Numero veitiuno.

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Él no, tú si.

La nieve se estaba volviendo más densa al pasar de los días. Cuando había amaneció mi casa y sus jardines estaban cubiertos por la nieve, me gustaba, al menos cuando miraba a la ventana me hacía olvidar que ese día, en la parte de abajo, había personas acomodando mesa y preparando todo para mi propuesta de matrimonio.

Anoche había sentido algo que ciertamente me asusto, y no de una manera errónea. Me asuste al  sentir algo tan hermoso que nunca me había imaginando sentir. amor, cariño, una atracción no sexual, y solo había una única persona que ayer después de haberme besarme me empujó a sentir aquello.

JK.

Creí que al principio sólo sería un compañero sexual, mi juguete, pero... si soy realista y sincero conmigo mismo, no creo que pueda seguir aceptado que solo sea eso, aún no se si me gusta realmente, pero me hace sentir cosas que nadie nunca me había hecho sentir, hay algo que sigue siendo incierto y que debería comenzar a deducir.

—Joven Park ¿está despierto? —una voz femenina llamando desde afuera me sacó de mis pensamientos.

Atendí rápidamente abriendo la puerta.

—Si ya estoy despierto. —conteste mostrándole una leve sonrisa fingida.

—Su madre me ordenó decirle que debe estar listo en dos horas, ya que llegará el joven Min y después de él lo invitados. —informó con nerviosismo la joven.

—Claro gracias, entonces estaré en dos horas abajo. —conteste, ambos hicimos una reverencia y volví a cerrar la puerta—. Carajo —maldecí soltando un suspiro con pesadez.

Tome una ducha de la cual realmente no deseaba salir, me sentía horrible. Y es qué tal vez lo que me dijo JK era cierto, soy tan estúpido al solo aceptar esto ¿Pero que más puedo hacer? Estoy atado de pies y manos dentro de un pozo.

Finalmente obligado salí.

Ni siquiera había tenido la oportunidad de escoger mi atuendo, mis padres como todo, se habían ocupado de escogerlo también. Al menos pude peinarme, perfumarme y maquillarme como quise. Me mire en el espejo, y no me pude mantenerme la mirada.

—Estúpido —me dije.

Y entonces por primera vez, salí de mi habitación sin autoestima, y no por mi físico, sino por la personas que me había convertido; vengativa, sumisa y... estúpida.

—Muchas gracias por venir, por favor pasen —cuando fui bajando las escaleras mire a mis padres junto a Yoongi hablando entre sí, y saludando a los invitados que pasaban hacia el salón.

—Hola —musité sin ganas.

—Cariño al fin bajas, algunos invitados preguntaron por ti, deberías quedarte aquí a saludarlos, después de todo tú y yo Yoongi son los anfitriones. —hablo mi madre, yo puse los ojos en blanco sin que se diera cuenta.

—Jimin, hoy te vez muy hermoso —dijo Yoongi cuando me paré en el primer escalón sin ninguna expresión en mi rostro. Él estaba vestido muy formalmente y me aterraba la idea de que dentro del bolsillo de su traje trajera un anillo.

—Gracias —le conteste.

—Hay que pasar con los invitados, deben de estar esperando a los anfitriones —agrego mi padre—. ¿Por qué no van primero?.

Yoongi me ofreció su brazo, no quería, no debía tomarlo, pero lo hice, me sujeté de su brazo fingiendo algo que no quiero, como ya era costumbre.

—No te preocupes, dejaré que tomes tu tiempo en toda la comida, pero al final sabes lo que tiene que pasar. —mencionó en un susurro, yo lo mire con el ceño frunció, confundido—. Yo no quería presionarte ¿pero que más puedo hacer? Esto estaba destinado a pasar.

My lovely toy┊𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora