Estoy en el puesto del copiloto con el rostro feliz de mi madre justo a mi lado, nos dirigimos al acuario marítimo de Norwalk, uno de mis lugares favoritos, es enero y está nevando un poco, pero eso no es un gran problema para la mujer a mi lado, pues es casi una experta en el ámbito de la conducción.
Mi madre es la mujer que más admiro en el mundo porque es valiente, amorosa y persistente, ella nunca se rinde a pesar de los grandes problemas a los que se enfrenta en ocasiones, no podría pedir una madre mejor. Cuando crezca me gustaría ser como ella, aunque en el aspecto físico si nos parecemos bastante, las dos somos rubias, con ojos marrones, tez blanca y de estatura un poco baja, pero aún guardo esperanzas de crecer por lo menos un poco más.
Alise Roberts decidió llevarme el día de hoy a uno de mis lugares favoritos para compensar el no haber estado conmigo en mi cumpleaños número quince, el cual fue hace una semana, el treinta de diciembre, este día no lo pudimos celebrar juntas debido a que ella se encontraba en Italia por su trabajo, el cual desconozco puesto que nunca me ha hablado de él a pesar de las miles de preguntas que hago.
Vamos animadas cantando, o mejor dicho gritando, pasar tiempo con mi madre es simplemente maravilloso y reconfortante. Creo que solo nos falta la mitad del camino para por fin llegar a nuestro destino.
— Hija — me llama — ¿Si estás prestando atención a lo que te digo?
— Lo siento, madre — respondo — me encontraba sumida en mis pensamientos.
— Te decía que la próxima semana deberías tomar clases virtuales para que nos vayamos todos juntos a Alemania — me informa — pues es tu país favorito y siento que mereces el viaje, has sido muy responsable con tus estudios.
— Claro, me encantaría.
Continuamos nuestro mini concierto en el auto por media hora más, es uno de los mejores regalos que me han podido dar. Me siento un poco cansada así que decido tomar una pequeña siesta para poder disfrutar el acuario completamente cuando lleguemos.
El sonido de la voz de mi padre me despierta.
— ¿Qué tal les está yendo? — pregunta a través del teléfono — ¿No hay mucha nieve?
En ese momento noto que ha parado de nevar y han pasado por lo menos cuarenta minutos.
— Todo está perfecto — responde mi madre.
La carretera se encuentra totalmente desolada.
— Me alegro demasiado — dice mi padre — lamento no poder estar allí con ustedes.
— En una próxima ocasión será, cariño — le dice Alise.
Mis padres se aman de una manera exorbitante, su relación es la más hermosa que he visto jamás.
De repente veo un camión acercarse a una velocidad demasiado alta por nuestro carril.
— ¡Mamá! — grito señalando el lugar por el que viene esa enorme cosa.
Ella realiza una maniobra rápida para evitar que choquemos, pero no lo logra pues el camión da justo en su lado y nos hace dar vueltas en el aire hasta caer de una manera extremadamente dolorosa.
Siento miedo, el cinturón de seguridad no me permite mover. Volteo a ver a mi madre y el pánico se apodera completamente de mi ser, está algunos pasos fuera del auto y hay demasiada sangre en su cabeza. De inmediato me quito todo lo que está estorbando y corro hacia ella.
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Cálido Invierno.
RomanceChanel Roberts es una chica de 20 años que jamás se ha sentido atraída por los temas románticos, aunque sí lee muchos libros de este género. Cierto día, caminando por Nueva York se encuentra con un guapo joven y por fin descubre los sentimientos que...