♜ IV ♜

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"La esperanza es una buena cosa, quizá la mejor de las cosas, y nada bueno se muere nunca".

- Stephen King

En el torreón del hospital Severalls, el calefactor de Rosé funcionaba a toda potencia pero el cuarto seguía frio. Respiraba agitadamente mientras caía a un lado del cuerpo de la mujer invitada. Hace bastante que no tenía satisfacción a sus deseos carnales y con una llamada basto para complacerlos.

La mujer no dejaba de hablar de lo bien que lo había pasado y eso mareaba y sofocaba a Rosé. No la miro en ningún momento, mantenía sus oscuros ojos sobre el tejado de su habitación, fingiendo escuchar las palabras de su acompañante. La incomodidad se hizo presente en el ambiente cuando Rosé decidió salir de la cama a lavar su pálido rostro en el blanco lavamanos.

—¿Estas bien? — Escucho la voz femenina en el fondo.

—Me duele la cabeza, y mucho- Lloriqueo la rubia en el marco de la puerta del baño llevándose ambas manos a los costados de la cabeza. Su entrecejo fruncido y sus labios en una recta fina.

—¿No tienes medicamentos para el dolor?

—Si. En la gaveta de la esquina.

La mujer se apartó y fue en busca de un vaso con agua. De inmediato busco con su mirada las pastillas para la jaqueca, se agacho tomándolas y caminando hacia la rubia brindándole al mismo tiempo el vaso con agua.

—Gracias. — Con una mano saco la pastilla de su paquete tirándosela a la boca tomando el líquido cristalino con su otra mano en el proceso.

—Comiste algo antes de follarme, ¿Verdad?

—Por supuesto que sí. —Soltó Rosé cruzando de brazos.

—¿Entonces por qué otra vez te dio jaqueca?, se te está haciendo una maldita costumbre esto.

—¿Y que querías que hiciera entonces? con la maldita polla parada y tu dando vueltas en ese puti vestido de enfermera que te pones.

—Eres una idiota Rosé. La próxima que quieras follarme te comes algo de paso, me gustaría durar más en la cama.

—Que insaciable eres, ¿Romperte en dos no es suficiente?

—Sí. Así que la próxima vez trae tu hermosa panza llena para comerte todo lo que quiera. —Acerco sus labios a los de Rosé dándole un beso lascivo mordiéndole el labio inferior.

—Largarte de mi departamento Bella. No comiences de nuevo.

—Como órdenes cariño. —Camino movimiento exageradamente sus caderas mientras recogía su ropa del suelo.

Bella se vestía bajo la mirada de la rubia. No iba a negar que la enfermera despertaba deseos en ella, pero no era del todo lo que en realidad estaba buscando. El que depositara un mínimo de sentimientos en Bella estaba completamente demente. La chica se acostaba con medio Hospital, y por si fuera poco alardeaba de eso en todo momento como si fuera un premio.

Bueno, lo hacía constantemente con Rosé.

la rubia pensaba a veces que si no fuera tan desenfrenada podía proponerle una relación sentimental, pero disfrutaba del sexo y no iba a arruinar eso por estúpidos sentimientos.

—Nos vemos la próxima vez, chiquita. —Picoteo los labios de Rose dándole una señal de despedida.

—Si te portas malditamente bien, por supuesto. —Le dio una nalgada estruendosa que hizo sonreír a Bella con mesura.

La psicóloga se dirigió a su armario mientras veía a la enfermera irse. Escucho una voz femenina un tanto gruesa hablarle a la anterior mencionada. Ya sabía quién era y como se ponía cada vez que se cruzaba con Bella.

Oscura Devoción [Jenlisa G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora