como controlar a un inuhanyo

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Los personajes de Inuyasha no son míos, ni nunca lo serán, pertenecen la Rumiko Takahashi

Inuyasha´s POV-

Me encontraba feliz con mi hembra en mi espalda, mis amigos iban montados en el lomo de Kirara sobre nosotros, sentía las manos de mi compañera acariciándome las orejas, me preguntaba si merecía tanta dicha.

Divisé las serpientes caza almas de Kikyou y me percaté que el aroma de mi compañera cambiaba a uno de ¿miedo?, incertidumbre y tristeza, Kami ¿es que ésta perra aún no entendía que la amaba solo a ella?

- Ve – musitó lo que me despertó abruptamente de mis reflexiones.

- No iré – Aseguré, ya no la quería ver triste y menos quería que me castigara de la misma forma que el último "encuentro" provocó.

- Puede tener alguna pista del paradero de Naraku, o sobre los 7 guerreros – Expuso en un susurro triste.

- No te dejaré perra – afirmé como última palabra – ven con migo – ofrecí.

Suspiro profundamente, analizando su respuesta.

- No le gustará – aseguró

Lo tomé como una aceptación entonces me dirigí hacia donde me guiaban. No caminé mucho y vi a Kikyou recostada por un árbol, era la estampa de la tristeza en persona, lo que me dio pena, pues ella es una persona de sentimientos hermosos, en otro tiempo creí amarla, y aún guardaba un gran cariño por ella.

- Inuyasha – murmuro sin mirarme, levantó la vista y cambio de expresión al ver a Kagome.

- ¿Qué información tienes Kikyou? – pregunté, soné un poco rudo pero era lo mejor para los tres terminar lo más rápido posible ésta situación incómoda.

- Etto … prefiero decírtelo en privado – musitó despacio.

- Inuyasha voy junto a Miroku y Sango, te esperamos en la aldea – susurró triste mi azabache.

- No – afirmé - te quedas y tú Kikyou dime lo que tengas que informar pues yo no tengo nada que ocultar a mi compañera – informé de una vez quería mucho a Kikyou y no quería dañarla, pero amaba a mi azabache y ya bastaba de tanta indecisión.

Kikio me miró triste y luego miró a Kagome.

- Por más tu compañera que sea no hablaré con ella presente así que decide Inuyasha, te quedas solo o te vas con ella – afirmo gélidamente.

Miré a mi compañera, me sonrió y asintió, dio media vuelta y se marchó. Cuando ya no percibí el aroma de mi Kagome miré a Kikyou y pregunté

- ¿Qué pasa Kikyou? – la notaba triste, más que de costumbre y melancólica.

- Inuyasha – susurro – desde la muerte de Tsubaki (capi. 64) he descubierto que ya no guardo sentimientos por ti, lo del otro día tan solo fue una prueba para mí misma, pues antes de morir deseaba tanto pedirte que me hicieras tuya, soñaba con el momento de dejar de ser la protectora de la perla y poder ser tuya, ahora lo comprendo la ambición de Tsubaki fue tanto que me hechizó para amarte y así manchar la perla, perdóname.

Quedé estático, no creía lo que había escuchado, pero estaba feliz ya no sentía culpas por haber tomado a Kagome como mi compañera.