Capítulo 36

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Argentina habia estado un muy buen rato pegado a la puerta después de la declaración que le habia hecho a su tío. Se sentía feliz de poder finalmente confesarse y decirle lo que sentía... pero también estaba algo angustiado, porqué Francia era su familiar y ahora se encontraba viviendo con el, y, probablemente la atmosfera que iba a haber entre ellos posiblemente se vuelva muy incomoda. Obviamente Argentina sabía que Francia lo iba a rechazar por sentido común, pero se habia dejado llevar por sus emociones... posiblemente, ahora el francés tendría en mente evitarlo.
 
También se sentía algo apenado por haber saltado así a su cara para robarle más de un beso de esa forma inesperada. A pesar de que le correspondió por un momento, fueron besos robados, no estaban lejos de ser abuso por besar a alguien en contra de su voluntad y eso no estaba bien. Por lo que ahora se encontraba pensando seriamente si debia animarse a disculparse cuando Francia lo llamara para almorzar. El francés se estaba tardando mucho en el comedor haciendo el almuerzo, y muy posiblemente se estaría tardando a propósito para evitar verle la cara, pero eso no le molestaba, lo entendía totalmente.
 
Argentina escucho un zumbido proveniente de su cama, donde habia dejado su teléfono, así que se levanto del suelo y se acerco a su teléfono para poder ver que era lo que le habia llegado... pero era un mensaje enviado de Rusia.
 

"Argentina, discúlpame por mandarte esa carta, no pensé que Francia podía llegar a verla. Ucrania ya me dio tu numero y ya podemos hablar sin problemas... ¿como te encuentras?"
 
Argentina una vez más se sintió un poco conmovido por la amabilidad del ruso, pero sentía que no podía ser amable con alguien que se habia acostado con la mujer de su tío en su propia cama mientras el no estaba. Así que decidió ponerse digno y responderle.
 
"Estoy bien, Rusia, gracias... pero no vuelvas a escribirme. No voy a volver a trabajar con vos, y tampoco quiero cruzar otra palabra con vos, renuncio. No voy a volver a tu casa más que para ver a tus hermanas... y si me ves, por favor no me hables. Saludos."
 
 
Argentina mando el mensaje sin remordimiento alguno... no se molesto en esperar la respuesta, solo dejo el teléfono encima de la mesa de luz y se levanto para poder hacer su cama. Vio como a los pocos segundos la pantalla de su teléfono volvió a prenderse, pero sabia que era otro mensaje de Rusia, así que lo ignoro y decidió no verlo hasta que terminara de hacer su cama.

Al terminar, se sentó en su cama y tomo el teléfono para ver que era lo que le habia escrito.
 
"Argentina ¿que pasa? ¿por qué me hablas así? solo quería saber si estabas bien... ¿por qué decides renunciar de un momento a otro? ¿que sucede, Argentina?"
 
Argentina se sintió un poco mal por la forma tan cruel en la que le habia respondido a Rusia... pero solo suspiro y volvió a responderle.
 
"Ya sabes porqué... y por favor, deja de hablarme, me da pena ser así de malo con vos... chau"
 
Argentina mando el mensaje y apago el teléfono antes de guardarlo en el bolsillo de su sudadera.
 
-Cariño... -dijo Francia golpeando tímidamente la puerta.
 
-Pasa, tío.
 
-......
 
El francés giro la manija de la puerta y la abrió un poco para asomarse hacia el interior... se le veía un poco nervioso.
 
-Jeje... cariño, el almuerzo ya esta listo... ¿vienes?
 
-Si, tío -respondio poniéndose de pie -vamos a comer.
 
-estupendo... vamos.
 
Francia se separo de la puerta para que Argentina pudiera salir y ambos fueron rumbo al comedor, en silencio. Al llegar, cada uno se sentó en sus respectivos lugares... Argentina noto que Francia estaba muy incomodo, tanto que no sabia como disimularlo... vio como tomo la botella de vino de forma lenta y cautelosa para servirlo en su copa... volvió a dejar la botella encima de la mesa y bebió un poco. Sus acciones eran obviamente alguna forma de camuflar su incomodidad, así que Argentina decidió dejar de observarle y empezar a comer para que su tío ya no se sintiera tan incomodo.

Hubo un completo silencio entre los dos, silencio bastante incomodo, y ya no se sentía como esas largas conversaciones que tenían en medio de la comida. Argentina volvió a mirar a Francia de manera un poco más disimulada, percatándose de que esta vez se veía algo distinto... hoy habia vestido una simple camisa blanca que estaba algo suelta, y también tenia una cadena con un dije cuadrado, también tenia el cabello totalmente suelto y se le veía un poco alborotado, como si ni siquiera se lo hubiera atado para cocinar... al parecer se olvido de atarse el cabello, y muy posiblemente le habia caído más de uno a la comida.
 
-... Tío... -dijo el argentino, rompiendo el silencio que reinaba sobre la mesa.
 
-Oh... ¿si, cariño?
 
-Te ves bien guapo de esa forma.
 
-¿Guapo...? ehh... ¿como?
 
-Creo que te queda bien esa camisa blanca y algo suelta, y te combina con la barba y el pelo todo suelto... te ves muy bien -dijo en forma de cumplido.
 
-Uy... no me di cuenta que me habia dejado el cabello suelto -dijo avergonzado- debí habérmelo atado antes de cocinar...
 
-Si... debiste atártelo... pero no pasa nada, mientras no encuentre pelos tuyos en mi comida.
 
-... Esta bien.
 
El francés se mantuvo callado mientras el argentino volvía a comer... estaba como pensativo, como en una guerra interna sobre hablarle o no al Argentino sobre lo que habia pasado hace media hora.
 
-... Cielo... -dijo Francia con un suspiro al final.

Tío (Francia x Argentina) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora