Capítulo 32

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Argentina procuro mantenerse en silencio todo el viaje en que los franceses/españoles lo tenían... pero la tensión que sentía eran más fuertes que el.
 
-Quiero irme...
 
-No te preguntamos -dijo el chico de pelo rojo y alto. (Rick)
 
-Chicos... mi tío debe estar preocupado...
 
-No es nuestro problema -respondio el otro chico con único pelo negro.
 
-...... Chicos... miren, perdónenme... pero yo no tenia porq...
 
-¡No te justifiques! -grito Melisa -¡Fue tu culpa! ¡Todo lo que paso fue tu culpa!
 
-¡Si! -continuó Alba.
 
-...... Yo nunca quise perjudicarlos y lo saben.
 
-Debiste pensarlo mejor antes de hacerlo.
 
-... No... no, no, no, no y no... Yo hice lo mejor que podía haber hecho. Confesar, aceptar, no engañar y ser honesto fue lo mejor que pude hacer -respondio Argentina en el ceño fruncido y tono firme, obstinado a defender sus códigos.
 
-¡No! -dijo el chico de pelo rojo tomándole del cuello de la sudadera -¡Fue lo peor que pudiste hacer! ¡Nos perjudicaste!, ¡Sabias que podían expulsarnos!
 
-... Yo no quise que fuera así. Ustedes así lo eligieron, yo ya les había dicho que no y ustedes no entendieron e hicieron lo que quisieron... Y de todas maneras, yo ya le habia prometido a mi tío no volver a hacer algo como eso. Y nunca voy a arrepentirme de lo que hice... así que hagan lo que quieran, mátenme si quieren. Nunca me voy a arrepentir de haberlo hecho.
 
-...
 
Argentina se vio como el chico pelirrojo exploto en cólera y empezó a golpearle, volviéndose loco dentro de la misma camioneta... Argentina por su parte, ya sabía que ese loco colorado iba a reaccionar de esa manera, pero quería dejar bien clara su postura con sus huevos encima de la mesa, resistiendo lo que tenga que resistir y no tuvo intención de defenderse.
 
 
-¡Rick! -dijo el chico de pelo negro tomando al argentino desde atrás para apartarlo de los golpes del pelirrojo -¡Rick, ya basta, vas a matarlo!
 
-¡Me encantaría hacerlo!
 
-...
 
El de cabello negro (Johnny) observo un poco al argentino para poder comprobar si aun estaba establemente bien, a pesar de estar escupiendo sangre y estar con el rostro ahora algo morado.
 
-... Rick... cálmate... Si mi padre o los tíos nos ven que tenemos al sobrino de Francia en la camioneta, nos van a matar... y si lo ven lastimado así, va a ser peor.
 
-Jm...
 
-Al menos espera un momento ¿si? Antes que nada, tenemos que asegurarnos que no haya nadie.
 
-.... De acuerdo.
 

Argentina dio un pequeño "suspiro" interno al escucharlos decir lo todo lo anterior... porqué todo señalaba a que tenían pensado que ahora, en un rato o en unas horas iban a hacerle algo... algo no muy bueno. Ahora no sabia si estar tranquilo o nervioso, debido a que por un lado, no creía mucho que Elían y sus primos lo mataran...
 

Aunque, el hace poco habia visto un documental de Estados Unidos que decía que un grupo de chicas habían tomado a una de sus "amigas" por la fuerza y la llevaron al bosque donde la apuñalaron y la quemaron viva... y más casos de asesinatos en el bosque, incluso casos de asesinatos de compañeros a otros, casos muy comunes... Y viendo lo locos que estaban Elían y sus primos, ahora tenia un poco de miedo.
 
Pasados otros veinte minutos, al fin estacionaron en un barrio algo solitario, procurando ocultarse de la vista de las pocas personas que pasaban por ahí.
 
-Melisa... -dijo Elían apagando la camioneta y desabrochándose el cinturón.
 
-¿Si?
 
-Bájate un momento y ve a revisar que papa y mama no estén... y también revisa que los tíos tampoco.
 
-Si, enseguida -dijo Melisa bajando de la camioneta.
 
-Elían -dijo Alba -¿Como sabes que tus padres no van a acercarse al congelador?
 
-Nunca van al cobertizo, todo ese lugar esta lleno de telarañas, polvo y demás, solo entran ahí una vez al año para guardar la pesca que nunca consumen. Así que es obvio que no van a ir al cobertizo, al menos este día y eso nos basta.
 
-Oh, entiendo...
 
-...
 
Todos en esa camioneta se mantuvieron callados, esperando que Melisa regresara... y pasados dos minutos, la joven rubia regreso.
 
-Esta todo bien, mama y papa no están en casa, y los tíos tampoco, podemos pasar al cobertizo sin problemas -dijo la rubia de pie al lado de la ventanilla de conductor.
 
-Muy bien, gracias. Bueno, ahora bajemos, y bajen a Argentina.
 
-Si -respondieron Johnny y Rick.
 
Los dos mencionados anteriormente tomaron al argentino de cada brazo y lo sacaron de la camioneta por la fuerza, ignorando el hecho de que este ni se resistía, pero aún así, se apresuraron en arrastrarlo dentro de su vivienda antes de que alguien los vea. En ese entonces suavizaron más la fuerza con la que le agarraban, pero sin dejar de jalonearlo, de ahí lo llevaron hasta una puerta que parecía ser el cobertizo que tanto mencionaban.
 
-¿La llave? -pregunto Alba.
 
-Aquí esta -Respondio Elían sacándola de su bolsillo.
 
El rubio líder abrió la puerta para que poder entrar con todo el resto siguiéndolo detrás suyo y volvió a cerrar la puerta con llave en cuanto todos estaban adentro, solo para asegurarse.
 
-Bueno, ya esta -dijo regresando a guardar la llave en su bolsillo -Ahora hay que meterlo congelador, a la media noche vamos a regresar por el.
 
-Elían... -dijo Alba- ¿Como procuras que el maldito no se escape de ahí?
 
-... Vamos a ponerle una cadena -dijo tomando una cadena y un candado medio oxidados que estaban por ahí tirados entre la suciedad.
 
-¿¡Qué!? ¡No! -dijo Argentina empanicado.
 
-Tranquilo... no vamos a encadenarte.
 
-¿No...?
 
-No, infeliz...
 
-Oh...
 
-¿Y si quiere ir al baño? -dijo el pelirrojo de baja estatura -No creo que a tus padres les guste encontrar la comida congelada con restos de un argentino inmundo ahí dentro.
 
-Tienes razón, Matt... pero, vamos a tener que jugárnosla.
 
-... ¿Seguro?
 
-No... pero no me importa, problema de mis padres, no mío.
 
-... Ok.
 
-Métanlo al congelador...
 
-Si -respondieron Johnny y Rick.
 
Alba y Melisa abrieron la tapa pesada del congelador y Johnny y Rick metieron a Argentina dentro, casi empujándolo. Ellos volvieron a cerrar la tapa y Argentina pudo escuchar como Elían se acerco y empezó a amarrar la manija con esa misma cadena oxidada y la sello con el mismo candado.
 
Ahora todo estaba oscuro y no podía ver nada.
 
-Ya esta -escucho a Elían.
 
-Elían -escucho a "Rick"
 
-¿Si?
 
-¿Sabes donde esta la llave del candado?
 
-Sí, encima de la mesa.
 
-Ah, ok..... ¿Y que pasa si el infeliz intenta levantar la tapa y empieza a hacer ruido con la cadena y llama la atención de tus padres?
 
-... Entonces seria mejor que nos aseguremos de que no pueda levantarla... vamos, ayúdenme a poner cosas encima -dijo mientras lo oía alejarse.
 
Argentina escucho como los tres chicos altos del grupo empezaron a hacer un poco de fuerza para levantar algunas cosas de un cierto peso para ponerlas encima de la tapa del congelador, de manera que el no pueda intentar levantarla... El sonido de esos objetos ubicándose encima suyo retumbaban y era un poco molesto.
 
-Listo... ahora solo falta esperar.
 
-Elían... ¿Que vamos a hacer con el después? -escucho hablar a Alba.
 
-No se... tal vez lo dejemos ahí tirado o se que se pudra... o a lo mejor algún lobo puede comérselo, o lo quemamos vivo.
 
-Quemémoslo -dijo Rick.
 
-Si -dijo Johnny
 
-Era un broma.
 
-¿Y si lo drogamos? No va a acordarse de nada el día anterior -dijo Melisa.
 
-¿Que sentido tiene golpearlo si ni va a recordarlo?
 
-Al menos el dolor va a durarle ¿no?
 
-Si.... Pero no, pienso que tal vez solo opte por dejarlo ahí tirado a su suerte, y tal vez muera al día siguiente y con suerte lo encuentre un animal salvaje. De todas maneras vamos a irnos mañana por la mañana, así que no puede acusarnos.
 
-Entiendo... pero vamos a volver después de unos días, así que no creo irnos que sirva de mucho...
 
-No importa. El ya sabe lo que tiene que hacer y que no... así que no nos hagamos tanto problema por ahora.
 
-... Elían -dijo "Matt"
 
-¿Qué?
 
-Tus padres ya llegaron... debemos irnos.
 
-Oh, demonios... esta bien, vamos.
 
Argentina escucho como el rubio líder volvió a abrir la puerta y se fue con los demás, dejándolo a solo y totalmente a su suerte.

Tío (Francia x Argentina) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora