Diario de una Chica Cristiana

Psicología Vol.1

Muchos creen que cuando te sucede algo como lo que me sucedió a mi, tu relación con tu familia mejora, pero no es cierto. Aunque debo aceptar que si he tenido que acercarme más a ellos (por ese pequeño detalle de que no veo nada), odio que me vean como a una niña pequeña que no puede hacer nada, no me gusta ni me gustará.

Voy en el carro con mi mamá, vamos a un lugar al que personalmente no quiero ir. 

-¿Cómo has estado hija?-

-Bien- Dije con un tono serio, se que estoy siendo muy fuerte con ella, pero si le digo que estoy mal, empezará una conversación que prefiero evadir en estos momentos.

-Sabes que puedes confiar en mi, si tienes alguna cosa me puedes contar.-

-Lo se mamá, gracias-

Llegamos al lugar, mi mamá me dijo que la reunión es en el apartamento de la psicóloga porque "es más personal". Mi mamá tocó la puerta y me dejó allí con una completa extraña por 1 hora.

-Hola Emily ¿Cómo estás?- Dijo la psicóloga mientras me tomaba de la mano para ayudarme a sentarme en un sofá.

-Estoy bien- Ella sabe que no estoy bien, pero creo que desde ahora será así con ella.

-¿Quieres algo? Jugo, agua, lo que quieras-

-Un vaso de agua estaría bien-

Desde que quedé ciega me he vuelto muy deductiva usando mis otros sentidos. Mientras escuchaba como se alejaba de la habitación intentaba descifrar cómo es esta mujer con la que estoy hablando. Por su voz puedo decir que Claudia es una mujer sabia, su voz es suave, por lo que puedo deducir que es una persona tranquila y paciente, también se escucha dulce y joven. Cuando me tomó de la mano para ayudarme a sentarme no sentí ningún anillo, así que es soltera o está peleada con su pareja. Camina con pasos rápidos, algo que suele hacer una persona que tiene mucho trabajo y sus pasos son cortos, así que es una mujer bajita.

-Supongo que ya sabes por que estás aquí, así que me voy a ahorrar el discurso.- Ok, esa manera de iniciar la charla cautivó mi atención- Me llamo Claudia Lozano, tengo 25 años, soy graduada de Psicología y actualmente estoy haciendo una maestría en esa misma área, llevo 5 años trabajando en esto y seré la mujer con la que estarás por algunos días. ¿Te gustaría presentarte?- En su voz se escucha una seguridad que no había escuchado jamás, no es la típica mujer loca que cree que si te habla bonito tú vas a contarle todos tus problemas, todo lo contrario, es diferente, es joven y muy despreocupada, siento que se puede convertir en una buena amiga, pero no le voy a hacer muy fácil el trabajo.

-Pues, me llamo Emily, estoy ciega y no quiero estar aquí, pero supongo que todo eso ya lo sabes.- No voy a hacerle fácil esto, no quiero que me conozca más de lo que debería.

-Bueno, yo tampoco quiero estar aquí, pero... No tenemos opción ¿O si?-

-No la tenemos-

-Ok, pues como ninguna de las dos quiere estar aquí, te propongo que juguemos algo. ¿Qué te parece 2 mentiras y 1 verdad?-

-Me parece bien- Prefiero jugar que estar hablando de mi vida.

-Vale, yo empiezo. Estoy comprometida, tengo pelo corto y me gustaría ser actriz. ¿Cuál es la verdad?-

-Fácil, no estás comprometida porque no sentí ningún anillo en tu dedo cuando te tomé de la mano, no tienes el pelo corto porque tu cabello rozó mi hombro cuando me diste el vaso con agua, así que quieres ser actriz.-

-Sorprendentemente, estás en lo correcto. Sigue tú.-

-Ok. Soy atleta, me gusta mucho el arte y tengo novio.-

-Sé que no eres atleta porque cuando llegaste tú mamá te preguntó si trajiste el inhalador, pero no sé cuál de las otras dos es la verdad, voy a decir que si tienes novio.-

-No tengo novio, la verdad es que me gusta el arte, de hecho mi mochila la decoré yo.- Dije y una pequeña risa sé escapó de mi boca, hasta que un pensamiento en mi cabeza hizo que desapareciera. -Igual no creo volver a hacerlo, no puedo hacer arte si no lo puedo verlo-

-Ok, sigo yo...-

Así estuvimos jugando por un largo rato, no se cuanto tiempo. Después me contó un poco de su vida privada y llegó mi mamá para llevarme a casa... No quiero apresurarme, pero me pareció buena persona, no estuvo aburrido y estuvo diferente a como creí que sería, así que me gustó esta visita.

Tomé mi teléfono de camino a casa, sé que es extraño, pero he aprendido a usarlo sin poder verlo. Utilizo una nueva actualización en la que cada cosa que quiera hacer en él, se lo digo con mi voz, ha sido extraño, pero al menos no me tuve que quedar sin mi teléfono. 
Sentí que mi mano vibraba, significa que me están llamando, que extraño ¿Quién estará llamándome un sábado?

Contesto:

-¿Hola?-

-Hola Emi, soy Brigette-

-¡Hola Bri! ¿Cómo estás?-

-Super bien, te tengo buenas noticias-

-Cuéntame, ¿Qué pasó?-

-¡Una familia me va a adoptar! Ya estamos preparando todo, la próxima semana me recogen.- Se escucha tan feliz.

-Es una muy buena noticia Bri, me alegro mucho por ti.-

-Y no sabes lo mejor, ¡Viven en Bogotá!, lo que significa que viviremos más cerca.- Brigette no sabe que estoy ciega, de hecho es la primera vez que hablo con ella desde el campamento.

-¡Que bien! Enserio me alegro mucho de que las cosas estén andando bien para ti.-

-¿Y tú cómo estás? ¿Ya volviste al colegio? ¿Qué has hecho estos días?-

-Pues... Tuve un accidente cuando volvía a Bogotá, ahora estoy ciega y me cambiaron de colegio.-

-¡¿Qué?! ¡No puede ser! ¡Eso es imposible!- Se cortaba su voz, está a punto de llorar.

-Lo se Bri, no tengo remedio, estoy intentando adaptarme a esta nueva... condición.-

-Bueno Emi, me tengo que ir, pero no dudes en llamarme si necesitas algo, te quiero, espero que puedas mejorarte.-

-Gracias Bri. Adiós.-