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Los personajes de Inuyasha no son míos, ni nunca lo serán, pertenecen la Rumiko Takahashi

Kagome´s POV-

La fiesta era un desastre todas las mujeres miraban a Inuyasha con cara de querer comérselo, aunque yo me incluía en la lista, de igual forma me desagradaba, él era solo mío. Se veía como un cachorrito asustado, temía al acoso de las mujeres más que a una horda de demonios.

‒ Kuso Kagome vámonos a tu casa – ordenó por tercera vez Inuyasha.

Sonreí pues se veía muy tierno cuando se impacientaba.

‒ ¿De qué te ríes perra?, disfrutas haciéndome sufrir ‒ aseguró. Lo que logró que aumentara mi sonrisa y antes de poder responder.

‒ Hola Higurashi, ¿Cómo te sientes? ‒ Escuché la voz de Houjo a mis espaldas.

‒ Muy bien gracias Houjo – respondí cortante esperando que se fuera.

‒ ¿Quieres bailar? – Preguntó, me dio mucha pena, pues nunca respondía a sus atenciones y él seguía insistiendo, giré y lo miré directamente no sabía que decir, pues no quería apartarme de Inuyasha pero tampoco quería herir a Houjo.

‒ No ‒ fue la escueta respuesta de Inuyasha ‒ ahora márchate o te romperé todos los huesos ‒ amenazó atemorizante tronando todos sus nudillos.

‒ No te lo pregunté a ti, raro ‒ musitó lentamente Houjo mirándolo despectivamente.

‒ Lo sé, se lo preguntaste a mi hembra, ya tienes tu respuesta ahora márchate ‒ aseguró engreído Inuyasha.

‒ ¡Inuyasha! ‒ lo reprendí, no quería pasar vergüenzas y mucho menos quedar como la fácil de la clase. ‒ Miré en dirección a Houjo se veía incrédulo.

‒ Muchas gracias, pero ya me invitaron a bailar ‒ aseguré estirando las manos de Inuyasha ‒ ¿verdad? ‒ pregunté con una sonrisa mirando a mi compañero.

‒ heee… ¡Sí! ‒ aseguró Inuyasha nada convencido.

Lo arrastré a la pista de baile, se veía en shock, como si fuera hacer algo suicida, la música era muy animada y rápida, empecé a moverme frente a él que se quedó estático viéndome, me acerqué lentamente pegando todo mi cuerpo al suyo y bailando al ritmo de la música.

‒ Para – lo escuché jadear.

‒ ¡No!, baila con migo Inuyasha – susurré contra su cuello. ‒ Sentía su miembro duro contra mi vientre, y todo mi cuerpo temblaba, la marca me quemaba como nunca, mordí su hombro a lo que jadeo.

‒ ¿Quieres jugar? – escuché su voz gutural lo que me excitó aún más.

Sentí sus labios en los míos y como metía su lengua rudamente en el interior de mi boca, mordía mis labios hasta hacerlos sangrar y los lamía, me sentía en trance, mi ropa íntima estaba completamente empapada con mis jugos y ya no veía nada a mí alrededor.

‒ En una hora entramos en época de apareamiento compañera, ¿estás segura que es aquí donde quieres que te posea? ‒ preguntó a lo que desperté y miré a mí alrededor, mis planes de no parecer la fácil de la clase se fue al inferno, todos nos miraban pícaros. ‒ Desvié la mirada a mi hanyou y lo vi con los ojos rojos.

como controlar a un inuhanyo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora