Capítulo cuatro

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Luego de su ajetreada salida que había pasado a ser una reunión de dos a una reunión de cuatro había llegado a hacer sus tareas, durmió tarde por ello pero había valido totalmente la pena porque sus cuadernos iban bien decorados y con toda la información correcta que se le había pedido.

Cuando se aseguró de que todas sus cosas estaban en la mochila salió de la casa junto a su hermana, se despedían en la parada del autobus porque estudiaban en institutos distintos, sus padres no podían ir a dejarlos porque salían temprano de la casa hacia el trabajo. Cuando su hermana tomó su transporte se colocó los auriculares dejando que una canción de Doja Cat retumbara en sus oídos al tener Spotify en aleatorio.

Empezó su recorrido a pie hacia su escuela, todo era tan tranquilo en ese momento, solo él con el sonido de la música hasta que estuvo en la entrada y se colocó Just one day de su grupo favorito, sintió esa necesidad de decir: Joder, quiero que alguien me ame lo suficiente para dedicarme esta joya.

No tardó en llegar a su salón adentrándose a este, se encontraba vacío por completo así que supuso que fue el primero en llegar pero esa creencia se borró al instante al ver unas cosas sobre su pupitre. Se acercó a paso lento a este hasta que se aseguró que no era un explosivo, grande fue sorpresa al ver que era todo lo contrario a eso.

Una caja de lo que parecían ser chocolates junto a una photocard de Namjoon, miró hacia todos lados sin encontrar a nadie, su corazón se aceleró al ver que también había una rosa en la superficie de madera, lo que hacía peor el asunto era la hermosa canción que inundaba su cabeza en ese momento.

Sacó su celular apagando la música y guardó sus auriculares en su cajita, esto último fue a la mochila mientras que el aparato a su bolsillo, tomó la caja despegando la bolsita plástica donde venía la photocard y justo en ese momento entraron Courtney junto a Dave y tras ellos venían el tal Axl junto a sus dos amigos pelinegros.

—. ¡Kurt! ¿Qué es eso? — La pregunta del castaño resonó en el salón, el pelirrojo se tensó apresurando el paso hacia su pupitre siendo seguido por sus amigos.

El mencionado esperó a que sus amigos se acercaran para mostrarles los presentes que yacían sobre su mesa, no pudieron evitar mostrarse casi igual de sorprendidos a como le pasó al ojizafiro cuando recién los había visto.

—. Le gustas. — El de orbes oscuros dijo aquello con un tono bastante gracioso sacándole una carcajada a la rubia.

—. ¿Y a quién?

Tras esa pregunta los únicos pelinegros presentes voltearon a ver a su amigo pelirrojo que se había encogido en su asiento, estaba cruzado de brazos y con sus piernas sobre la mesa de su pupitre, su mirada era fija en el rubio que muy emocionado hablaba con sus amigos sobre los regalos.

Se sintió enternecido ante el brillo que sus preciosos zafiros mostraban, era como cuando a un niño le regalaban su juguete favorito que tanto había estado pidiendo y se lo cumplían solo para calmar su capricho.

—. Adiós, presupuesto para mejorar nuestros instrumentos y micrófonos. — Se quejó el moreno formando un gesto falso de tristeza.

—. Ay, cállate, Slash. El gesto de Axl ha sido muy lindo, aparte se lo debe luego de la tremenda cagada que hizo. — Le regañó en voz baja el de orbes hazel señalando a su amigo que estaba en medio de ellos.

Al salón empezaron a llegar todos los demás haciendo que el grupito de los dos rubios y el castaño tomaran asiento, aunque el chico no iba a negar que la incógnita de quién podía ser la persona que le hizo ese presente se mantenía haciendo ruido en su cerebro.

Por un momento, en medio de la clase se le dió por voltear a donde se encontraba el colorín de orbes verdes, el chico parecía concentrado en lo que el profesor estaba diciendo, pero algo muy, muy dentro de él casi rogaba e imploraba de rodillas que el de tan bonito detalle fuera él.

Cuando acabó el día se puso de acuerdo con sus amigos para ir a almorzar juntos a algún lugar de comida rápida, durante el camino conversaron de cosas triviales, aparte de mencionar sobre el encuentro que Kurt y Courtney habían tenido en la tienda de importaciones y lo bien que la pasaron junto a Steven y Erin.

Compraron una pizza que fuera suficiente para tres estómagos gigantes y el diminuto estómago de su amigo rubio, se quedaron en una mesa de las que se encontraban al centro del local, todos habían tomado su trozo de pizza empezando a comer con una sonrisa en sus labios.

—. Así que Erin... — El castaño de orbes oscuros se dirigió a la única chica del grupo, las mejillas de esta ardían por la vergüenza.

—. Por supuesto que no, aparte es la ex de Axl, Dios no, qué horror. — Las quejas de la chica fueron mezcladas con las risas de los dos muchachos de ojos claros.

—. Por favor, eso no quita que ella sea muy linda y que hicieron click al instante, Steven y yo quedamos de lado una vez ellas hicieron conversación.  — al rubio no le gustaba ser un chismoso pero había algo rogando porque dijera eso.

—. Bueno, Kurt, tampoco te quedas atrás, ¿Quién será esa persona que tanto quiere conquistarte? — En cuanto el más alto de todos se metió a la conversación, sus miradas fueron a parar al mencionado.

—. Mientras no sea Namjoon, créanme que no me interesa. — Gran mentira, por una razón que desconocía deseaba con toda su alma que ese hermoso detalle fuera por parte del colorín.

—. Ay, por favor, ni tú te lo crees. Yo voto por Steven. — El mejor amigo del rubio alzó su mano ganándose una mirada filosa por parte de su amigo.

—. Yo voto porque te metas tu pizza por el ano.

Las carcajadas de la rubia y el castaño de ojos claros no se hicieron esperar ante la pequeña discusión que estaban teniendo los mejores amigos frente a sus narices, solían llevarse de esa forma, aunque muy por detrás de esa fachada, ya se habían visto llorar por tonterías y aliviado todo ese dolor con un buen rato entre amigos.

໒❛ 𝐁𝐎𝐘 𝐈𝐍 𝐋𝐔𝐕 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora