Cobain tenía una sonrisa imborrable desde el miércoles, se despertó por el sábado en la mañana sin poder disimular su emoción, sus padres le habían otorgado permiso para ir y tocar con la condición de que ayudase con los quehaceres del hogar luego de llegar de cada ensayo y no dudó en hacerlo porque cada que escuchaba esa canción se sentía lo suficientemente bien como para hacer todo lo que le pedían.
Le contó a su madre sobre eso, la mujer se mostró enternecida por el hecho de que alguien tuviera el detalle de escribir una canción exclusiva para su hijo, fue un detalle que consideró muy especial. Aún faltaban un par de horas, pero los nueve decidieron que ir a comer juntos sería una buena idea, por eso se estaba arreglando lo más pronto posible porque Axl iría a recogerlo.
Se vistió con una camisa manga larga negra, por encima colocó una camisa blanca y las colocó dentro de su pantalón negro, sus botas de siempre y acomodó sus cabellos lo más que pudo. Compró un regalo para el pelirrojo, así que tomó la cajita, tomó el estuche de su guitarra y bajó a la sala cuando el mencionado le envió un mensaje avisando que ya había llegado por él.
—. ¿Nos irán a buscar? Axl dijo que se iba a quedar a dormir. — Avisó mirando a sus padres que se encontraban sentados en el sofá, ambos adultos le voltearon y luego se miraron entre ellos por varios segundos.
—. De acuerdo, me llamas para ir a buscarlos y... solo no intenten hacer un bebé. — Soltó la mujer como si nada logrando hacer que su hijo se ruborizara al instante. —. Tranquilo, lo harás bien, hijo. Deseale suerte a los chicos de mi parte.
El chico negó con su cabeza mostrándose apenado y salió de la casa con rapidez con un simple "Lo prometo" y listo, al estar fuera se encontró con el pelirrojo que tenía una sonrisa en su rostro, llevaba una camisa a cuadros un tanto desgastada con los primeros dos botones sin abrochar, un jeans azul, unas botas negras y una gorra blanca mientras que cargaba una mochila en su hombro.
El rubio se acercó dejando un beso sobre sus belfos que solo logró hacer que una gran paz interna se instalara en el pelirrojo, se había sentido nervioso todo el día pero había algo en Cobain que lograba transmitirle alivio.
—. Te hice esto. — El menor le pasó la caja con el regalo que le había hecho a su saliente, el pelirrojo estaba sorprendido, la abrió con cuidado sacando un collar, la cuerda era de color púrpura y tenía una cruz de acero colgando.
—. Kurt, está genial, ¿Dónde la conseguiste? — Se la colocó con cuidado acomodando sus cabellos antes de tomar la mano del menor para jalarle hacia él y dejar un beso fugaz en sus labios.
—. Mi papá tiene un amigo que es herrero y le regaló un par de cosas así, me dio a escoger y cuando vi la cruz recordé la cadena que me contaste que perdiste. — Explicó con una sonrisa jalando al mayor para que empezaran a caminar hacia la parada de autobuses.
—. Gracias, yo también te compré algo pero... Eh, no sé si sea el momento. — Llevó su mano libre a su bolsillo para buscar en este hasta que sacó una caja pequeña que el menor tomó con cuidado, soltó su agarre para poder abrirla.
Dentro venía un anillo de plata junto a un reloj, el brazalete era de cuero sintético de color vino, el menor sacó ambas cosas, el anillo de lo colocó en su dedo corazón o anular de la mano derecha y en la misma, pero esta vez en su muñeca, se colocó el reloj con ayuda del colorín, justo llegaron a la parada de autobuses.
—. Me encanta, Axl. — Volteó a ver al mencionado dejando un beso en su mejilla, se abrazó a su brazo recostando su cabeza sobre su hombre mientras que el pelirrojo apoyó su cabeza en la del menor.
—. Por cierto, vamos a presentar Sweet Child O' Mine por último, les dije que le bajaran un huevo con la canción porque era muy especial para mí. — Explicó entre risas suaves, cuando el autobús que les llevaría al centro llegó no tardaron en subirse.
