Capítulo 2

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— ¡Maldición! — grito.

Acabo de despertar y tuve un asqueroso sueño en el que estaba embarazada y casada, eso no fue un sueño, fue una pesadilla. Amo los libros románticos que terminan bien, pero yo no me veo así en un futuro, muchos piensan que es por temor a ser lastimada en una relación, la verdad no es esa, simplemente no quiero estar atada a alguien y que se me limiten las cosas que puedo hacer.

Como dormir con varios chicos al mes, por ejemplo.

Exacto, me tendrían que dar un sexo demasiado bueno para que solo me acueste con un hombre, debería ser esplendido porque yo necesito mi buena dosis semanal. Además, ¿Qué sería de mi pobre alma sin eso?... El sexo es vital para la salud y esto se lo he dicho muchas veces a mis amigas, sobre todo a Danielle, esa mujer solo se acuesta con su novio y lo hacen una vez a la semana, yo en su lugar ya estaría muerta o lo habría matado a él.

Hablando de sexo... ¿Si nos protegimos con el último?

— ¡Mierda! — grité una vez más.

No recuerdo absolutamente nada de esa noche y lo peor de todo es que no tengo el número de ese chico, ni siquiera sé su maldito nombre. No me puedo alterar demasiado, ¿Cuánto ha pasado? ¿Dos días?... Bien, aún puedo tomar la pastilla de emergencia.

¿Qué esperas para ir por ella?

Tomo el consejo de mi conciencia y corro al baño por la pastilla, pero no hay ni una sola así que tomo una ducha rápida y me pongo unos jeans blancos, la primera camiseta que encuentro y unos tenis negros. Cuando llego a la cocina tomo una barra de cereal, agarro mi bolso de la barra y salgo corriendo hacia la farmacia.

Justo cuando salgo del edificio noto que no tomé mi abrigo, pero no me devuelvo por él porque un poco de frío no me hará daño y necesito esa maldita cosa con urgencia. De camino me como la barra que tomé de mi despensa y al llegar a la farmacia boto la envoltura en el basurero que hay afuera.

Muy bien... Ahora evitemos un embarazo y la próxima vez que estés con un chico recuerda estar consciente porque estas carreras no me atraen.

Al entrar me voy directamente a la estantería donde sé que están las pastillas y me recuerdo hacer una cita en el ginecólogo para volver a mi método anticonceptivo, pues lo dejé hace dos meses para descansar un poco y buscar otras opciones porque el implante anticonceptivo me estaba enfermando. Después de coger las pastillas voy por una botella de agua y pago las dos cosas.

Al salir tomo de manera inmediata la pastilla y descanso porque sé que el riesgo ya no es tanto, en definitiva, jamás volveré a tener sexo estando borracha, es terrible no poder recordar si utilizaste protección o que tan bueno fue para saber si se puede repetir.

Yo tampoco recuerdo nada así que nos tocará buscar otro bombón, pero está vez estando lo suficientemente sobrias.

Como sea, ahora necesito centrarme en el examen que tengo el viernes y hoy ya es lunes. El invierno inicia este sábado 21 de diciembre según el pronóstico del clima, antes me encantaba esta estación porque podía salir a jugar con mis padres en la nieve y tener una verdadera familia, sin embargo, debo aceptar que ahora me pone demasiado depresiva e incluso furiosa, el monstruo está aún más presente en esta época y temo que me afecte cada vez más.

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Luego de unas cuantas horas estudiando para mi dichoso examen decido ir a mi apartamento por mi cámara para tomar unas cuantas fotos en el Central Park y hacer una pequeña visita a mi padre. Al llegar tomo todo lo que necesito y salgo corriendo porque veo que va llover, decido tomar un taxi debido a que en este momento no quiero conducir y le indico la dirección.

Cálido Invierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora