en el transporte público a pesar de que sus padres tenían un auto y si se los pedía lo irían a buscar.
Cuando llegó a su parada se bajó caminando lo poco que le faltaba para llegar a su vivienda, cruzó el patio y abrió la puerta adetrándose, se detuvo solo a ponerse a procesar un poco todo lo que estaba sucediendo y sintió una gran emoción inundarle, las cosas estaban yendo bastante bien con el colorín.
Lo que restó de su día fue bastante relajado, hizo un par de tareas que debían entregar la próxima semana y pasó la cena junto a su padres y su hermana, hablaron sobre su día como solía ser costumbre y no tardó nada en estar listo para dormir no sin antes mandarse unos cuantos mensajes con Axl para pasar una linda noche.
Al día siguiente se levantó con un muy buen ánimo, se apresuró para arreglarse para ir a clases y bajó a buscar algo para llevar de desayuno, se conformó con unas galletas de avena más lo que compraría para comer con sus amigos en la escuela y esperó a que su hermana bajara para irse juntos a la parada de buses.
—. ¿Cómo te fue ayer con Axl? ¿Ya son novios? ¿Al fin se besaron? — La menor pateó una piedra sonando como la persona más chismosa que podía existir.
Y era gracioso porque eso nunca le había molestado, él y Kimberly tenían una muy buena relación de hermanos, peleaban como lo haría cualquier par de hermanos normal, pero muy aparte de eso se contaban muchas cosas en confianza que a veces muchos dirían que no podrían contarle eso a sus hermanos.
—. Bien, no, y algo así... Mentira, nos besamos tres veces. — Lo último salió con bastante emoción logrando contagiar a su hermana de dicho sentimiento mientras colgaban risitas bastante cómplices.
—. Aw, qué romántico, ya parece dorama. — Bromeó recibiendo un golpe en su nuca no muy fuerte por parte de su hermano, soltó una carcajada por tal respuesta y se lo devolvió a forma de empujón.
Se detuvieron en la parada de buses y el transporte que llevaría a su hermana no tardó en hacer presencia, se despidieron dándose un abrazo y el rubio esperó a que el autobús partiera para sacar su celular junto con sus audífonos.
La primera canción que se reprodujo fue la que Axl le había enviado de su banda, de alguna forma eso logró pintarle una gran sonrisa en sus labios mientras empezaba a caminar en dirección hacia su instituto. La voz del pelirrojo resonaba en su cabeza de forma contagiosa, no podía evitar tararear cada vez que llegaban las partes que más le gustaban.
Podía escucharla en bucle todo el día y no se iba a aburrir, no sabía si era por lo mucho que le gustaba el chico o porque en verdad la canción era bastante buena, fuera cual fuera la razón, iba a disfrutar de la sensación que le provocaba el ritmo junto a la voz del colorín.
Cuando llegó al instituto se adentró con rapidez, a pesar de que iba temprano siempre le gustaba apresurarse por sí llegaba a sonar el timbre cuando iba hacia su salón, al llegar estaba vacío pero de nuevo había un presente en su pupitre, ya siendo consciente de quién podía ser sintió todos sus sentimientos removerse.
Se acercó viendo que era una flor junto a una pluma de Cookie bastante bonita, era una rosa roja que ya no tenía ninguna espina para evitarse accidentes, debía de admitir que creyó que los presentes se iban a acabar una vez que empezaron a salir pero al parecer no y eso le daba algo de satisfacción.
Se dejó caer en su asiento dejando su mochila sobre la mesa y guardó la pluma junto a sus audífonos y celular porque sabía que no los iba a utilizar en ese momento, en cambio la rosa la dejó sobre su mochila.
—. William Bruce Rose lo hizo de nuevo. — Volteó su rostro al notar la presencia de sus amigos, la voz de la rubia fue la que se escuchó mientras iba hacia su asiento.
—. Es muy encantador, en serio.
—. Amigo, nunca creí que te vería tan enamorado, mucho menos de Axl. — Confesó el castaño sentándose junto a su mejor amigo recibiendo una mirada rápida por parte de este.
Estuvo a punto de decir algo cuando apareció el grupito de amigos donde solía encontrarse al colorín, sin embargo tuvo una muy amarga sorpresa al ver el rostro del pelirrojo.
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Sobres culeros, ya empezó noviembre con N de November Rain, alguien hace un tiempo me envió un audio tocando el solo de Slash, jaja, le extraño dos puntos paréntesis.
