Las personas iban de un lado a otro, conversaban sobre quién sabe que cosas, un grupo de cuatro amigos se encontraba sentado en la sala de espera del aeropuerto, miraban fijamente las puertas por donde solían aparecer los recién llegados mientras que alrededor de ellos habían varios hombres de traje, ventajas de la vida que llevaban.
Por las puertas apareció un chico rubio, sus mechones eran ligeramente largos, tenía su cardigan desordenado al igual que sus mechones, con su mirada buscó al grupo de amigos y al verlos se apresuró a ir con ellos siendo perseguido por una mujer y un hombre de traje, era gracioso ver como intentaban atrapar a una persona con tanta energía.
—. Ya díganme dónde mierda está William o juro que los voy a castrar. — La voz amenazante del ojizafiro logró asustar un poco a los cuatro muchachos, bueno, tres, Izzy no le tenía miedo ni a su sombra.
—. Es que... Kurt, no tenemos ni idea... — Empezó a explicar el de rizos moviendo sus manos con cierto nerviosismo por la posible reacción del menor, todo empeoró cuando el ruido de las personas fuera del aeropuerto se empezó a hacer más fuerte.
Cobain estuvo a punto de gritar pero en la cinta del equipaje venía el pelirrojo agachado con la cabeza gacha, sintió un gran alivio porque hasta cierto punto llegó a pensar que le había pasado algo, el ojiverde alzó su cabeza y al ver a su pareja se bajó de un brinco corriendo hacia él, le abrazó por la cintura y le cargó haciendo que soltara su maleta.
—. Hola, mi dulce niño, ¿Me extrañaste? — Le bajó dejando besos por todo su rostro logrando arrancarle risitas suaves al menor.
—. Mucho, aunque solo fueron dos horas, ¿Estás listo para el último concierto de promociones? — Acunó el rostro del mayor entre sus palmas, el ojiverde le dirigió una mirada rápida a sus compañeros antes de poder hablar.
—. Hay algo que necesito contarte. — Tomó las manos ajenas alejándose de las sillas donde los demás esperaban, al igual que Axl traían gestos de cansancio mucho más marcados que Cobain, el rubio solo los acompañó a petición de su novio.
—. Los chicos quieren darse un descanso, luego de lo que te pasó a ti y a Izz con lo de... ya sabes, la rehabilitación y eso, yo tomé la decisión de descansar y Duff igual porque quiere cuidar de Izzy. — El menor asintió con lentitud llevándose ambas manos a sobar sus antebrazos con algo de vergüenza. —. Hey, amor, no te sientas mal, ¿Si? Ya pasó, la psicóloga dice que ya estás mejor y los síntomas de la abstinencia se están yendo, luego de este concierto, volveremos a nuestra casa, vas a descansar y yo te voy a cuidar.
Los brazos del colorín rodearon el delgado cuerpo de su pareja para acercarle y hundirse en un abrazo cálido y protector, el rubio ocultó su rostro en el hombro ajeno aferrandose a su espalda con fuerza para evitar que se alejara.
—. También tengo algo importante que decirte, pero será luego del concierto. — Avisó llevando una de sus manos a acariciar los mechones dorados como si fueran a quebrarse por un tacto tan sencillo.
—. No quiero esperar... pero no me vas a decir, así que igual tendré que esperar.
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El rubio se asomó un poco observando a toda la gente que había llegado al concierto, tras él habían varias groupies que se habían logrado colar al backstage sabe dios cómo, lo cual era gracioso por Izzy estaba literalmente encima de Duff todo el tiempo, Dave le encargó vigilar a Saul y Axl... Parecería raro, hasta imposible, pero no tenía ojos para nadie más que no fuera el ojiazul.
Solo faltaba una canción para acabar con el estrés de la banda, a Kurt se le subieron los colores al rostro al escuchar el riff de guitarra para Sweet Child O' Mine, no habían dejado que los chicos interpretaran esa canción en los conciertos de sus álbumes gemelos por la tontería de mantener popularidad entre las mujeres, pero al parecer Rose tenía otros planes porque estaba interpretando de nuevo la canción que le escribió hacia ya ocho años atrás.
