♜ II ♜

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Nuestra vida siempre expresa el resultado de nuestros pensamientos dominantes.

- Søren Kierkegaard

El autobús paso junto a una señal que decía ¡BIENVENIDOS A MILWAUKEE, CUIDAD DE LA ETERNA BELLEZA! Y más abajo sus locaciones más importantes. En un pequeño letrero con letras doradas en un fondo blanco se deslumbraba CENTRO PSIQUIÁTRICO HOSPITAL SEVERALLS 30KM AL NORTE.

El autobús se detuvo en lo que parecía ser un centro comunitario para recoger a más pasajeros, todas vestían de igual manera -camisa blanca con pantalón de mezclilla azul-. En el marco de la puerta se encontraba una señora de unos aproximados treinta años de edad, con una libreta de nombres en sus manos vociferando el contenido de esta. Las chicas entraban a medida que las iban llamando hasta que el autobús quedo repleto de camisetas blancas, miradas curiosas y mentes perdidas.

Desde el asiento vacío de Jennie, donde sus pertenencias habían descansado durante la primera parte del viaje, Alguien habló. Era una voz que de inmediato reconoció. Era la señora de la libreta.

—Estamos próximas a llegar a Severalls. ¿Cómo te sientes?—Dijo ella.

—Estoy bien. Gracias. — Contesto la peli-caoba

—No te ves como dices. Estas pálida y tienes ojeras—Expreso una preocupación en su rostro.—Si necesitas algo, no dudes en decírmelo.

—No he dormido mucho esta noche. —Jennie trago saliva ante el inminente recuerdo de la noche anterior.—Pero gracias por su ayuda, no tiene por qué hacerlo.

La mujer mayor analizo el ser que tenía a su lado. Jennie Ruby Jane Kim como lo decía la identificación que colgaba al lado izquierdo de su pecho, no era más que un ángel desamparado por su padre creador. No la conocía ni la había visto nunca, pero los moretones que sobresalían por sus brazos, la línea rojiza circular que rodeaba su cuello y el tono verdoso que poseía su pómulo derecho, Hablaban por sí solos. Inclusive su mirada decaída daba señales de que su estado físico y mental estaban realmente afectados.

Estaba loca de curiosidad por preguntarle él porque estaba tan golpeada. Pero el solo hecho de pensar que aquella chica iba camino a un centro psiquiátrico basto para que sus pensamientos se detuvieran y fuera más empática con ella.

—Jennie.—La peli-caoba levanto su mirada lentamente, quedando de frente con la mayor, esta saco una tarjeta de color miel caramelo que decía en letras grandes y negras "Cafetería"—Tengo un pase a la cafetería de Severalls por ser ayudante del hospital. Cuando lleguemos, si quieres, podemos ir a comer allá.

Jennie asintió con una pequeña sonrisa de lado.

—Por cierto, mi nombre es Angelica Stuart.

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Una ráfaga de viento con un poco de nieve la recibió al bajar del autobús. Inmediatamente se abrazó a su cuerpo para producir un poco de calor, el solo tener una camisa de tela blanca sobre su esquelético torso la hacía temblar de sobremanera en la acera de cemento.

—¡¡RAPIDO ENTREN, ¿O SE QUIEREN CONGELAR AQUÍ?!!

Un hombre robusto de overol azul oscuro salió gritando desde la puerta de entrada, a la vez que abría la misma, en su espalda tenía escrito "Seguridad Privada". Las puertas eran altas y de grueso tamaño, estás daban la bienvenida a tal vez su más gran locura. Pero Jennie no tenía otra opción a cuál acudir. Todas se habían acabado, y nunca tuvo la oportunidad de elegir.

Prosiguió a entrar en un túnel con las demás internas. Este era bastante sofisticado con cerámicas relucientes, cuadros en su mayor esplendor de arte y estatuas de mármol antiguas de gran calidad. Jennie quedo estupefacta al ver semejantes exposiciones de arte, le encantaba a locamente los lienzos vertiginosos que se escurrían delante de ella para captar su mayor atención posible.

Oscura Devoción [Jenlisa G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora