Pizza y Juegos

50 7 0
                                    

Narra Emily:

El timbre volvió a sonar, no le di importancia una vez más, segundos después escuché la voz de Bella que saludaba a mi madre y corría directo a mi habitación. Cuando los pasos se hacían más fuertes me sorprendió con un abrazo, la abracé con muchísima fuerza, ya estaba más relajada pues había hablado un rato largo con Mati.

-¿Cómo estás amiga?- Me preguntó Bella.

-Estoy mucho mejor- Un olor muy fuerte invadió mi nariz. -¿Es eso pizza?- Dije con mucha emoción.

-Si, lo es, creí que podríamos divertirnos un rato los tres, no lo hacíamos hace mucho.- Es increíble como ella y Mati me conocen tanto que saben lo que necesito.

Nos sentamos en el suelo, Mati me pasaba la pizza para que yo pudiera comer, aunque me da nostalgia no verlos, me gusta estar con ellos y sentirme acompañada. Comí mucho, perdí la cuenta de cuantos pedazos comí. Cuando ya no podía comer más pizza, con mis manos busqué a Mati que estaba sentado a mi derecha y me acosté en sus piernas, es algo que hacemos muy seguido y me gusta hacerlo. 

-Bueno, estuve buscando algunos juegos para que podamos divertirnos como nunca.- Me alegra que Bella siempre quiera alegrarme como pueda. -El juego se trata de adivinar el objeto o el animal que tiene la otra persona a través de los sonidos que haga. Empiezo yo... -Bella empezó a hacer ruidos como un caballo y Mati lo adivinó. Jugamos un buen rato y nos reímos mucho, era muy divertido escuchar los ruidos que hacía cada uno.

-Bueno siguiente juego-Dijo Bella entre carcajadas pues el último sonido que hizo Mati, intentando ser un delfín, fue demasiado chistoso.- Traje una caja, dentro de ella vamos a colocar cosas y hay que meter las manos y adivinar que es dependiendo de lo que sientan. Empieza Emily.- Mati me ayudó a acercarme a la caja, tenía muchos nervios, sé que Bella puede ser cruel con lo que coloque ahí. Justo cuando mis manos entraron a la caja, sentí algo de vidrio, el objeto debe estar dentro. Encontré el borde y sentí algo liquido muy pegajoso, me asusté apenas lo sentí y escuchaba las risas de Mati y Bella. Al final me di cuenta que era Arequipe/Dulce de Leche. 

Mati y Bella se encargaron de decirme cuales eran los objetos que les tocaban y se aseguraron que sus reacciones a los objetos fueran audibles, pues yo no podía ver sus caras.

Después de un rato de muchos juegos y mucha diversión, mi mamá se asomó por la puerta diciéndonos que trajo helado y que los papás de Mati y los de Bella, les dieron permiso de quedarse esta noche. Comimos helado y Bella empezó a poner música, Mati y yo cantábamos a todo pulmón mientras escuchaba a Bella saltar al ritmo de la música. Mati me tomó de la mano con mucho cuidado, me llevó a donde estaba Bella y empezamos a saltar junto a ella.

Esta noche, por solo un momento, olvidé mi dolor y fui feliz de nuevo...

Diario de una Chica CristianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora